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𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐮𝐧𝐨. 𝒜𝓋𝑜𝓃𝓁𝑒𝒶 𝓎 𝒜𝓃𝓃𝑒 𝒸𝑜𝓃 𝓊𝓃 𝐸

 𝒜𝓋𝑜𝓃𝓁𝑒𝒶 𝓎 𝒜𝓃𝓃𝑒 𝒸𝑜𝓃 𝓊𝓃 𝐸

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LOS OJOS DE LAS PERSONAS EN EL TREN CON DESTINO A LA ISLA PRÍNCIPE EDWARD estaban clavados en las dos rubias y el moreno quienes hablaban sin cuidado en voz alta.

Beth los miraba burlona.

 — Dime, madre.— Se burló Josh.— ¿Cómo es qué conoces a los Cuthbert? .

Maggie suspiró, respondiendo la misma pregunta por décima vez en el día.

— Mi madre era muy amiga de Marilla, La hermana mayor de Matthew.

— Pues lo único que pienso, es que no comente nada sobre mi vestimenta.— Refunfuño Beth enojada hacia su madre, ella rió.

— Se acostumbrará.— Aseguró.

Los Gales era una familia de tres, y siempre han sido así.  Venían de un pueblo pequeño del Norte de Italia, Glorenza. Aunque su madre era originaria de aquella isla en Canadá.

Ella y sus padres se mudaron a Italia cuando Maggie tenia 7 años, Glorenza era un pueblo de no mas de mil personas, en donde la mayoría, hablaba Alemán.

— ¿Ya llegamos?.— Josh miró irritado a su hermana sacando la vista de su libro, Los hermanos Gales se llevaban solo un año de diferencia, Beth tenía 14, mientras que Josh 15.— Me miras otra vez así y te partiré la Cara Joshua.— Avisó.

— Lo siento, Bethany.— Murmuró. Ella se lanzó a golpearlo.

Maggie solo suspiró.

⁂.⁂.⁂

BETH Y JOSH, CON SUS BRAZOS EXTENDIDOS GRITABAN CON EUFORIA mientras sentían el aire fresco de la isla contra sus caras, el cabello rubio de Beth revoloteaba sobre su cara, la camisa fresca de Josh, volaba a través de sus brazos y abdomen.

Era una sensación inimaginable.

— Bájense de ahí.— Regañó la rubia mientras paraban el coche con los caballos.

Se encargaron de bajar los bolsos mientras veían a Marilla caminar a paso rápido hasta ellos, iban a quedarse con los Cuthbert hasta encontrar un buen lugar donde vivir.

— Maggie, querida.— La señora abrió sus brazos hacia Maggie con una sonrisa y ojos llorosos, se abrazaron durante un buen rato hasta que se percató la presencia de los niños.

— Marilla.— Pronunció la rubia con una sonrisa.— Ellos son Josh y Beth, mis hijos.

La sonrisa de Marilla se borró al ver las pintas descuidadas de la pequeña rubia frente a ella, claro que, lo disimuló enseguida abrazando a ambos.

LIBERALIST |G.B|Where stories live. Discover now