Siete años después.....
Jimin se tomó un minuto para observar desde la ventana de la cocina los delicados copos de nieve que comenzaban a caer; este año era uno de los inviernos más fríos que recordaba, faltaban dos días para la cena de Navidad, y debido al clima helado, los niños no podían salir a jugar al jardín... de modo que todos estaban perdidos por alguna parte de la casa. De hecho, todo el mundo estaba perdido por alguna parte, en época de invierno el trabajo en el rancho bajaba considerablemente. Habían cambiado muchas cosas en los últimos años, su madre aseguraba que todo era un caos pero parecía feliz con ello, su padre se había retirado del negocio dos años atrás y ahora sus hermanos se hacían cargo, su padre todavía los supervisaba en ocasiones pero la mayor parte del año se la pasaba viajando por el mundo con su madre y en vacaciones disfrutaba enormemente a todos sus nietos, ayer fue un día especial para los pequeños, que junto con los felices abuelos montaron el enorme árbol de navidad en el salón.
Con un pequeño suspiro, bajó su vista de nuevo, para seguir mezclando los ingredientes, para formar la masa de unas deliciosas galletas, a petición de los niños... y de su esposo, ese hombre era un crio más, miro la alianza de bodas, sonrió, había sido una boda muy particular aquí en el racho, su madre y sus tías eran expertas en bodas normales, pero en bodas Gay dejaban mucho que desear, de todas formas agradeció su trabajo y sus buenas intenciones, pero al final su hermana Jazmin había salvado la planeación, había sido un evento sencillo, masculino y muy emotivo, se habían convertido en los Señores Kim-Park, él no se habría opuesto a tomar el apellido de Tae, pero él había insistido en que sus apellidos quedaran enlazados por un guion.
A lo lejos oía las risas de sus sobrinos, era difícil no escucharlas puesto que eran todo un pelotón de niños de todas las edades, tenía que darse prisa, no tardarían en entrar en la cocina para la hora de la merienda, como ahora los pequeños de la casa superaban en número a los adultos, siempre cenaban ellos primero, rio, la verdad era un ejército de niños, pero la culpa la tenía su padre, puesto que él era el que insistió en tener muchos nietos, mínimo tres por hijo, era una locura, pero el jefe de la familia siempre hablo en serio, quería su casa llena de nietos y era un fantástico abuelo, el mejor del mundo.
—Las bestias están hambrientas— aseguro su hermana divertida entrando en la cocina.
—Tengo la esperanza de que después de cenar caigan dormidos como piedra— dijo una de sus cuñadas dejándose caer en uno de los taburetes.
—Sigue soñando— aseguro Jazmin revisando una de las ollas en la estufa
—Esos críos tienen pilas solares, jamás se les termina la batería— los tres rieron. Como era de esperar la hora de la cena era una guerra campal, los padres se prepararon para recibir a los niños, habían tomado esta rutina desde hace tiempo era más practico hacer que ellos cenaran primero, uno a uno los pequeños fueron entrando, justo en ese momento Jen y Jessy, llevando de la mano a su primita Joy, entraron a la cocina, la más pequeña se soltó de la mano de sus primas, para correr a los brazos de su padre.
—Teno hambe— se quejó con un gracioso puchero.
—Enseguida cenaremos, cariño— le aseguro Jimin, dándole un besito en su mejilla, su pequeña lo miró con esos ojos color miel tan hermosos, le parecía todavía increíble que tuvieran tan hermoso tesoro en su vida, cuando se casó con Tae, pensó que no necesitaría nada más, pero hace poco más de tres años, y no por insistencia de su Padre como muchos aseguraban, Tae y él habían decidido dar el mayor paso en sus vidas. Al principio consideraron contratar una mujer que rentara su vientre, pero le pareció tan frio. Solo se hubiera necesitado una mujer, dinero y semen de alguno de los dos y listo, tendrían un hijo, pero Jimin no había estado seguro, ahora viendo a la pequeña en sus brazos, supo que hicieron bien en esperar, La madre biológica de Joy era portadora de VIH, había llegado a su asociación estando embarazada de siete meses, se había encontrado mal tanto física y emocionalmente, los médicos no se explicaban como ella había llegado con su embarazo tan avanzado y sin ningún cuidado y atención médica adecuada, el mayor temor fue que la pequeña naciera siendo cero positivo, pero a pesar de que nació antes de tiempo, baja de peso y con un problema pulmonar su pequeña era una guerrera, sus análisis resultaron negativos.