I have to lie about, how good you make me feel

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— ¿Y bien...? Sigo esperando a que me expliques.

Nadie excepto Gemma se había movido de su lugar, la rubia subió las escaleras con las lagrimas sumándose a la humedad de las mangas de su suéter. Se sentía la peor persona sobre la Tierra.

Harry seguía mirando aquel lugar donde su hermana había sellado su destino. No podría negar lo que habían escuchado, pero podía buscar alguna otra excusa.

— No tenía como venir a casa cuando salí de la casa de Niall así que lo llame y me trajo aquí, no sé qué otra explicación quieres, Niall no sabe nada al respecto —el rizado seguía en su silla, el hambre se le había ido, tenía preocupaciones peores que comer.

— Lo buscaste —afirmó su madre desde su sitio frente a él. Anne pasó su largo cabello hacia tras en señal de nerviosismo.

— Si —el no era ningún cobarde, ya bastaba con ser un mentiroso.

— Se acabo Harry. Te advertí lo que pasaría —Robin alejo su silla y se inclinó sobre la mesa para mirar más de cerca a Harry.

— Solo me trajo aquí, no pasó nada —alguna vez le habían dicho que los mejores mentirosos son aquellos que se creen sus propias mentiras y las dicen confiados de que son la verdad absoluta, así que esa información le fue de utilidad al hablar.

Le había pasado lo mejor en la vida y tenía que negarlo, debía hacerlo aunque sabía que no ayudaría en nada.

— Ahora mismo levanto la denuncia, así que dame el nombre completo —Robin seguía en su posición.

La tensión podía ser coartada con un cuchillo poco filoso, abarcaba cada centímetro de la casa, Harry imaginaba que sus vecinos podían sentirla mientras que Anne parecía ser asfixiada por ella.

— No papá por favor, te prometo que ahora si cumpliré mi palabra y ya no lo buscare —a pesar de que le temblaban las piernas, Harry se lavando de su silla para intentar rogar.

— Harry... —presionó su madre.

— El nombre, Harry ¡Ahora! —Des golpeó con su dedo índice la mesa, estaba rojo de coraje y una vena en su frente saltaba.

— Louis qué... —insistió su madre.

— No, por favor, te lo suplico —siguió mirando a su padre con lágrimas en las mejillas, podía sentir lo salado de ellas.

— Bien, llamaré al hospital —Robin subió con paso firme a su habitación, Harry detrás de él, mientras aún luchaba contra sus lágrimas.

Gemma escuchó todo tras su puerta rosada y decidió salir para interceptar a Robin en el pasillo, aún con sus ropas mojadas corrió hacia él luego de abrir la puerta.

— Papá por favor, ya te prometió que no lo verá más —sus manos se levantaban frente a ella en son de paz.

— Eres una alcahueta, Gemma, me decepcionas, creí que eras más madura que él pero me equivoque. Eres igual de ilusa —Robin llego a la puerta de su habitación y empujó a Gemma para poder pasar, cerró la puerta tras él y puso el seguro. Nadie debía interrumpir.

Harry pego su frente a la pared, estaban perdidos, en el hospital le dirían el nombre completo de Louis y entonces vería al amor de su vida tras las rejas. El sentimiento de vacío se mezclaba de manera peligrosa con la impotencia acumulada en los puños de sus manos. Debió obedecer a su padre desde el comienzo, debió alejarse de Louis para evitarle todo esto. Ahora era tarde.

They Just Don't Know You [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora