-Yo... realmente necesito pedirte perdón. Yo-
-Cállate. Por dios, cállate. Besame y házmelo. Por favor- Rogó Alois restando completa importancia a cualquier frase que quisiese salir de la boca ajena.
Quería sentir su boca sin la necesidad de mentir en que no lo había extrañado, quería sentir su piel silenciosa, no mas palabras, no mas deseos y promesas profundas e inalcanzables.-Quiero-Quiero hacer el amor- Volvió a rogar agarrando el cuello del de ojos dorados para pegarse a su cuerpo con un hambriento deseo.
Su cuerpo pequeño temblaba contra el mas fuerte y amplio, estaba tan caluroso, todo ese tiempo anhelando ese amor agonizante y que fue suyo.-Claude- Gimió contra la boca ajena hinchando el pecho y soltando un suspiro ruidoso.
Su cuerpo se sentía liviano y caliente, necesitado, deseoso, a punto de estallar.
Atrajo el rostro de aquella persona que lograba enloquecer su corazón y unió sus bocas con completa hambre, con desesperación. Y fue una dicha sentir como el otro correspondía con el mismo deseo.
La boca de Claude era intensa, dura, sus labios tiraban de los suyos como si quisiese arrancarlos, su lengua vigorosa barriendo cada pequeño lugar de sus labios antes de presionar la linea que separaba el superior del inferior y penetrar en profundidad su boca caliente y húmeda.
Tuvo que retroceder en lentos y torpes pasos cuando el pecho de Claude comenzó a empujarlo hasta dejarlo acorralado entre una de las casetas de adorno que poseía aquel jardín.
Su espalda se apoyó contra el borde de la ventanilla de esa pequeña casita mientras manos grandes le sacaban la camisa del interior del pantalón y comenzaban a deshacerse de su saco y chaqueta. Su ropa superior cayó a sus pies mientras aún poseía los hombros cubiertos por la camisa abierta.
Soltó un ruidito de sorpresa cuando fue alzado por los muslos sentado al borde de la ventana de la caseta.
La boca de Claude se paseaba extasiada por aquellos caminos en la piel de Alois que había anhelado con tanta fuerza con anterioridad.Sus brazos estaban dispuestos a expresar su completo anhelo, a dejar ver su desesperación. Aquella boca comiendole el deseo, regalandole satisfacción pura.
Alois agarró a Claude por la nuca, enterrando sus dedos en su cabello negro, sintiendo como esos dientes el arañaban al piel del cuello. Le atrajo de nuevo a su boca, deseaba inquieto sus besos profundos y su lengua brusca moviéndose en su boca.
Fue desprendido de su pantalón casi con maestría y quiso gritar de gusto cuando sintió el roce de su cuerpo ardiente y sensible contra la ropa ajena.
Su pobre corazón no dejaba de acelerarse al verse reflejado en aquellas cuencas amarillas, doradas. Brillando con tanto amor que podría sofocarse en él. Pero sabía que no le importaría ahogarse en el amor de Claude. Una vez mas no podría lastimarlo ¿o si?Su cuerpo mostraba su completa disposición al toque de sus dedos fuertes, a las caricias duras y desesperadas.
Los dedos de Claude se enterraron en su interior y no pudo evitar que sus uñas se hincaran en la tela del saco del mayor.
Con movimientos torpes le deshizo el nudo de la corbata, le quitó la chaqueta intentando mantener la cordura ante el roce de los dígitos en sus entrañas.
Cuando hubo despejado el pecho amplio y tibio se dispuso a tocar la piel ardiente bajo sus dedos, el cuerpo de Claude seguía teniendo el mismo efecto casi afrodisíaco en él.
Alois deslizó sus dedos por el vientre de Claude hasta que sus dedos se vieron limitados por la cinturilla del pantalón, donde temblando metió sus manos con cuidado hasta tener en las dichas la virilidad de quien antes tanta locura y amor le había regalado.
Le acarició con la yema de los dedos, jadeando ante el propio placer que se le estaba dando a su cuerpo.
Gimió con fuerza cuando el movimiento profundo de los dedos golpeando sus paredes interiores le envío corrientes por todo el cuerpo casi causando que se deshiciera en espasmos.-Solo follame. No mas preámbulo- pidió con voz queda, casi aguda.
Su propia mano pequeña envolvió el miembro erecto para guiarlo sin vergüenza al inicio de su placer.
Alzó la cabeza, sin soltar la intimidad ajena, miró a los ojos a Claude, rogando en silencio, rogando con su mirada azul cielo cristalizada de placer.
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Fuera De Cámaras-AloisClaude.
De TodoAlois trancy no era un chico exactamente destacado por su inteligencia, o por su belleza, o por algún talento especial. No tenía amigos cercanos mas que algunos compañeros de trabajo escolar con los cuales jamás fue lo suficientemente cercano como p...