Seguramente a más de uno le parece surreal el echo de que existan bandos en un colegio, pero siempre hay un colegio que es la excepción. Una regla que a pasado por todas las generaciones que han pasado por el colegio, la cual que a pesar que nunca s...
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Pequeños gritos resonaron en mis oídos y yo solamente me tape con todas las mantas que pude, al mismo tiempo en el que la alarma del celular resonaba indicándome que debía ir al colegio.
– Cinco minutos más. – dije yo entre sueño
Los gritos de mi madre pidiéndome que me levante aumentaron, hasta el punto en el que toda la ira subió a mi cabeza y no me quedo otra que levantarme y cambiarme.
– Gracias mama por hacer que me despierte de mal humor. – digo entre dientes mientras me pongo el pantalón
Baje las escaleras ya vestido y con los dientes cepillados, me senté en la mesa en el medio d ella habitación mientras veía intimidante mente a mi hermana solo para molestarla, mientras esperaba que mi mamá me traiga el desayuno.
– Mamá, lo está haciendo de vuelta. – dice mi hermana y yo rio
Mi madre entro a la habitación con un plato en cada mano y nos lo entrego a ambos, mientras me observaba con una cara de reprobación.
– Parece que la separación le afectó. – escuchó decir a mi hermana y le tiro una frutilla a la cara
Comí rápidamente ignorando los comentarios de mi hermana y mi madre, para luego pararme e irme, no sin antes llevar las cosas a la cocina. En el camino pase por la casa de Virgo la cual me quedaba de camino, y de vuelta nos volvimos a juntar con Piscis, quien hoy parecía más sonriente que nunca.
– Veo que alguien está muy feliz hoy. – digo yo al verla
– Se podría decir que si.
Los tres caminamos mientras hablábamos de cosas sin sentido solo para poder matar el tiempo, al llegar al colegio los tres nos separamos y yo rápidamente fui a mi primer clase del día, matemática. Los números nunca fueron mi fuerte, soy una persona más de las palabras y muchas veces se me hacía casi imposible comprender de lo que estábamos haciendo.
– Presta atención. – me dice Escorpio a mi lado – después te quejas que no entiendes.
Volví a observar el pizarrón el cual se encontraba repleto de números y flechas que viajaban por todos lados. La maestra apuntaba los números y hacía preguntas que muy pocos respondían. El timbre sonó y comencé a recoger mis cosas tratando de largarme lo antes posible, con Escorpio salimos del aula y caminamos hasta el patio del fondo del colegio que se encontraba casi vacío.
– Ya me quiero ir y recién es la primer clase. – dice Escorpio y yo rio
– Unas ganas de estar en mi casa ahora. – escuchó decir a Virgo detrás nuestro
