Capítulo 38: aun si duele.

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Habia pasado un mes, apenas un mes viviendo con su prometida, llegando exhausto de la universidad, para luego marchar a hacer acto de presencia en las reuniones de la compañía de su padre, ahora mas bien, Trancy&Midford.

Había pasado un mes donde se había cuestionado sus decisiones de forma dura, donde se había cuestionado su comportamiento fríamente dándose cuenta de que aquello jamás fue lo correcto.
Aún si a veces dolía. El recuerdo de las manos de Claude tocandole, de sus besos en su rostro, de sus ojos mirándole con amor.
Lo extrañaba. Lo necesitaba.

Muchas veces se había preguntado cómo era enamorarse. Ahora que había caído en esa misma trampa se daba cuenta que el amor sólo traía dolor.
Y quienes realmente amaban eran quienes mas masoquistamente se comportaban.
Le gustaba ese dolor, mucho. Pero solo le gustaba cuando era provocado por los besos de aquel hombre.
No por causa de una mujer.
No por esa mujer.
Había tanto en sus manos en esos momentos, que no podía decir cómo realmente se sentía o todo lo que estaba llevando entre sus dedos acabaría en el suelo. No quería derrumbar nada, no quería desechar nada. Porque sentía que era una decisión demasiado egoísta. Porque sentía que cuando escapara por fin, terminaría perdido.

Pero una parte de sí tenía esperanzas.
Una parte mantenía intacto sus anhelos.
  

   

-Cariño, ¿Qué haces aquí? ¿Y Lizzie?- Los ojos opacos y enrojecidos de Alois se mantuvieron en la enorme puerta blanca que cerró cuidadosamente como si temiese despertar a alguien metiendo demasiado ruido.
Se giró a su madre mientras se metía las llaves de la casa que conservaba en el bolsillo de la chaqueta. Caminó a la mujer rubia de azules ojos con la cabeza baja, mirando las maletas acomodadas a un lado del sofá donde yacía su madre.

-¿Se irán de viaje nuevamente?- Preguntó. Pues el número de maletas era exagerado.
Tomó asiento junto a la mayor, sin mirarla, para ocultar la tormenta desatandose dentro.

-¡Oh! No. Es que. Yo-me. Me voy a mudar.- Alois dirigió su mirada perpleja a los azules ojos ajenos.
Ella dejó una risilla escapar de su boca antes de continuar. -Hace poco me he enterado de que tu padre me engañaba. Su amante está embarazada, sabes. Y si te soy honesta. Nosotros no estábamos bien. Las peleas eran constantes, te manipulaba para decirte que hacer y hacerme hacer cosas a mi también.- De los azul cielo de Alois brotaron lágrimas que espantaron a su madre. La mujer le rodeó con sus brazos con la sensación de no haberle tenido hacia mucho tiempo. Fue inevitable no sentir una ligera nostalgia.

-Yo lo sabía. Ma-Mamá lo siento. Yo lo sabía. Todo este tiempo lo supe. yo... no sabía que hacer.- Lloriqueó escondiendo su rostro contra el pecho de su madre. A veces sentía que realmente no había madurado nada. Seguía siendo un niño. -Yo. Lo supe y no pude... no quise arruinar nuestra familia.- Su madre le acunó el rostro entre sus delicadas manos tibias y le besó la frente, le acariciaba el rostro para calmarlo y siseaba buscando su silencio.

-Mi pequeño niño. Mi lindo niño.- Decía ella dándole roces en los pómulos con la yema de sus pulgares. -Mi precioso niño...- Lágrimas rodaron por las mejillas sonrosadas de la mayor. -Está bien. No es tu culpa. El siempre fue un... un...-

-Un desgraciado. Malnacido.- Completó Alois tomando las manos de su madre presionándo sus manitos contra las de la mayor. La rubia soltó una carcajada entre lágrimas y asintió.
Alois se acercó y su madre correspondió al gesto pegando sus frentes, ambos cerrando los ojos.

-Voy a divorciarme.- Dijo ella. Causando que su hijo abriera los ojos de nuevo.

-Hace algunos días. Recibí la visita de un hombre enamorado.- Comenzó a narrar su madre. -Sus ojos reflejaban tal dolor profundo que solo de verlo me causó el llanto. Se veía casi sin alma. Tan destrozado. Admitió sus errores sin pasar por alto un detalle, mas que necesidad, era su deseo ser feliz junto a esa persona que tanto amaba. Me dijo que el amor nunca le pareció doloroso hasta que realmente lo sintió. El dijo; "Ver su espalda alejarse, sentir sus manos frías, sus besos sin amor, ver sus preciosos ojos admirando a alguien que no soy yo. Y yo ser capaz de contenerme y desearle la felicidad pura, es la prueba de que mi amor jamás fue mas sincero. Quiero que sea feliz. Incluso si no es conmigo."- Alois le observó en silencio. No comprendía exactamente cual era su punto.

Fuera De Cámaras-AloisClaude.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora