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Felicidad momentánea.

Tranquilidad...

Eso es lo que había en aquel paraíso.

Bueno... En realidad la tranquilidad no era mucha...

Tarde o temprano ella lo encontraría...

Y pensar que sus bellas rosas tenían que estar sembradas ahí...

—Abiel~— Y ahí estaba, una de sus dolores de cabeza y a la misma vez preocupación. Sintió un peso en su espalda, e inevitabilmente perdió el equilibrio cayendo sobre el campo de flores de su madre.— Hermano estás tan reluciente como todas las veces.

La joven rubia le sonrió con gran felicidad y sinceridad, era hermosa, hermosa como todos sus demás hermanos y hermanas.

—Eva, te dije varias veces que no hagas eso, Adán no te dijo que es peligroso saltar sobre alguien?

Eva se levantó arreglándose su ondulado cabello, según lo que ella había dicho, tenía curiosidad de porque usaban esas extrañas prendas, era algo que pronto le llamaría la atención así que era normal que lo preguntara.

—Jeje~ Si, pero aún así no puedo evitarlo, hace unos minutos vi a Lejha, tan linda como siempre, y como ella estaba aquí supuse que los demás también así que quise saludar.— Ella era tan dulce e inocente, no podía hacer nada en contra si se trataba de una de sus hermanas. El peliceleste agarró unas cuantas flores adornando el rubio cabello de su hermosa hermana Eva, no les importaba que ellos hayan sido creados de simple barro por su padre, ellos estaban vivos como ellos, simplemente hermosos y llenos de vida.

Eva se retiró dando las gracias por aquel bello arreglo en su cabello, su sonrisa fue una de extrema felicidad... E inocencia pura, pero aún así... ¿Porque debía de existir ese árbol?

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—Para que nos llamaron padre?—Ahi estaban todos reunidos, su padre bajó la cabeza mientras su madre entraba con varios dioses aún en la etapa de aprendizaje, parecían tener la edad de su hermanita Lejha, todos ellos con miradas tristes, miradas de dolor.

—Ellos serán sus hermanos desde hoy...—La voz de su madre sonó quebrada, estaba queriendo llorar? Y ahí fue cuando lo supo... Esos dos jóvenes que estaban detrás de ella... Pertenecían a Yuelles quien hace poco fue a recuperar territorios... Los mayores comprendieron rápido lo que sucedía, y lo que pasó con los padres de esos niños. Su padre suspiró y se marchó para avisar la pérdida de sus guerreros a sus abuelos y tías.

—Sean bienvenidos a nuestra familia—Ilya fue la primera en hablar e ir con los pequeños, arrodillandose frente a ellos con una sonrisa.

Lejha con total interés seguida por los demás niños se acercaron con curiosidad, con una sonrisa la pequeña diosa de la armonía y de los elementos naturales se acercó a abrazar a una niña de cabellos negros azabache que parecía ser mayor que ella.

—No te preocupes, todo está bien, todos ustedes son parte de nuestra familia ahora—Con gran tranquilidad y comprensión ella entendió por lo que pasaban, no podía ser posible que una niña supiera que estaban sufriendo por una perdida.

—La señorita Lejha es muy madura para su edad...—Ilya observó a su amiga, quién ahora no tenía a nadie, quien perdió a sus padres. Sonrió dulcemente mientras la abrazaba.

—Si~ tú debes comprenderme verdad Kadet~ el dolor de ver a tus hermanitos crecer cada vez más, y eso que apenas pasaron 100 años.

La joven de cabellos azules le siguió el juego a su capricho acariciando suavemente sus rubios cabellos que tiraban más al blanco, todo bajo la mirada de su hermano gemelo menor.

.Desde el Comienzo. Saint Seiya [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora