VII

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Al fin en casa luego de la visita a Senjuro, aguanto todo el camino las bromas de Shinobu.

—¡Buen trabajo, Tomioka-san!—Shinobu reía a su alrededor. El azabache la miro con intensidad.

—Kochou... ¿Cuántos más quedan?

—Soló uno más.—Shinobu sonrió aún flotando alrededor de éste, divertida y animada. Giyuu mostró seriedad.

—¿Es tu turno?

Esa sonrisa radiante se volvió triste al oírlo.

—Algo así, Tomioka-san.—Notó confusión por el tono chillón y dulzón para decir su nombre, Shinobu río.

—¿Quieres hablar con Kanao?, O Aoi y las otras niñas.

—No tengo nada que decirles. A cada una les escribí una carta, ya que estaba segura que moriría.—Lo dijo con tanta calma que Tomioka se preguntaba tantas veces como no lo notó.

Pero el siempre notaba las cosas importantes a última hora.

—Dijiste que estabas aquí porque tenías algo que hacer, en vez de hacer lo que tenías que hacer, ayudamos a Rengoku y Genya. ¿Por qué viniste tú en vez de ellos?—Tuvo esa duda desde el principio, pero Shinobu no quiso contestar.

—Porque Tomioka-san sólo puede verme a mi.—Hasta ahora.—¿No lo notaste?, Sólo pudiste ver a Rengoku-san y Genya-kun cuando tomaron tu cuerpo.

—¿Qué significa eso?

Shinobu parecía preocupada, apretando sus manos y mordiendo su labio inferior.

—Al principio si te estaba molestado, porque quería ayudar a Rengoku-san y Genya-kun con sus asuntos, pero justo ahora, me preguntaba si me ayudarías con mi problema.

—Si no es sobre darle un último mensaje a alguien no se si pueda ser de ayuda.—Murmuro, Shinobu río ligeramente y alzando su rostro lo miro.

—Por favor, Tomioka-san, dímelo.—La confusión se adueño de él.—¿Que ibas a decir?

—¿Qué?

—No quiero ser cruel contigo, Tomioka-san, nos has ayudado tanto, por eso, está vez no me enfadare si te niegas.

Tomioka frunció el ceño ante aquello tan extraño. Aunque hablar con un muerto ya lo era de antemano, actuaba raro.

—Durante mi funeral... ¿Qué era eso que no dijiste?

Y así lo comprendió. Lo entendió tan bien.

—Kochou.

—No estás obligado a responder en esta ocasión.—Deteniendolo desvío la mirada.—Soló es curiosidad.

—Si te lo digo podrás descansar en paz.—Shinobu asintió.—Ya no te veré, ¿Verdad?—Repitió el gesto.—Esta bien. Te lo diré.

Tomando aire, estaba preparándose para decirlo, pero...

—Mentí.—Interrumpio.—Realmente es una gran mentira.—Esas mejillas rojas y mirada avergonzada lo estaban confundiendo demasiado justo ahora.—No me iré si me lo dices, sólo estaba molestandote otra vez.—Río con nerviosismo, Tomioka se acercó y con su mano tocó su hombro.—¿Eh?

—Despues de ser poseído puedo tocarte.—Murmuro algo sorprendido, creyó que solo ella podía hacerlo.—Shinobu, lo siento.

—¿Eh?

—Soy lento para entender las cosas importantes...—Su tono monótono irritaba un poco a Kochou.—Por eso, espero haberlo entendido bien está vez.—La mariposa abrió sus ojos.—Yo soy la persona de la que te quieres despedir, ¿Verdad?

Duelo | GiyuushinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora