Capitulo 5

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Una caja negra como moño rojo estaba en el piso y venía con una pequeña nota:
"Escuché lo de la fiesta, espero que te guste.
- Mamá"
Al leer la nota me quede sin aliento. Cómo se enteró mi mamá sobre la fiesta, ella ni siquiera está en la ciudad, no nos hemos visto ni hablado desde que yo tenía ocho años.
Como? como? - me repetía a mí mismo. Acaso regreso y si es así porque no vino dejar el paquete ella misma, para que yo pudiera decirle que no necesito nada de ella.
El timbre de la entrada sonó, puse la caja sobre la mesa de la cocina y regresé para abrir la puerta.
Al abrir la encontré a mi tía Leila parada ahí y en cuanto me vio se me abalanzo encima.
- Hola mi amor, pero mira qué grande estás -grito- Cuánto tiempo ha pasado desde que te vi por última vez?
- Cinco años -respondí entre dientes- no respiro -le dije
- Lo siento -dijo mientras me soltaba- Estoy muy emocionada y dime cariño dónde está tu padre?
Oh no, que le iba decir ahora, ella no aprecia nada de lo que mi padre hace. Como le iba decir que se fue a resolver otra denuncia.
- En un viaje -respondí- de negocios, muy importante
- Otra denuncia de seguro -dijo muy seria- Querida no tienes que mentir me mira, yo sé que no es nada fácil vivir con un padre problemático
- Disculpa?! -grité furiosa
- Cariño el -la interrumpí
- El es un gran hombre -le respondí- el hace sólo su trabajo y sabes porque lo hace -pausé- Porque quiere sacarme adelante mantenerme feliz aún sabiendo que yo lo soy ya -admití- y si viniste a insultarlo te voy a pedir de favor que te vayas
Ella me miro muy sorprendida pero no se fue se dirigió a la sala y se sentó en uno de los sillones.
Ok, la única razón por la que no te contradigo, es porque por una parte tienes razón
- Eso crees? -dije sarcásticamente
- Y además tengo noticias sobre tu madre -se puso de pie y vino directamente hacia mí -y antes de que digas cualquier cosa debes escuchar lo que tengo que decirte
- No quiero saber nada -le grité
- Necesitas saber esto, ven sentémonos para poder hablar tranquilamente
Yo no quería saber nada, mi mamá nos dejó, sin razón, sin avisar, sólo desapareció y todo este tiempo nunca me escribió, o llamo, no sabía nada de ella, hasta hoy.
- Mira -comenzó- tu mamá tuvo sus razones para irse, pero no te dijo porque tal vez no podías entender
- Pero ahora puedo
- Shh! -puso su dedo en los labios- Ella estuvo viviendo conmigo -suspiro- en Londres un par de meses
- Que?! -grité furiosa- y no podía decírmelo -reí sarcásticamente- Y pensar que yo confiaba en ti
- Cariño no digas eso -me tomó de las manos- si no te dije nada fue porque ella me lo suplicó que no lo hiciera y es mi hermana, tenía que ayudar -empezó a llorar- Ella estaba enferma en realidad sigue muy grave y me pidió que te entregara el paquete para la fiesta, y que te dijera toda la verdad y yo... yo... -rompió en un llanto muy fuerte
- Espera que? -pregunte- Ella está enferma y solo lo oculto? -suspiré- tienes que decirme dónde está, necesito verla -agregue- ahora mismo
Ella limpió sus lágrimas y entre pequeños amentos me respondió- No, no es posible que lo puedes hacer
- Pero porque?! -reclame- necesito verla
- Ella desapareció!
- Que?! -esto no podía estar pasando- Necesito saber en dónde está
- No se cariño, no sé en dónde está -lloró más fuerte- Ella me dio el paquete y dijo que necesitaba irse lejos de que su enfermedad nos haría daño a todos y que lo mejor era desaparecerse -se abalanzó y me abrazó llorando aún más fuerte
- Esto no puede ser verdad, no! -grite, sin dejar caer una lágrima
En ese momento de confusión acerca de lo que estaba pasando, mi celular sonó, era mi padre.
No sabía si responder o no, así que desvíe la llamada y trate de calmar a mi tía.
Después de unas horas, ella se recupero me dijo que debía irse, no me dio una direccion o un número al que pudiera contactarla, solo se fue y me dijo que estaría bien y que me cuidara.
Entonces le llamé a mi papá.
- Hija, me asustaste, porque no respondiste cuando te llame?
- Lo siento -dije- estaba dormida y no me di cuenta de que tenía una llamada entrante
No podía decirle acerca de lo que pasó, no era un buen momento, no ahora que tenía problemas que resolver.
- Oh, está bien -suspiro- ya estoy más tranquilo
- Eso me alegra mucho, y como va todo por allá -pregunte
- Todo va bien, estamos a punto de ganar el caso para poder seguir adelante en la demoledora -dijo entusiasmado- Bueno tengo que volver al trabajo, te amo hija
- Yo también te amo papá
Finalice la llamada. El se escuchaba muy bien, pero yo sabía que no estaba, decidí dejarlo así.
Busque un poco de comida en el refrigerador, tome un plato y subía mi habitación, me di cuenta de que había dejado la caja en el piso de abajo.
Decidí comer primero y luego bajaría por ella.
Después de unos minutos así lo hice, baje con los trastos sucios. Los lave, luego tomé la caja y subí a mi habitación.
Estaba en un dilema, la abro o no, me decía a mí misma. De pronto alguien llamó a la puerta.
Bajé las escaleras corriendo y me asomé por la ventana vi aDanna parada temblando de frío, abrí la puerta y ella entro corriendo
- Rayos! Me congelaba ahí afuera -me miró furiosa- porque te demoraste abriendo la puerta
Fueron cinco minutos -asegure- ya no exageres

Las dos subimos a mi invitación, yo me dirigí al armario en busca de un suerter para Danna y en cuanto me di vuelta ella ya estaba pegada como una pulga a la caja.
- Qué es esto? -pregunto- la caja secreta de Kat tal vez -soltó una risa- ya dime
- No tiene importancia en realidad -suspire- me lo envió mamá
- No juegues Kat -me miró seria- Ya en serio que es -pregunto nuevamente
- No estoy jugando -respondí- es la verdad, mi tía trajo el paquete y me dijo un montón de cosas, en realidad estoy muy confundida
- Puedes confiar en mí -dijo tomando mi mano- cuéntame, qué pasó
Después de haberle contado todo a Danna, ella quedó muy sorprendida y no tenía palabras, la entendía perfectamente. Y entonces decidimos abrir la caja para ver que contenía
Cuando la abrimos había una carta la cual guardé en mi pequeña cómoda y seguí con Danna desenvolviendo un pedazo de papel de seda que contenía algo.
- Es hermoso -dijo Danna sorprendida
- Si, lo es -respondí
En la caja estaba un vestido blanco con un corte que llegaba encima de las rodillas y atrás se extendía hasta llegar a los talones, por lo que pude apreciar era perfectamente mi talla. Aparte venía con un antifaz blanco y adornado con escarcha y plumas blancas y negras.
No podía negar que era muy lindo
- Pontelo -gritó Danna- pruebatelo, vamos quiero ver cómo te queda
- Yo... no sé, es que...
- No hay excusas
Dicho esto fui al baño me coloque el vestido que me entallaba perfectamente, salí del baño.
Que tal -pregunte
- Perfecta, definitivamente -aplaudió claro que no se puede apreciar sin estos bellos tacones -dijo mostrándolos
- De donde los sacaste?
- Estaban en la caja también -aseguro- pontelos
Eran unos tacones negros con plataforma, vaya que eran impresionantes. Me los coloque
- Ahora si -grito Danna- mirate a el espejo, estas hermosa, creo que te robaras toda la atención, a donde sea que lo lleves puesta -declaro- por cierto para que lo vas utilizar -pregunto
Ay no, no puede ser, había olvidado que era una fiesta sorpresa, ahora que le iba decir. Estaba en un serio problema- Yo... em... tú sabes
- Que?! -insistió- Una fiesta que se llevará acabo mañana, de la cual se supone que no sé nada pero casualmente la descubrí cuando dos personas salieron del salón de mi casa diciendo que lo que estaban haciendo allí, era prepararme ramo de flores? -me quedé sin palabras creo que es perfecto para eso -sonrío.

Secreto en el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora