Hay muchos sitios que Evelynn ha visitado alrededor de los siglos. Las frías montañas freljordianas, los desiertos shurimanos, la espesa jungla ixtaliana. Ha visto naciones nacer, crecer y morir conforme pasaba el tiempo. Pero hay una en particular a la que nunca ha podido exactamente visitar. La llamaba, la fortaleza blanca. Una ciudad hecha a partir de un material sacado de un árbol muy peculiar, y la verdad nunca había visto un verdadero reto para la demonio. Los mortales llamaron a esa ciudad, Demacia. ¿Qué la hacía distinta del resto de reinos y ciudades? Pues, nunca pudo pasar de la puerta. Los grandes muros que protegían a la ciudad, el palacio real, todos sus alrededores estaban hechos de ese maldito material impenetrable para ella. Su única debilidad conocida.
Luego descubrió que ese árbol blancuzco se hacía llamar petricita. El mejor material para anular magia, o al menos contenerla. A través de los años lo usaban para combatir demonios, evitar la filtración de magia y protegerse de pesadillas nocturnas. Decidió mantenerse ese dato como recordatorio propio. No meterse con esa clase de material. Y sin embargo, estaba a punto de confiárselo a un mortal.
Después de que el dúo de ladrones más la demonio estuvieran en aquel bar, se dirigieron a las habitaciones en Zaun para descansar. Aunque el tahúr no confiaba en Evelynn, de igual manera ella no confiaba en él. Se habían traicionado múltiples veces, y ahora le daría ventaja para por fin darle la última estocada de venganza.
Al llegar, Graves deja su arma y Twisted Fate su sombrero en la mesa del lugar, que aunque la habitación era pequeña, era un sitio digno para pasar la noche. Mientras Graves contaba las ganancias actuales, Evelynn invita a Fate a salir al balcón, que daba hacia la calle, poco concurrida a altas horas de la noche. Él la sigue y cierran la puerta detrás de ellos.
–Así que cuéntame, sin rodeos. ¿Cómo mato a un demonio?
Evelynn traga saliva. Decide mostrar su forma demonio, al notar la nula mirada de alguien más alrededor, excepto por la del ladrón que tiene enfrente. Sus curvas, levemente cubiertas por magia oscura, sus ojos brillantes y penetrantes, su cabello rosa con una textura poco uniforme. Era tan extraño como seductor.
–Es imposible matar a uno. Al menos que yo sepa. Siempre regresan, para atormentarte en tus sueños –dice mientras hace una mirada hacia los pequeños rayos de la luna entrando a través de las nubes. –Existe un material, que contiene la magia y evita que escape. Algunos dicen, que purifica la magia oscura. Eso debe funcionar para deshacerse de un demonio. En el tiempo actual, la llaman petricita.
Twisted Fate, mirándola inquisitivo, analiza lo que acaba de contarle. La petricita es algo poco común de encontrar, y suele traficarse ilegalmente en los callejones más bajos de Zaun, el Sumidero. Por supuesto, todo servicio tiene su precio. Un precio que estaría dispuesto -y puede- pagar. Decide responderle, después de unos segundos de silencio.
–Entonces, si uso ese material, ¿Podré vencerlo en el duelo?
–No garantizo que puedas, es cuestión de habilidad… y suerte. Pero creo que hará suficiente. Una estocada al corazón con ese material, y el trabajo estará hecho.
En el fondo, Evelynn sintió miedo. Miedo de que esta información fuera usada en contra de ella misma. No podría imaginarse el dolor que conllevaría ser purificada con tal material. Tan solo acercarse a ese material le causaba náuseas en el interior.
–Bueno, gracias por tu honestidad Evelynn. Mañana iré a buscar algo de ese material. Lamento si hemos llegado a este extremo con tu compañero de trabajo. No me esperaba que fuera un demonio.
–Su nombre es Shaco y lo conocí de camino a Noxus. Al principio tampoco me lo creí. Pero cuando supe que éramos iguales, creamos una linda amistad.
ESTÁS LEYENDO
De tratos y traiciones [Evelynn x Twisted Fate] - League of Legends
RandomAntes de la invasión de Noxus. Antes de las Guerras Rúnicas. Antes de las traiciones. Y antes de las reconciliaciones. Nació una hija de las sombras, un ente capaz de dar los mejores placeres... y las peores pesadillas. No tiene una forma fija, ni e...