Cinco patitos

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El embarazo para un omega es un acto sagrado, por instinto las cosas siempre van bien con algunas dificultades pero sin dejar a un lado a sus bebés, sin embargo el destino de Yoongi había cambiado radicalmente cuando había sido confundido como alfa en su etapa adolescente, todos pensaban eso hasta ese día dónde de la peor manera se enteró de la verdad.

En la facultad varios alfas lo merodeaban por alguna razón, sentía que le harían daño y no era que el chico no se pudiera defender, pero ellos eran cinco y él solo era uno, así que lo que más temían sus padres se hizo realidad.

Yoongi estaba tan ilusionado que al llegar su presentación se desmayó emanando un aroma a café dulce que por el estrés contenido se tornó amargo, tanto que incluso cuando NamJoon lo conoció antes que Taehyung pensó que se trataba de un alfa defectuoso.

—No puedo tener a este bebé Taehyung. . . yo no puedo.

Sollozó abrazando la caja de madera cuyo contenido hasta ese día era desconocido para Taehyung pero muy preciado para Yoongi.

—Dime que es lo que pasa, se supone que estamos casados Yoongi, no deberíamos guardar secretos.

Yoongi levantó la vista con los ojos rojos y lagrimosos, el dolor en su pecho y de su lobo interior eran muy dolorosos.

—Cuando me presenté siempre creí que era alfa, mi lobo no hablaba conmigo, así que por mi aroma a granos de café pensaba que era alfa. . . resulta que mi aroma para los demás era granos de café con un poco de caña y nadie hablaba conmigo en la universidad así que no me decían nada. - suspiro para continuar. - un día iba de regreso a casa, era muy tarde, no había transportes por el toque de queda y mi auto se había descompuesto así que debía ir por mi cuenta, a dos cuadras cuando pase por un callejón aparecieron los de el grupo que me molestaba de lejos todo el tiempo. - apretó la mandíbula convirtiendo su tristeza a una mezcla de tristeza y frustración. - me tomaron entre dos sujetos mientras los demás me tocaban indebidamente, yo sólo podía llorar porque gritar no serviría de nada así que al final me rendí, justo cuando lo hice comenzaron a tomar turnos para abusar de mí mientras yo lloraba en silencio. . . fue entonces cuando llegué a mi casa que mis padres me confesaron todo, me deteste por no darme cuenta antes y dos meses después me enteré de lo que nunca pensé que me pasaría y mi lobo decidió aparecer.

—¿De que estás hablando?. - no era miedo lo que sentía, era pánico.

—Pues decidió aparecer cuando me enteré de mi embarazo, a medio año de graduarme habían pasado tantas cosas que bueno. . . no lo esperaba, al menos no estar esperando a un bebé dentro de mí, una bola de carne creciendo en mi vientre era algo que no creí experimentar, nunca busqué al padre del cachorro por qué me parecía mala idea criar a un bebé con ejemplos tan deplorables de alfa o beta, habría sido un caos así que mis padres comenzaron a cuidar de mi mientras esperaba mi graduación, planeaba tener a mi bebé y ser el mejor abogado del mundo para cuidarlo cómo se merecía, de negar mi vida como alfa pase a ser un omega soñador con un pequeño en su vientre esperando con ansias tenerlo en mis brazos y besar sus esponjadas mejillas, moría de ganas por saber si se parecía a mí, por saber si también le gustaría el baloncesto y los libros, por saber si sería un astronauta, diseñador, doctor o abogado como yo. - soltó una risa melancólica. - todos los días acariciaba el bultito que crecía en mi vientre cada día, me gustaba hablarle y escuchar música con él. . . las primeras pataditas fueron las más hermosas, fue la sensación más hermosa que pude sentir en toda mi vida, le gustaba mucho moverse y jugar con Holly, se emocionaba mucho cuando escuchaba la voz de mi padre y mi madre, me dolía cuando se movía pero aún así valía la pena ver sus pies y manitas bajo mi piel. . . el día del parto fue lo mejor, no estaba exaltado ni temeroso, me sentía feliz de poder tener a mi bebé conmigo después de ocho meses.

Papás por encargo -Taegi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora