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.Caída de Ángeles.

Tuyen se había levantado temprano, desde hace unos meses lo venía haciendo, solo para bajar al mundo humano y observar su belleza, pero en especial para verlo a él. 

Un guapo español había robado su corazón, su expresión estoica y su gran corazón, claro que para verlo no era nada fácil, recorrer todo el camino hasta el templo del reino mortal era toda una travesía.

—¿A donde crees que vas? —Tuyen se sobresalto por la repentina voz de su hermano, se giró asustado, y allí frente a él estaban no solo la persona que le hizo llevarse un gran susto, sino también uno de sus hermanos que nunca pensó verlo bajar al reino humano.

—La pregunta aquí es... —Los señaló entrecerrando sus ojos ante lo que llevaban puesto. —¿Qué hacen ustedes aquí vestidos con ropa de los mortales? —Touché.

Alka y Elek inmediatamente parecieron nerviosos, se observaron tratando de hallar una excusa para su hermano mayor, no lograron encontrar una, pero lo intentaron.

—Trajimos a... —Elek miró en varias direcciones evitando la mirada de su tranquilo y algo hiperactivo hermano mayor, buscando una excusa en su mente, y el foco se prendió. —¡ Trajimos a Pegaso para que olvidará un poco sus problemas!, ¿Verdad Alka? —El mencionado que aun tenía los ojos cerrados se confundió un poco por la repentina pregunta, lo pensó por unos momentos dándose cuenta de la razón por la que Elek dijo eso y asintió.

—Si, si. —Comenzó a confirmar lo que "hacían" ahí. —Vinimos con Pegaso para pasear un rato, tu sabes... —Trató de sonar lo mas sincero posible, de verdad lo intentó. —Deméter lo convirtió de repente en un caballo alado y el pobre no sabe cómo manejarlo...

El castaño los miró con una expresión de "¿Es enserio?"; sonrió divertidamente sabiendo que sus hermanos trataron de engañarlo con esa mentira piadosa, "Tan lindos" pensó para luego volver a una fingida seriedad.

—¿Y donde está Pegaso? —Tuyen juró escuchar un muro de piedra destruirse. Elek y Alka se quedaron en blanco sin ninguna expresión en su rostro, "Era de esperarse" el castaño reia a sus adentros. Definitivamente Tuyen era su hermano mayor, ambos suspiraron derrotados, era el fin de sus escapadas para ir a Grecia y ver a esos chicos.

-Con Lejha y Abiel... Porque nunca caes en nuestras mentiras?- el de cabellos oscuros hizo un pequeño puchero por ser descubierto, odiaba a Tuyen por eso.

-Porque Alka me dio esa iniciativa, además no hay nada de malo si quieren salir.- Alka quiso protestar aquello, en realidad si había muchas cosas en contra... Cómo ser asesinado o raptado por algún otro dios.- Si ya sé que papá lo prohibió por los dioses y blah blah blah...

-Tómalo con más seriedad Tuyen, papá solo no quiere que nos pase algo...- el castaño hizo oídos sordos a las palabras del rubio, quién suspiró derrotado y sin más palabras que decirle.

-Si eso es todo me voy- y antes de que los otros pudieran decirle algo este ya había desaparecido de su campo visual, si que era rápido.

Elek observó a su hermano menor, agarró suavemente su mano para ir a su destino, no pensaban quedarse ahí todo el día, no señor, ellos debían ir a donde estaban los chicos que habían llamado su atención.

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Lejha acariciaba suavemente la melena de su primo, respetaba a Deméter y a Perséfone, pero convertir a Pegaso en un caballo? Era pasarse de la raya, que tenía de malo que su tío Hades empezaba a gustarle otra persona más? Simplemente no lo entendía y no quería hacerlo. Los sentimientos negativos le causaban un gran dolor, así que prefería quedar fuera de cualquier pelea. Y lo peor es que Poseidón no hizo nada por su hijo... No entendía a los de Grecia, bueno... A su prima Athena si e incluso a Artemisa y Hestia, pero a los demás no. El pequeño relincho le hizo salir de sus pensamientos, sonrió amablemente mientras su primo trataba de hacerle mimos para que dejara de pensar mucho.

.Desde el Comienzo. Saint Seiya [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora