-¿Podes dejar de verme así?-Dije histérica después de que Ovidio me estuviera analizando por largos segundos viéndome fijo. Desde que había visto esa foto hace dos días no podía sentirme del todo cómoda estando con Ovidio y sabía que él no era tonto como para no percatarse.
Podía aceptar que tuviera hijos con otra mujer, que antes haya tenido una familia y un pasado, pero el verlo tan feliz en ese retrato, con esa vieja, no podía soportarlo, me producía sensaciones que nunca antes había sentido.
-¿Es por la foto?-Saqué mi mirada de los papeles de su escritorio y lo miré.-No me andes con vueltas, ya se que viste la foto que no tenías por qué ver.
-¿Sigue siendo tu vieja? ¿Por eso me llamaron una semana después de lo que te p...?
-Me la mataron a días de que naciera mi segund... mi tercer hija.-Mojé mis labios viéndolo desconfiada y sin comprender. Su mirada estaba perdida y sentí que estorbaba en esos momentos al saber que era muy seguro que la estuviera recordando y hasta me sentí estúpida.
¿Si aún la quería cuánto más iba a esperar para decirme eso? ¿A qué tuviera sentimientos más fuertes de los que ya tenía?
Bufando salí de su despacho.
-Oiga ¿Qué sucede? ¿Estás bien, Paulina?
-Iván, necesito irme. ¿Algún hombre me puede llevar?
-Yo te llevo.-Dudé unos segundos pero igual acepté, era el hermano de Ovidio, no podía hacerme nada además necesitaba estar tranquila en mi casa. Le dije la dirección y arrancó el carro.-¿Sucedió algo con Ovidio?-Pensé unos momentos antes de responder con cautela.
-Encontré una fotografía de Ovidio y... su otra vieja. Estaban sus hijos también.
-¿Tatiana? No tienes que preocuparte, el primer amor jamás se olvida, fue la mujer que le dio sus hijos, con la única que se casó y amó primero, la que estuvo siempre para él y...-Vio mis lágrimas caer, en verdad sus palabras no ayudaban a mi dolor e inseguridad.-...esa vieja ya no existe, no es competencia para ti.
Limpié mis lágrimas mientras me bajaba del coche al estar estacionado fuera del fraccionamiento, con sus palabras rondando en mi cabeza, era extraño que Iván, con quién nunca pudimos hacer las pases y llevarnos civilizadamente de pronto estuviera tan servicial. Le agradecí y no esperé para bajarme del carro y entrar a la casa, bajo la atenta mirada suya y de dos vecinas mías.
Apenas entrar a mi cuarto me tiré a la cama, durmiéndome segundos después con un vacío en el pecho. El mismo dolor que estaba evitando antes de conocer a Ovidio.
°°°
Mientras intentaba hacerle comprender a mi madre que no podía ir en estos momentos a Argentina fui a abrir la puerta pensando que era Fausto pero me encontré con Ovidio y el bolso con dinero que había dejado en su rancho. Corté la llamada y me cubrí con la bata.
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Señorita Pólvora 1 ||Ovidio Guzmán|| TERMINADA
Fanfic-Estas en peligro Paulina, en Sinaloa las mujeres bonitas huelen a pólvora, vete de aquí lo antes posible.-Había exclamado con pánico en su voz y temor en sus ojos. Las mujeres bonitas huelen a pólvora, si tan sólo te hubiese hecho caso a pesar de...