The List of Loving Your Self

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Salimos del apartamento y nos dirigimos a división street, caminamos por la calle hasta que entramos a una discoteca que es muy concurrida en donde vivimos. Entrando nos pasaron a una mesa, pedimos 2 martinis para empezar y nos paramos a bailar al ritmo de la música. A nosotras nos encanta bailar y la verdad se nos da muy bien, tenemos mucho ritmo y bueno nos encanta la fiesta. Estuvimos bailando y pidiendo shots a lo largo de la noche.

-Ahorita regreso voy al baño. Me dijo Karen

-Sí, voy a la barra a pedir otros shots de tequila. Conteste

Me sonrío y se fue. Cuando me acerque a la barra para pedir los shots a lado de mi llego un chavo bastante guapo diría yo, a pedir también bebidas.

Se me quedo viendo y acerco su boca a mi oído.

-Eres muy guapa y bailas muy bien. No te he podido quitar los ojos de encima en toda la noche. ¿Cómo te llamas?

Me reí. -Déjame adivinar esta es la parte en la que me invitas un trago y esperas que me vaya a tu mesa y nos enrollemos. Estoy en lo correcto. Dije enmarcando las cejas

Puso cara de confusión por mi respuesta.

-No, no estás en lo correcto, esta es la parte en la que te pido tu número y espero salir contigo en un lugar donde podamos platicar sin tener que estar gritándonos. Me dijo e hizo una sonrisa coqueta.

La sorprendida fui yo, ya que normalmente cuando conoces alguien en un lugar así, solo es para enrollarse y ya, no esperas seguir hablando con la persona y mucho menos esperar llegar a tener algo más.

Le devolví la sonrisa. Le pedí su celular para anotar el mío, me lo dio. Escribí mi número. Le regrese su celular y me acerque a su oreja. Casi se me olvida me llamo Sara.

Sonrió y ahora él fue el que se acercó a mi oreja, me llamo Ben. Espero volver a verte Sara. Me sonrío de una manera muy seductora, sentí como un escalofrío recorrió mi cuerpo y como mi corazón se aceleraba. Le sonreí y vi cómo se alejaba.

Dios estaba muy guapo, tenía un cabello color café claro, unos ojos grises que era imposible no perderse en ellos, facciones muy finas, era mucho más alto que yo, parecía un poste y se le veían unos músculos muy bien marcados con la camisa blanca que llevaba puesta y unos jeans. Realmente era guapo y sexy. También me había caído bien, definitivamente deseaba que me marcara al otro día.

- ¿Dónde están los shots? Me dijo Karen al llegar

Me había entretenido tanto, que se me había olvidado pedir los shots. Me reí y los pedí inmediatamente. Cuando el mesero nos dio la ronda de shots nos fuimos nuevamente a la pista. Continuamos bailando hasta que nos dolieron los pies, mientras bailaba no pude evitar iniciar a mirar a ver si encontraba la mesa de Ben o si lo veía en la pista. Estuve mirando un rato, pero había tanta gente que era imposible poderlo ver. Algo desilusionada de no haber podido encontrarlo, continúe bailando hasta que ya no pudimos más.

-Creo ya es hora de irnos- Me dijo Karen.

-Si me parece buena idea. Estos tacones me están matando.

-Saliendo, cada una pidió un taxi y nos fuimos a nuestros apartamentos.

Al llegar lo único que quería era quitarme los tacones, sentía un dolor espantoso en mis pies. Abrí la puerta de mi apartamento, entrando lo primero que hice fue quitarme los tacones arrumbándolos a un lado de la mesa que se encontraba cerca de la puerta, busque mi pijama y comencé a cambiarme, tome una de las toallitas desmaquillantes que estaban en mi tocador y la pase por toda micara para después tumbarme en mi cama. Inevitablemente a mi mente vino Ben no podía dejar de pensar en él. Tenía tiempo que un chico no se me quedaba así, mientras intentaba dormir, solo estaba dando vueltas en la cama pensando si me llamaría o no.

Finalmente me quede dormida. Al día siguiente me despertó el ruido del apartamento de arriba. Mis vecinos de arriba eran muy escandalosos, no sé si se debía que tenían dos hijos chiquitos y todo el tiempo andaban corriendo y tirando cosas, pero a veces era muy molesto. Sobre todo, días como este que tenía una resaca horrible y estaba muy cansada.

Me levante de mi cama, prepare café y me hice un intento de desayuno ya que con la resaca que me cargaba tenía muchas nauseas. Después de desayunar, decidí tomar un baño y me puse unos jeans y una blusa de tirantes holgada color rosa, me puse un dije, aretes y me recogí el cabello en una coleta. Me tumbe en el sillón y le marque a Karen para saber de su existencia.

-Hola. Me dijo con una voz muy entusiasta al otro lado de la línea.

-Hola, ¿cómo amaneciste? Le pregunte

-Con una resaca para morirse, pero me la pase fenomenal, realmente hasta se me olvido que había cenado antes con mis padres.

Solté una carcajada. -Bueno ese era el objetivo. Ayer ya no te platique, pero mientras te fuiste al tocador, conocí a un chico llamado Ben. Le dije

- ¡¿Que?!!!, cuéntamelo todo. Me dijo Karen.

-Pues no hay mucho que contar realmente, cuando fui a la barra para pedir los shots, se me acerco y me dijo que no había podido quitarme los ojos de encima en toda la noche, me pidió mi número y me dijo que me llamaría. Que le gustaría verme en un lugar donde pudiéramos platicar.

- ¿Y ya te marco?! -Exclamo Karen.

-No, no me ha marcado, pero realmente quiero que lo haga. Pero también estoy algo molesta conmigo, porque desde ayer se ha apoderado de todos mis pensamientos, tenía mucho que un chico no me ponía así. Primero tengo que saber si cumple con las características de mi lista. Dije

-Tú y tu lista, ya deberías de dejarla, si te habla, sal con él, date la oportunidad de conocerlo sin estar buscando las cualidades de tu lista, dale una oportunidad. Si te dijo que te llamaría vas a ver que lo hará. Solo no lo pienses de más y déjate llevar. No todos son tus ex's, digo han sido muy cabrones, pero todavía hay hombres que valen la pena. Solo no te cierres por favor. Me dijo

-Está bien, realmente si quiero darle la oportunidad, si me llega a hablar... Solo que me choca que alguien sea capaz de ponerme así. Le dije

-Es la forma en que sabes que estás viviendo. Me dijo Karen.

Me despedí y colgamos, me quede pensando en lo que dijo Karen "es la forma en que sabes que estás viviendo", en parte sé que tenía razón, pero me daba miedo exponerme otra vez a que me lastimaran.