CAPITULO 33 - Libra

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— LIBRA —

Los gritos de mis hermanos sofocaban mis oídos y acababan con mis ganas de dormir. Como pude comencé a pararme y despertarme, al mismo tiempo en el que mi mamá entraba al cuarto.

— Por fin te despiertas, son las dos de la tarde y todavía no has hecho nada. — empezaba a quejarse como casi todas las semanas

— Mama deja de gritar por una vez. — me quejo yo

Si antes mi mal humor estaba elevado, ahora es peor. Comencé a caminar de mal humor por toda la cocina en busca de algo para comer.

— ¿Hoy cuidarás a tus hermanos? — pregunta mi madre mientras me observa desde la columna

— Si, no tengo nada que hacer.

Y tal como le dije a mi madre a la noche cuide a mis hermanos. En total éramos tres, mi hermano Tomas, mi hermana Gabriela y yo. Ellos eran más chicos que yo por gran cantidad de año por lo que nuestra relación no era tan apegada y más bien me veían como si fuese su niñera.
Tanto era el aburrimiento que lo único que podía hacer era ver historias y fotos de instagram de cualquier persona que me aparecía. Me daba envidia ver a toda esa gente que seguía de fiesta y divirtiéndose con sus amigos, ¿acaso no tienen padres? Creo que si yo le llego a decir a mi madre que saldré por dos días seguidos ella solo se reiría en mi cara.
Todos los días sueño con tener esa libertad que quizás otros como Leo o Escorpio poseen, día que entro a instagram, día que veo una foto de ellos de fiesta.

— Tengo hambre. — escuchó decir a mi hermano y yo solo bufo

Me levante del sillón y camine cortos pasos hasta llegar a la cocina. Abrí la heladera y busqué algún taper que tenga algo que pueda calentar en el microondas o por el estilo, ya que para ser sinceros no tenía ganas de cocinar ni hacer nada.
Agarre algo del fondo de la heladera que parecía comible así que lo calente, mientras esperaba solo podía ver como el plato giraba y giraba en círculos como si eso fuera acaso la cosa más divertida del universo.

— Lib — mi hermana me llama así que me giro a verla — ¿tu tienes amigos?

— Emm si, ¿por que lo preguntas? — pregunto yo de manera normal aunque en el fondo me sentía muy ofendida

— Es que nunca vi a nadie, excepto a ese chico alto, ¿es tu novio? — sus ojos marrones se iluminan ante la pregunta y me mira atentamente

— No, iugh. — digo yo para luego tirarle una almohada — Capricornio es solo mi amigo, nada más.

— Como tu digas. — dice ella para luego irse corriendo

No entendía como todos preguntaban siempre lo mismo, ¿acaso parecíamos pareja? Por mi parte yo no lo veo, digo, Capri me parece lindo y todo pero, ¿el conmigo? eso si lo veo difícil, no solo porque me ve como una amiga y siempre será así, sino porque también venimos de "mundos" diferentes, el llega a pasar dos días en mi casa y solamente quedara con ganas de suicidarse porque mi vida es muy distinta a la de el.
Recuerdo aún la primera vez que fui a su casa, recuerdo hasta haberme sorprendido porque tenía un baño propio ya que yo toda mi vida había compartido el mío con cuatro personas más. También recuerdo la primera vez que el vino a mi casa, haciendo un chiste que me hizo enojar bastante "tu cuarto es del mismo tamaño que mi closet" decía el mientras reía, cuando lo escuché me hizo sentir mal, como si se hubiera burlado de mi. Con el tiempo aprendí a aceptarlos esos chistes, aunque me siguen doliendo.
Mis padres dicen que todo eso me afecta porque tengo vergüenza de mi estatus, aunque yo más lo veo como tristeza o más bien como más alejada de mis compañeros, aunque yo me la busque al intentar entrar a ese colegio lleno de gente rica que ni debe saber lo que es tomar el subte a las cinco de la tarde.

Mi celular comenzó a sonar al costado, y tal como si mi mente lo hubiera llamado, el nombre de Capricornio se encontraba en la pantalla.

— ¿Que pasa? — pregunto al atender

—¿Estas de mal humor?

— No, solo cansada. — digo yo aunque realmente no sabía lo que me pasaba

— Ah bueno, te iba a invitar a una fiesta ahora en unos minutos.

— Son las nueve de la noche. — le digo yo media confundida

— Si, ¿y?

— Que nose en que parte de tu cabeza entraba el hecho de que mis papás me iban a dejar salir a esta hora y menos a una fiesta.

— Bue, que aburrida que sos.

— No soy aburrida, solo que mis papás no son tan permisivos como los tuyos que te dejan hacer de todo.

— ¿Sabes que? mejor que se queden tú y tu mal humor en tu casa. — y sin más me corto

Quizás antes no estaba enojada pero ahora si, en cualquier momento iba a explotar. En estos momentos me encantaría agarrar mi celular y comenzar a quejarme con todos mis amigos pero siento que en cuanto les mande un mensaje a mis amigas ellas me bloquearan por pesada.

— ¿Estas bien? — pregunta mi hermanito mientras me mira con sus negros ojos

— Si, solo que es hora de dormir, así que vayan a ponerse los pijamas.

Mis hermanos hicieron una gran mueca pero igual se fueron mientras yo me dirigía al baño, me miré al espejo y pude sentir las grandes ganas que tenía de llorar en estos momentos, odiaba sentirme así, no querida por mis amigos o sola. Es como si estuviera en una habitación llena de gente que quiero pero estas solo se alejan de mi como si tuviera un virus o algo.

— Listo. — escuchó decir a mi hermano

Me miré por última vez y me saqué un par de lagrimas para luego poder poner mi mejor cara, camine hacia el cuarto de mis hermanos que ya se encontraban acostados y solamente les leí un corto cuento para que ellos terminen durmiendo.
Cuando ya empecé a escuchar ronquidos decidí irme, camine hasta mi cuarto en donde me acosté rápidamente, las sabanas me abrazaron y yo solamente lloré en ellas. Cerré mis ojos y solamente soñé como siempre lo hacía, tratando de imaginarme algo que seguramente nunca pasaría pero por lo menos me lograba hacer feliz por cortos segundos.

••••

Ok, estoy de vuelta después de largos meses, no me maten plis

『BA N D O S』ᶻᵒᵈⁱᵃᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora