La Hermana Menor De Inuyasha. Pausada.

Razones

<< El cielo se iluminó de mil colores, una lluvia de pequeños cristales se hizo presente al igual que una furia convinada con trizteza.

La Perla de las cuatro almas se había roto en mil añicos y kagome como custodia de aquella perla tan valiosa se tenía que dedicar a recolectar los fragmentos de shikon, para que ningún demonio que la poseyera la vuelva oscura. Pero ella aún estaba insegura de eso, no sabía cómo usar el arco y aquel híbrido no la ayudaría ya que el solo quería la perla para el mismo.

Se sentía mal pues no solo tenia esta gran responsabilidad, si no que que extrañaba a su familia, anhelaba poder ver a su madre de nuevo, a su hermano y también a su abuelo, en estos días trató de querer llevarse bien con la demonio, pero por más que quizo a ser algo para agradarle pareciera que más la odiaba.

Perecia que a ninguno de los dos hermanos le caía bien y no sabía el motivo, eso la enfurecia más.

- oye, por que hiciste eso - sus ojos claros miraban neutros a la peli azabache mientras se sentaba a su lado - no tenías por qué rescatarme, ahora ve todo lo que has echo, mi hermano esta furioso.

- ya basta! - grito - para ustedes todo lo que hago esta mal, por que no pueden ser agradecidos, te salve la vida.

- hubiera sido mejor si me hubieras dejado morir.

- ¿he?

- ¿por qué lo hiciste?, ¿por qué insistes tanto en querer ser mi amiga? - la mirada de la azabache estaba sorprendida por las palabras de la albina, no podía creer su comportamiento, no la entienda - contesta.

- no sabes que es una amiga.

- si - volteo los ojos - a lo que me refiero es que por que yo, hay mucha jente en el pueblo ¿por que un demonio?

- quiero saber por que nunca sonríes, siempre es bueno aser amigos nuevos.

- eres muy rara - la peliazabache frunció el ceño mientras la albina se reía a carcajadas, haciendo que Kagome la mirara sorprendida.

- ¿por qué nunca quieres estar con migo?

- suenas como una niña molesta por que su novio no le presta atención.

- ¿que?

- es simple - sonrió - eres humana, odio a los humanos.

- por qué...... - la interrumpió

- si!...... Si te digo la razón, dejaras de hablarme - sus ojos se abrieron sorprendidos, mientras que por curiosidad asintió con la cabeza.

-tenia cuatro años, ¿tu que hacías a esa edad?

- no recuerdo mucho, salía a jugar con los niños, aunque siempre querían jugar el mismo juego, no se si para molestarme.

-yo también, me gustaba mucho jugar con Seshumaru-nii, y también Inuyasha, los dos siempre querían ser los mejores en la escuela pero acabando el entrenamiento siempre jugaban con migo - sonrío - ellos siempre se enojaban por que quería que jugarán todo el tiempo con migo. Como soy la única mujer en la familia todos me consentian y a que debía hacer mis tareas al final siempre terminaba jugando sin hacer nada.

Mis hermanos decían que me pusiera a entrenar o estudiar, pero a mi no me gustaba nada de eso, era muy aburrido.

- es normal para un niño de esa edad.

- si, pero para los humanos.

Yo soy un demonio, un día mientras salía de paseo con mi familia, los humanos entraron a destruir nuestro castillo, si destruían al gobernante acababan con los demás, eso es lo que pensaban. Y ya que muchos demonios estaban encontrá de mi padre los ayudaron.