De fracturas y pecados.

16 0 0
                                    

Debo confesar que esta composición nació de la ira, del rencor que en ese momento sentía, era el dolor de una traición que aún ahora alguna veces siento crepitar dentro de mi.
No se si sea justa, pero en mi versión de la historia fuiste quien sabia de mi muy probable caída y te aprovechaste de ella, la incitaste, observaste y disfrutaste, saqueaste lo que quedaba de las ruinas y te marchaste. - Jo Waters.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"Ninguna persona o situación es responsable de lo que nos pasa, la vida se construye con las decisiones que tomamos."

Esta frase me derrumbó en un suspiro,
evaporó el modo en que he mantenido a raya mis monstruos nocturnos.
Alrededor de esta disculpa he excusado todos mis faltantes,
he llorado todos mis errores,
he ahogado todas mis pérdidas.

Pero por alguna razón entre más repetía la frase lapidaria no podía encajarla entre las causas de mi ultimo descenso.

"Soy responsable de lo que digo, no de como te hace sentir aquello que digo"
¿Que tan acertada es realmente esta frase?

Para mi que despierto todos los días con los huesos rotos.

La ansiedad me partió la columna;
la depresión me ha quebrado el fémur, de ambas piernas;
la desesperación y la impotencia me descalabraron, me sangra de a poco la cabeza;
mis miedos me han roto la mandíbula, por eso cada vez me cuesta más hablar;
el peso de las expectativas empezó por dislocarme los hombros, terminó por fracturarme los brazos;
la incertidumbre por mi futuro me reventó el oído, me jodió el equilibrio y ahora ando siempre tropezando y cayendo sin razón;
cada colapso me rompió un dedo de la mano, de algún modo me arreglé para quebrarlos todos.

Cada fractura me produce un dolor agudo y singular,
soy capaz de reconocer cada uno aunque me duelan al mismo tiempo.
Nunca punzan por separado.
Pese a la agonía me esfuerzo por fingir una sonrisa,
logró caminar temblorosa hacia adelante, con el cuerpo hecho un polvorón.

Poco importa si fue un golpe demoledor,
de esos en los que toman un bate y te machacan a palos,
es irrelevante si solo me diste un empujón, un manotazo.
Me has derribado.
Tus palabras de desaliento, de burla condescendiente, de descalificación o tu afán de ignorarme me han postrado.
Ya no estoy para aguantar más golpes, casi no aguanto las caricias,
se me ha agotado la resistencia, mi combustible esta en la reserva,
mi piel ahora es de papel, puedes romperla con solo hundir tus dedos.
Y lo sabias, todo eso lo sabías.

Por eso, esta frase ya no logra convencerme,
no me es suficiente para explicar mis actuales males.
Porque si, soy responsable de cada decisión tomada,
de cada cosa que he hecho y que he dejado de hacer,
pero no me siento responsable de tus propósitos,
de tu afán de arrancarme el poco aire que llega a mis pulmones,
no me siento responsable de tus ganas de rasgar mi espíritu,
de tu intención de deshacer mi vida.

No puedo culparme por tus palabras y acciones,
esas que sabías que me joderian la existencia
y de todos modos las dijiste, de todos modos las hiciste.

Soy muy dura al juzgarme, soy mi más indolente jurado.
No perdono mis pecados, pasados ni presentes,
no esperes que perdone los tuyos.

Dias de Lluvia. Tomo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora