Parte 4: Intento de muerte.

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Los días continuaban, el vampiro no salía de la casa, Louis muy rara vez, Amelie se mantenía joven y bella como la primera vez y las quejas de Claudia no tenían límites, las provocaciones por parte de Lestat no cesaban, pues cuando Claudia comenta...

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Los días continuaban, el vampiro no salía de la casa, Louis muy rara vez, Amelie se mantenía joven y bella como la primera vez y las quejas de Claudia no tenían límites, las provocaciones por parte de Lestat no cesaban, pues cuando Claudia comentaba algo referido a dichas mujeres este se burlaba de manera directa e indirecta.
Tras acabar con una de sus tantas discusiones, Louis la lleva a dónde antiguamente era su hogar, para luego contarle cómo fue que se convirtió en lo que era ahora, diciendo que la culpa era de él «Yo te quité la vida, y él te obsequió otra».

──Estamos unidos por el odio.., no puedo odiarte, Louis... ──dijo mientras se acerca más a él.──Louis, mi amor... Fui mortal hasta que tú me diste el beso inmortal. ──este toma suavemente una de las manos de la menor mientras escuchaba sus palabras ──Te convertiste en mi padre, y soy tuya para siempre. ──le decía en susurros ──Es momento de olvidar y huir.

──Jamás nos dejará ir.

──¿En serio? ──preguntó hasta alejarse de la habitación de el vampiro.

En la sala principal se encontraba Lestat, tocando el piano de manera tranquila pero brutal a su vez, hasta que Claudia se le acerca.

──¿Qué ocurre ahora?, Me hirritas, tu sola presencia me exaspera. ──contesta con el ceño fruncido aún tocando el piano.

──¿A sí? ──preguntó dulcemente.

──Quiero que sepas que encontré a otra persona que será mejor vampiro que ustedes. A parte de Amelie.

──¿Pretendes atemorizarme?

──Eres caprichosa..., Porque eres hija única. ──suspiró. ──Necesitas un hermano, así es... Estoy harto de ustedes.

──Podríamos poblar el mundo con vampiros..., Nosotros cuatro. ──aquel sonríe indiferente

──No, tu no... Pequeña Claudia.

──No te creo... Te opones a mis planes.

──¿Cuáles planes?

──Vine a hacer las pases contigo. A pesar de que eres un farsante... Quiero que todo sea como antes.

──Deja de molestarme. ──ordenó aún con sus manos concentradas en el instrumento.

──¿Molestar? ──preguntó mientras se le acercaba y abrazaba por detrás ──Haré más que eso. Tengo un obsequio para ti ──Lestat se detiene al oír su propuesta.

── Oh, Claudia... Espero que sea una mujer hermosa, con unos atributos... Que tú nunca poseerá.

──¿Por qué dices esas cosas? ──dicho aquello la sala queda en completo silencio ──No te alimentas bien, Me lo dice tu color

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──¿Por qué dices esas cosas? ──dicho aquello la sala queda en completo silencio ──No te alimentas bien, Me lo dice tu color... además, sé perfectamente que Amelie no puede ofrecerte mucho, pues terminaría hecha polvo... Ella también está débil, ¿no es así? ──toma de su mano. ──ven a ver lo que traje sólo para ti.

Así fue como Claudia convenció a Lestat, lo llevó a otra sala y allí estaban dos jóvenes, al parecer desmayados. Claudia suelta su mano y con pequeños saltitos se recuesta al lado de uno de ellos, en aquel antiguo y fino sofá.

──No te enfades conmigo. ──sonrió ──Al verlos supe que eran para ti. ──toma una de las manos del joven y dice «Bebe». ──Solo un sorbo.

──Claudia... Claudia... Claudia... En verdad, te superaste.

──Prometo deshacerme de los restos. ──advirtió.

Mientras Lestat se acercaba a uno de aquellos jóvenes hermosos, Claudia observa con atención sus movimientos.

──¿Ya estamos reconciliados?

──Si... ──afirmó la menor.

Al decir aquello el vampiro toma de los cabellos de aquel joven, para absorber de su sangre, pero antes de acercase lo suficiente, Amelie pronuncia su nombre, obligando a detenerse.

──Acaso..., ¿El no beber sangre te hizo olvidar lo que alguna vez me dijiste?

──Lo que faltaba... ──musitó Claudia.

──Esos son cadáveres, ¿No es así? ──le pregunta a Claudia con seriedad. En cuanto a Lestat poco a poco se fue alejando de los muertos, sorprendido por lo que su amada acababa de decir ──¿Por qué querías matarlo?

──Empezabas a caerme bien, Amelie.

──Eso no justifica nada... ──el silencio inundó la sala. ──Lestat... ──pronunció una vez más, aquel la observa en silencio. ──, tu sabrás que hacer. ──dicho aquello se marcha del lugar, indiferente.

──¡Quiero que saques esto de aquí, es una orden Claudia! ──exclamó con el ceño fruncido. ──Cuando regreses tendrás un castigo, pequeña niña malcriada.

──¡Esto es injusto! ──exclamó furiosa ──Louis y yo nos iremos de aquí, te guste o no.

──Ustedes no irán a ninguna parte. ── ordenó con enfado para luego tomar con una de sus manos el cuello de la menor. ──Me has traicionado... Te eh dado una nueva vida, una mejor... ¿Y me pagas así? ──suelta su cuello con desprecio. ──Si no hubiera sido por Amelie, tu hubieras...

──Si, hubiera acabado contigo.

(...)

──Preciosa...

──No me agradezcas, eres todo para mí. ──afirmó con seriedad. ──Si te hubiera sucedido algo, yo... ──suspiró cansada, mientras se sentaba en la cama ──No sé que hubiera hecho.

 ──suspiró cansada, mientras se sentaba en la cama ──No sé que hubiera hecho

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──Sabes... Tu eres mi favorita. ──para luego sonreír y besar los labios de su compañera, al detenerse ambos se observaban fijamente, como querer necesitar un poco de su esencia ──Tu me salvaste de esa niña caprichosa que intento asesinarme..., ¿Cómo puedo pagártelo?

──Mátala. Por tu bien..., a menos que quieras que ella lo vuelva a intentar... Y yo no este allí para salvarte. ──aquel vampiro al escuchar aquello comienza a reír. ──¿De qué demonios te ríes, Lestat?

──Eres cruel cuando quieres, cariño. ──murmuró con una pequeña sonrisa ──Esa cara de niña buena que tienes engaña a cualquiera...

Al decir eso el vampiro se sienta en la entrepierna de la joven, posicionando sus piernas a los costados de su cintura, toma con suavidad su rostro y lo acerca a el suyo para besarla con pasión, mientras caían a la cama.

──Esto es por salvarme de Claudia.

Lestat De Lioncourt [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora