Seguramente a más de uno le parece surreal el echo de que existan bandos en un colegio, pero siempre hay un colegio que es la excepción. Una regla que a pasado por todas las generaciones que han pasado por el colegio, la cual que a pesar que nunca s...
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Casa nueva, barrio nuevo, ciudad nueva, todo era nuevo aquí, eso me hacía sentir tan triste y emocionada a la vez. Tenía miedo de comenzar el colegio, no solo porque comenzaré a casi la mitad de curso, sino que también porque es en una escuela donde literalmente no conozco a nadie, pero eso al mismo tiempo me hacía emocionarme, conocer cosas nuevas, tener nuevos amigos y un nuevo comienzo para mi.
– ¿Ya estas lista Piscis? – pregunta mi padre asomándose por la escalera
– Si, estoy lista.
Baje las escaleras a paso rápido, salude a mi padre con un beso en el cachete mientras me acercaba a la cocina en donde agarré una tostada la cual tiempo después unté con mantequilla.
– Acuérdate, estas en un lugar en donde nadie te conoces, aquí puedes ser quien quieras ser, empezar desde cero.
Mi padre me da un beso en la frente mientras se va a su nuevo trabajo, yo por mi parte me quede en la casa por unos minutos hasta que comencé a caminar en dirección a la escuela, para ser realista no sabía dónde quedaba realmente pero por suerte tenía la dirección en el celular.
Podía sentir la presencia de alguien detrás mío desde hace ya unos minutos, no me quería girar por vergüenza a que me vea, pero la curiosidad mato al gato, cuando gire mi mirada choco con la de un chico de mi edad, era alto, tenía unos ojos negros muy profundos y una sonrisa que me dejó embobada. Rápidamente corrí mi mirada y empecé a caminar cada vez más rápido.
Al llegar al colegio me dirigí a la dirección en donde un hombre muy mayor me atendió.
– Así que ustedes es Piscis Shipka. – leía un documento mientras yo asentía con mi cabeza – perfecto, ahora una alumna de su mismo curso la acompañará en un pequeño recorrido al colegio.
A la salida de la dirección me crucé con una chica morocha bastante alta, ella me miraba con una gran sonrisa, inmediatamente deduje que ella era la que me iba a dar el recorrido.
– SAGITARIO –
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