Miedo

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Ha pasado un rato pero aquí estamos de nuevo.
Les platico un poquito de donde surge esta obra: inicie un tratamiento para retomar mi vida y sanar finalmente (les he compartido en mis historias que hace años que lucho con la depresión) , pero en muchas cosas es como empezar de cero y me esta costando trabajar dar el primer paso, sigo posponiéndolo y poniendo excusas y me di cuenta que tengo miedo, tengo tanto miedo de volver a fracasar que estoy paralizada, incapaz de arrancar. Así que como siempre uso las letras para enfrentarme a este nuevo demonio que me impide mejorar, decirle "ya se quien eres, te veo. Ya no vas a seguir golpeándome, ahora soy yo quien va a patearte el trasero" - Jo Waters.
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Toque fondo, pero no me ahogue
expulsaron el agua de mis pulmones.
No tengo crédito en mi rescate,
sin embargo debo reclamarlo.

Ahora es el momento de hacerme cargo,
encontrar una forma de mantenerme a flote.

Quede atrapada en un oscuro y helado pozo,
con bestias con las que aprendí a convivir.
Alrededor de esta pocilga palpo un caracol,
unos peldaños de piedra con un dejo familiar,
no por que reconozca el ascenso,
sino por que recuerdo las caídas.

Los reflejos de la luna brillan en las aguas,
nuevas promesas de recuperación que centellean.
Pero su luz es brumosa y fugaz,
pues una oscuridad mas fuerte la consume.

Por los breves destello puedo ver una sabandija,
acostumbrada alimentarse de mi,
que se niega a rendirse tan fácilmente.
Un silencioso compañero que como sombra se escondió.

En el catalogo de criaturas que en mi anidaron era casi imperceptible,
un miembro intrascendente de la manada,
que mordía cuando el resto atacaba,
lo que me impedía identificar las heridas.

Pero ahora que intento escalar el foso,
se hace presente el maldito escurridizo,
sacando sus tentáculos y reteniendo mis pasos.
Solo ahora que intento sacudírmelo percibo lo fuerte que se hizo.

Entierra sus garras en mi pecho y me quita el aliento,
muerde mi cuello y se bebe mi valor,
jala mis extremidades y me arranca la voluntad,
rasguña mi piel y sangran las dudas.

No se si sea posible matar al kraken,
los mortales no estamos hechos para extinguir al mito.
Tal vez la única manera de debilitar al monstruo sea fortalecerme,
seguir luchando cuando intente inmovilizarme
y encontrar el modo de invocar mis poderes de Medusa.

Dias de Lluvia. Tomo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora