"Descansa en paz...mi amado pegaso"

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Oscuridad

Eso es lo que había sentido después de que aquel báculo me atravesara.

Creí que volvería a aquella odiosa urna pero no fue así.

Desperté en algo suave, supuse que era una cama; estaba tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien estaba al lado de la cama, al ver mejor note que era mi querida hermana Pandora.

-Mi señor me alegra que haya despertado- decía mientras sujetaba una de mis manos y derramaba algunas lágrimas.

-Donde estamos- pregunté con una voz débil cosa que me dejo un poco sorprendido.

-Mi señor hemos regresado al Inframundo usted aun sigue con vida..

Inframundo? Acaso esa niñata me tuvo compasión? No eso es imposible, yo mate a su caballero mas fiel, al caballero de pegaso.

-Pero como- intente levantarme pero una punzada llego a mi pecho haciendo que me sentara de nuevo en la cama.

-Mi señor, no se esfuerce esta demasiado débil, su lucha con los Caballeros lo debilitó demasiado especialmente cuando el caballero de pegaso se atrevió a atacar a alguien como usted.

Caballero?..... Pegaso

Era increíble como un simple mortal pudo herirme de esta forma.

-Pegaso que pasó con el?- porque me preocupaba por ese simple mortal?

-Ha muerto mi señor.

De nuevo senti una punzada en mi pecho, aunque está vez sentía que algo me faltaba.

-Gracias por cuidarme Pandora, dormire un poco. 

-Entendido si necesita algo solo llameme- dicho eso salió de la habitación.

La sensación de que algo me faltaba seguía presente y una necesidad de ir al santuario creció en mi

-Que bajo ha caído el rey del inframundo..

Abri un portal con la energía que me quedaba para llegar al santuario.

Las palabras de Pandora siguen en mi mente.

Pegaso ha muerto...

Otra punzada en el pecho. 

Algo logro captar mi atención un ataúd de cristal. 

Me acerque lentamente aquel ataúd...

Y lo vi

-Pegaso..

Ahi estaba el mortal que logro herirme, que logro humillarme, que logro...... enamorarme.

Muerto frente a mis ojos... es mi culpa... todo porque mi orgullo... pudo mas que aquel sentimiento que llaman..... Amor.

Abrí el ataúd y pude observar ese rostro que me había enamorado.

Esos ojos chocolates.. Que al verlos me enamoraban cada vez mas.

Esa sonrisa tan brillante como el mas puro ángel que con solo verla, mejoraba tus días.

Y su espíritu, un espíritu tan fuerte que jamás se desvanecía.

Y todo eso lo había perdido... Ya no podría ver jamás aquel ángel que llego a mí vida..

Me acerque poco a poco a sus labios y le di aquel beso que nunca pude darle.


















"Descansa... en paz... mi amado Pegaso"

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