𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨

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Miles de años antes del nacimiento de Cristo, se estableció en Irlanda una raza llamada Tuatha de Danaan que, con el paso del tiempo, se hizo conocida como la Raza Verdadera, o Raza de las Hadas.

Una civilización avanzada de un mundo lejano, los Tuatha de Danaan educaron a algunos de los humanos más prometedores que hallaron en las enseñanzas Druidas. Por un tiempo, hombres y hadas compartieron la Tierra en paz, pero fatalmente, una amarga separación nació entre ellos, y los Tuatha de Danaan decidieron mudarse hacia otros sitios.

La leyenda afirma que se dirigieron "bajo las colinas" en "montículos de hadas" o "túmulos". La verdad es que nunca dejaron nuestro mundo, pero mantienen su corte fantástica en lugares difíciles de encontrar para la humanidad.

Después de que los Tuatha de Danaan se marcharan, los Druidas humanos guerrearon entre sí, separándose en distintas órdenes. Trece de ellos recurrieron a las artes oscuras y

—gracias a lo que los Tuatha de Danaan les habían enseñado— casi destruyeron la Tierra.

Los Tuatha de Danaan emergieron de sus lugares secretos y detuvieron a los Druidas Oscuros antes de que lograran dañar la Tierra más allá de toda reparación. Despojaron a los Druidas de su poder, dispersándolos hacia los rincones más lejanos de la Tierra.

Castigaron a los Trece que se había vuelto Oscuros lanzándolos a un lugar entre dimensiones, encarcelando sus almas inmortales en una prisión eterna.

Los Tuatha de Danaan eligieron entonces una ascendencia noble, la de los Keltar, para usar el conocimiento sagrado y reconstruir y nutrir la tierra. Juntos, negociaron el Pacto: el tratado que controlaba la convivencia entre sus razas.

Los Keltar hicieron muchos votos de compromiso con los Tuatha de Danaan; ante todo, que nunca usarían el poder de las piedras estáticas
—que otorgaban al hombre que conociera las fórmulas sagradas la habilidad de moverse a través del espacio y el tiempo— para logros personales o fines políticos. Los Tuatha de Danaan prometieron muchas cosas a cambio, ante todo, que nunca apagarían el alma de un mortal. Ambas razas, durante mucho tiempo, acataron los compromisos hechos ese día.

Durante los siguientes milenios, los MacKeltar peregrinaron hacia Escocia y se establecieron en las Highlands, en el territorio ahora llamado Inverness. Aunque la mayor parte de su historia antigua, desde el tiempo de su colaboración con los Tuatha de Danaan, se perdió más tarde en las nieblas de su pasado distante y pasó al olvido, y aunque desde entonces no hubiera precedentes de que un Keltar hallara a un Tuatha de Danaan, nunca se desviaron del rumbo de su propósito jurado.

Comprometidos para servir para el bien de la humanidad, ningún MacKeltar rompió jamás su juramento sagrado. En las pocas ocasiones que debieron abrir una portilla a otros tiempos dentro del círculo de piedras, fue por la más noble de las razones: para proteger a la Tierra de un gran peligro.

Una leyenda antigua sostiene que si un MacKeltar rompe su juramento y usa las piedras para viajar a través del tiempo con propósitos personales, las innumerables almas de los Druidas más Oscuros, atrapados entre dimensiones, lo reclamarán y lo transformarán en el Druida más Oscuro y espantosamente poderoso que el género humano alguna vez haya conocido.

A finales del siglo XV, nacieron los hermanos gemelos Jhonny y JungKook MacKeltar.

Como sus antepasados antes que ellos, protegieron la antigua tradición, nutrieron la tierra y guardaron el codiciado secreto de las piedras estáticas.

Hombres honorables, sin corrupción, JungKook y Jhonny honraron fielmente sus votos.

Hasta una fatídica noche, en un momento de pena cegadora, en que JungKook MacKeltar violó el Pacto sagrado.

Cuando su hermano Jhonny resultó muerto a causa de un incendio, dentro de la torre donde dormía su sueño de quinientos años, JungKook entró en el círculo de piedras y regresó en el tiempo para impedir la muerte de Jhonny. Tuvo éxito, pero entre dimensiones, fue tomado por las almas de los Druidas malignos, quienes no han sentido los sabores, o tocado, o hecho el amor, ni danzado o competido por el poder por casi cuatro mil años.

Ahora, JungKook MacKeltar es un hombre con una buena conciencia y Trece malas. Aunque puede mantenerse fuerte durante algún tiempo, su plazo se hace más y más corto.

El Druida más Oscuro actualmente reside en la calle 70 del este de Manhattan, y es allí donde nuestra historia comienza.

𝐃𝐞𝐬𝐞𝐨 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨.Where stories live. Discover now