Atrévete a ver más allá de las sombras.

IX 💀

Luego de haber colgado, me dispuse hacer mis valijas, es mejor hacerle caso que llevarle la contraria, aunque si me conoce perfectamente sabría que de tengo duplicados, no voy a negar que soy un desastre cuando hablamos de llaves, las perdi tanta veces que papá se enojaba cada vez que me daba una nueva de la casa.

Oh papá cuanta falta me haces, eras el único que persuadia al abuelo cuando se agarraba conmigo, con los gemelos pasaba más tiempo, le llevaba a varios lugares, eran sus favoritos.

Termino de guardar todo, me falta mis libros que están cerca de la ventana donde reposa mi atrapasueños, ya me estaba olvidando del regalo de mamá.

Cuando voy a recogerlo, escuchó unos graznidos fuerte, me asomo por la venta y veo algo muy peculiar, dos cuervos, pero lo raro acá es que uno es blanco y el otro negro, nunca había visto uno blanco.

Presto atención aquellas aves que están sobre el viejo roble.

Que lindos que son digo en voz alta, a lo que el negro se gira para que lo observe bien y mueve sus alas como si estuviera saludando.

¿Soy yo o esa ave acaba de saludar?

Me acerco más y recuerdo a alguien especial, eso significa que Caleb está bien y no le paso nada.

-Caleb, casi me das un susto, pensé que te había perdido- lo digo en voz alta para que me escuche.

-Quisiera darte otras cositas que miedo Copito- lo dice alguien atrás mío.

Me giro a ver de quién se trata, porque ese nos es Caleb.

Ahí estaba parado una persona que desconozco, pero a decir verdad, que clase de Adonis está delante mío, alto, tiene un cuerpo que deja corta a la imaginación, le queda tan bien esa remera, se nota que está bien trabajado esos músculos, tiene unas cejas gruesas pero definidas con una expresión neutral con un aire de misterio, unos ojos negros como la noche, es bastante atractivo, no tiene tatuajes a la vista, pero quedé embobada con ese cuerpo no me quiero imaginar como será en la cama.

-Si ya terminaste de violarme con la mirada, me presento me llamo, Mieczyslaw Mikhailov- se ríe con aire de engreído.

-Te estaba observando que es diferente, ademas ¿que haces en mi habitación?

Ya era muy perfecto algo tenía que tener.

-Si como digas Copito.

Me acerco para quedarme a su altura, no es mucha la diferencia que tenemos, es unos centímetros más alto.

-Me vuelves a decir Copito y me vas a conocer, me llamo Violet, que te quede claro.

Sonríe y se acerca mas hacia mi persona.

-Dudo que me hagas algo amor.

Levanté mis brazos y los coloque en sus hombros me acerqué a unos centímetros de su cara, le sonreí para que no sospechara de lo que iba hacer, cuando quiero meterle una patada en sus partes bajas, lo esquiva rápido y coloca entre crusado con la mia asi no puedo moverme y me agarra de la cintura con las dos manos.

-Copito si querías tocarme ahí abajo lo tenias que decir, no hace falta que recurras a la violencia- me guiña.

¿Enserio acabo de decirme eso y me guiño el ojo?

Cuando iba decir algo me calla con un beso. No me da tiempo a discutir.

No se de donde saque fuerza pero lo empuje lo más rápido posible.

-¡Que carajos te sucede!-lo digo muy alterada.

-Se que te gustó Copito, no hagas tanto drama.

-No se que te hizo creer eso, pero te equivocas, me das asco.

-Dejame demostrarte que no es así-se va acercando de nuevo.

Levantó el brazo haciendo stop, para que se detenga.

-Mejor dime a qué viniste o como mágicamente apareciste aquí Miecz no se cuanto.

-Mieczyslaw, Cariño-mostrando su mejor sonrisa

-¡Basta hablo enserio!

-Yo también Copito.

-Me tienes harta con tu Copito, ¿de a dónde sacaste ese apodo tan estupido?

-Tu apariencia-lo dice sonriendo.

No se a que va, mi apariencia no dice eso, es broma si lo dice por mi cabello blanco, sé que luzco pálida las 24 horas pero tampoco soy tan blanca, mi apariencia es normal creo yo.

-Olvidemos el tema de mi apariencia y volvamos a lo que te pregunte.

-Vine a cuidar a mi chica- se acomoda en mi cama viendo mis cosas.

-No soy tu chica, además tengo novio por si no sabes.

Es mentira, la única relación que tengo es cuando tengo sexo con Erick.

-¿Segura?- se acomoda mejor, sentándose derecho y apoyando los brazos sobre la rodilla.

-Si-me asomo por la ventana viendo si seguían los cuervos, desviando sus preguntas. Solo se encuentra el albino.

-Esto sonará extraño, ¿pero tu eras el cuervo que me saludó?

-¡Sorpresa!

Esto se vuelve cada vez más extraño.