La Dulce sensación se sus labios contra los suyos hizo que Naruto lanzara un largo y entre cortado suspiro. La añoranza de tenerla para la eternidad se alojó en su pecho. La había extrañado tanto y ahora que estaba frente a él no permitiría que volviera a escapar. No al menos hasta hacerle el amor y demostrarle que jamás ha existido nadie, ninguna mujer que no fuera solo ella.
Hinata respondía a sus caricias con la misma pasión. Era consciente de que quizás aquello se trataba de alguna locura, pero en esos momentos, bajo calor de sus besos, no había tiempo de razonar.
Una urgencia abrazadora se apoderó de sus cuerpos, sumergiéndolos en la vieja danza del amor.
La ropa ya no era obstáculo, pues se habían deshecho de ella. Ambos estaban desnudos bajo las sábanas, y solo se podía escuchar los gemidos y gruñidos desesperados por ambas partes. Fue fiero y rápido el acto. Sin embargo traía consigo un profundo sentimiento que los unía eternamente.
La distancia y el tiempo solo demostraba que su amor prevalecería más allá de cualquier adversidad. Sin importar que tan empañado se viera el futuro, sumergidos en los brazos, el uno del otro, solo podían saber el ahora.
Naruto se enterró profundamente una vez más en su interior y ambos llegaron a la cúspide de su gozo.
Él se quedó suemrgido en ella por unos segundos, disfrutando de la calidez y la intimidad del momento, mientras trataba de normalizar su respiración. Luego se deslizó hacia su lado y la rodeo Con sus brazos. Enterró su rostro por su cuello y aspiro con fuerza.
–Hueles tan bien.
Hinata se estremeció.
–Esto ha sido...
Naruto le dio la vuelta la miró directamente a los ojos.
–Te amo Hinata, jamás he dejado de hacerlo.
Aquella declaración hizo que a Hianta se le nublaran los ojos. Ella también lo amaba, sin embargo no se veía capaz de articular aquellas palabras. Solo disfruto de aquella intensa mirada por un largo tiempo.
Después de haber hecho el amor una vez más, hablaron durante horas de todo lo que habían hecho durante los años pasados. La calidez y la familiaridad con la que ambos se acoplaban, los hacia sentir maravillosamente. Naruto no sabía cuanto había extrañado poder conversar con Hinata sobre su futuro y las metas que se había trazado, Y también agradecía el hecho de que ella también estuviera contándole un pedacito de su vida.
En aquellos momentos no existían barreras y mucho menos muros que pudieran derribar lo que ambos estaban construyendo. Habían estado lejos el uno del otro por demasiado tiempo.
Sin embargo, la confianza con la que ambos hablaban de sus asuntos, le hizo entender a Naruto, que jamás volverías dejarla ir. Hinata era su complemento.Hinata disfrutó de su cálida pero
Fluida conversacion . Jamás imagino que pudiera alguna vez poder sentarse a su lado y sentir tanta familiaridad. Naruto seguía siendo el chico Dulce y amable del que se había enamorado, pero había algo sombrío en su mirada. Algo que ella no lograba identificar.****
Hinata fue la primera en despertar. Aún no había rastros del amanecer así que había despertado a tiempo. Con gran sigilo salió de la cama y comenzó a vestirse. No podía creer que sus impulsos más apasionados habían ganado ese noche. Se había entregado una vez más al hombre al que nunca había dejado de amar. Aquel dueño de sus suspiros.
Ahora se encontraba de vuelta a la normalidad. ¿En que demonios estaba pensando? Había ido allí solo para hablar con él. Pero ella sabía, muy en el fondo que no era así. Y aunque la esperanza de volver a confiar y entregarle su corazón, estaba tan palpable. Se rehusó. Tomo su blusa y se la coloco. Busco entre su bolso un papel y una pluma y comenzó a escribir.
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Un después ...
FanfictionNaruto ha amado a Hinata desde que la conoció por primera vez a muy temprana edad. Hinata ha amado a ese niño de ojos azules toda su vida. Pero cuando la mentira y un error irreparable se cruza en sus caminos es inevitable volver a tras. ¿Podrá el...