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Sus ojos fijos en la carretera y los míos sobre él. Sus rizos castaños caen sensualmente y cubren un poco su rostro, ocultando parte de su frente. Muerde suavemente su labio inferior con concentración y sus manos viajan alrededor del volante con maestría. Me deja sin aliento cuando me observa con esos ojos verdes y la pregunta me ataca. ¿Como puede existir un ser demasiado bello para su propio bien? Las comisuras de sus labios se elevan en una sonrisa coqueta y sus hoyuelos aparecen cuando una vez más, me descubre observándolo. Con suavidad desliza su mano sobre mi pierna y la deja recargada provocando un cosquilleo en mi interior, no digo nada y tampoco lo quito, porque me gusta tenerlo cerca y lo peor es que él lo sabe a la perfección.—Harry Styles, ¿Que haces?— Le pregunto con confusión cuando se orilla en la carretera, deteniendo el auto, me sorprendo a mi misma hablando con dulzura, supuse que estaba así por su presencia.
No dijo nada, solo me observó con atención mientras quitaba su cinturón de seguridad. Sentí que moría cuando colocó una de sus manos en mi mejilla.
—Te quiero besar.
Y eso fue el final de mi doloroso, decepcionante y triste principio.
—¡Maldita sea, Milán! ¡Son las ocho de la mañana! ¡TENEMOS QUE ESTAR EN EL INSTITUTO A LAS OCHO Y MEDIA!— Desperté por los gritos espantosos de Reese. Abrí los ojos y casi me da un paro cardiaco cuando veo como un edificio se asoma por mi ventana, no estaba acostumbrada a ello, sin duda estaba en Nueva York.
—Harry Styles estaba a punto de besarme, ¡APUNTO!— Le grito con furia e irritación. Maldita sea, era un triste sueño, uno más para la colección. —No molestes, no iré a ese horrible lugar— Me acomodo nuevamente en la cama, para poder retomar el sueño.
—Oh, claro que irás— Suena a determinación, entonces arranca todas las cobijas de mi cuerpo y me carga llevándome al baño. No me quejo, no digo nada. ¿Para que luchar contra Reese? No tenía caso, al menos no hoy que no estaba con el humor, ni él, ni yo. —Tienes solo 10 minutos para bañarte, si no estas lista, te sacaré de la ducha y no me importa que estes desnuda— Me observa amenazador, hago una cara de asco.
—Largo de mi baño, maldito incesto— Le levanto el dedo del medio.
—10 minutos, ¿Oíste?— Lo empujo y cierro la puerta en su cara. Le pongo llave.
—¡Las reglas las pongo yo! ¿Oíste?
Entonces me baño con rapidez y lavo mis dientes. Termino de arreglarme pero ya son las nueve de la mañana cuando lo hago. El uniforme esta colgado en mi closet, pero por supuesto que no lo iba a utilizar entonces me visto para llamar la atención, una vestimenta que por supuesto estaría prohibida en una institución de prestigio. Tomo unos jeans ajustados de mezclilla con una raja justo donde comenzaba mi trasero, no se veía nada indebido, pero si llamaba la atención. Una básica negra, una chaqueta de piel llena de zippers, con mucho estilo y unas botas altas de cinta Dr. Martens, mis favoritas.
—¿Así te irás?— Me pregunta mi hermano cuando llego a la cocina. El está vestido con el uniforme, por cierto, impecable.
—Sip— Le digo mientras sujeto una manzana y saco una botella de agua.
Se me queda viendo sin decir nada, analizando la situación. El sabía que no podía irme así a la institución, probablemente tendría un castigo, pero no tenía ganas de lidiar conmigo por lo que asiente irritado y rendido y suspira.
—Entonces vamónos.
Cuando llegamos ni siquiera tengo tiempo de inspeccionar la institución. Reese estaba muy angustiado por la gran tardanza, ya eran las nueve y media, por lo cual me jala del brazo cuando el chofer abre la puerta, salimos corriendo.
—Que sea la última vez, Milán. Si no te dejaba y me iba, es porque sabía que podrías darte el lujo de no asistir.
Y tenía toda la razón. Si el no me hubiera despertado, yo no hubiera hecho el mínimo esfuerzo por levantarme...
Un guardia escolar nos indica donde podemos entrar, seguimos las instrucciones, los guardaespaldas nos siguen y nosotros no decimos nada. Era algo normal, y necesario.
Entonces Reese abre la puerta del lugar, era como un salón, pues claramente no era la entrada principal. La puerta hace un ruido terrible, y cuando logramos ver lo qué hay dentro, siento todas las miradas de los estudiantes, de los directores y maestros y de toda la institución completa en nosotros dos.
Habíamos interrumpido una especie de asamblea.
Reese maldice por lo bajo, pero yo sonrío por dentro. Era una buena forma de empezar el siclo escolar, llamando la atención.
note:
Es un pequeño adelanto, NO ME MATEN!!! Esta semana JURO QUE ACTUALIZARÈ, solo necesito encajar algo a la PERFECCIÓN para que pueda publicar! GRACIAS POR LA ESPERA, y el apoyo.
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The Bad and the Play Boy
FanfictionLos gemelos Brooklyn and Bradley Beckham: Uno es el típico mujeriego encantador que enamora a todas las chicas con tan solo un guiño y él otro es el típico chico misterioso, sexy y reservado. Uno observa detenidamente tus movimientos, lo qué haces...