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El banquete fue un éxito como todos los años después de la selección de los alumnos de primer grado.
Victoria miraba atentamente su plato de comida sin apetito alguno pensando que tendría que compartir cuarto con el rubio. Cosa que no le disgustaba pero no sé sentía cómoda con el asunto.
-¿Estás bien?- hablo Arya, su hermana menor mirándola con atención.
-Si- contesto Victoria intentando convencerla.
-Tienes una cara de espanto- rio Alex Weasley mirandola- Como si le tuvieras miedo a algo.
-Ese algo tiene nombre y apellido- interrumpió Jean entrando a la plática- Y es mi hermano Hyperon Malfoy.
Victoria le mando una mirada asesina a la rubia haciéndola reír.
-Tengo miedo- confesó Victoria sin poder evitarlo- Jamás he convivido tanto con Hyperon Malfoy, no sé cómo tratarlo.
Phoenix se dió media vuelta mirando a la chica
-Solo debes tranquilizarte. Mi hermano siempre ha sido un caballero y jamás haría nada para hacerte sentir mal.
-Solo debes mantener el contacto visual con el, de esa manera no te sentiras intimidada- aconsejo desde el otro lado Serpents.
Aerys Malfoy rodo los ojos y puso una mano sobre el hombro de la chica.
-Solo debes ser tu, Hyperon es el más frio de todos pero tiene un buen corazón
Victoria asintió con la cabeza y miro hacia el techo donde las velas flotaban arriba de su cabeza. La campana sonó anunciando el término de la cena y todos los estudiantes comenzaron a levantarse de sus asientos.
-¡Excelente inicio de clases mis pequeños hechizeros!- sonrió Albus Dumbledore mientras miraba partir a los alumnos.
James Potter llegó hasta el grupo con una sonrisa.
-¿Que? ¿Jugamos algo antes de ir a dormir o que?- propuso el pelinegro.
Victoria observo como cada uno negaba poniendo un pretexto.
-Yo debo ir al baño, debo hacer mis necesidades antes de que me pase un accidente- hablo Roxanne camiando o mejor dicho corriendo hacia la salida.
Jean dió media vuelta.
-Yo también los dejo. Estoy casada y debo preparara las materias para mañana.
-Ya le salió lo Granger- exclamó Damián Nott haciendo reír a Victor Riddle.
Cada uno comenzó a abandonar la sala dejando al último a Hyperon y Victoria, está última miro partir partir a su hermana Scarlett quien reía al lado de Serpents Malfoy.
-Sigueme- ordeno Hyperon hacia la chica, está asintió con la cabeza y caminaron en silencio por los pasillos oscuros hacia las mazmorras de la casa de Slytherin.
A diferencia de los demás. Estos pasaron una segunda puerta donde en la puerta decía la palabra "Prefectos". Hyperon se detuvo en la puerta y la abrió dejando entrar primero a Victoria.
La chica pelinegra miro la estancia con cierto asombro. Era una habitación mucho más grande de las habituales, tenía un comedor muy amplio de color negro, la pequeña sala tenía colores plata y verde. Y arriba del techo colgaba un candelabro dorado que decoraba el techo, había una alfombra color negra y de una de las paredes colgaba la fotografia de Salazar Slytherin.
-Solo hay una habitación.
Victoria parpadeo y miro al rubio.
-¿Que?- logro articular.
Hyperon se acercó a ella y sonrió de lado.
-Solo hay una habitación- contesto de nuevo, sonrió ampliamente al mirar parpadear varias veces a Victoria- Pero no debes preocuparte, tu dormirás ahí y yo en la sala.
La chica asintió con la cabeza y miro al rubio arrojarse en el sillón. Sintió una pena de culpa al saber que tendría que sacar al rubio de su comodidad.
-Los rondines de prefecto inician a las 8 de la mañana antes de las clases- informo el rubio mirandola- Tus pertenencias ya se encuentran en la habitación por si gustas comenzar a acomodarlas y pasar a dormir. Tengo reglas Riddle- Victoria lo miro sin entender- Odio que me hagan esperar y que cuestionen mis órdenes.
Victoria frunció el celo mirandolo.
-Es la primera vez que trabajo con alguien en esto y no me agradaría saber que el recién llegado tome las reglas y órdenes del todo. Tampoco me gusta que cuestionen mi vida privada.
-¿Estás poniéndome órdenes?- pregunto friamente la chica.
Hyperon se acercó a ella y le sonrió.
-Solo te advierto lo que disgusta Riddle, evito conflictos futuros.
Victoria lo barrio con la mirada disgustada. Desafortunadamente para ambos odiaban algo en común. Ser ordenados por una persona.
Paso al lado del rubio y abrió la puerta mirando la habitación, luego se adentro a ella y la cerro dando un portazo ante el disgusto que le había ocasionado Hyperon.
