Capítulo 14.🎭

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Hice mucho más fuerza y aleje sus manos de mi cuello y di una patada en su abdomen de una manera fuerte logrando que cayera lejos, camine hacia ella y la tome del cuello he hice presión, con mi mano libre di varios golpes en su cara hasta lograr romper su nariz y labio, ella solo sonrió, logro darme un golpe en mi abdomen y luego otro en la cara, me mantuve de pie y corrí hacia ella y lance un golpe con intención de darle en su cara pero esta lo esquivo rápido y me dio otro golpe, escupí sangre.

— ¿Eso es todo lo que tienes, niña?—dijo entre risas—Pensé que eras fuerte—Habló acercándose a mí, yo no retrocedo, la tomó por el cuello y aprieto muy fuerte, con mi rodilla di en su abdomen y luego la hice girar hasta dejarla debajo de mí, me separe un poco y comencé a golpear su rostro sin detenerme, de un momento a otro su mano fue a parar a mi cuello y apretó fuerte pero logre quitar su mano y di un golpe aún más fuerte, miraba la sangre manchar mis nudillos.

—Y yo pensé que eras inteligente—Hable agarrando su brazo quebrándolo, escuche el crujir de sus huesos romperse junto un grito por parte de ella, coloque mis manos en su cuello y comencé a perforar su piel con mis uñas, su mandíbula se tensó—últimas palabras antes de ir a conocer el infierno—Menciona entre una sonrisa sádica, mientras hacía más presión, la sangre no se hizo esperar, ella sonrió.

—Dulces sueños—Sentí como alguien clavaba algo en mi cuello de una manera para nada delicada, solté mi agarre y lleve mis manos hacia mi cuello y quite lo que tenía, era una jeringa que parecía tener una especie de líquido azul el cual ya comenzaba hacer efecto en mí, caí de espaldas y sentí como todo mi cuerpo quemaba de una manera muy dolorosa, sentí mi nariz sangrar y mi vista comenzar a oscurecerse poco a poco, con todas mis fuerzas traté de evitar perder el conocimiento pero lo que me habían inyectado era más fuerte, así que deje de luchar y perdí el conocimiento.

Frío era lo que en estos momentos sentía, mucho frío, moví mi cabeza un poco y mi cuello dolía de una manera horrible al igual que todo mi cuerpo, me senté sobando la parte donde me habían inyectado ese líquido, abrí mis ojos y note que estaba en un bosque, alce mi vista y el sol parecía ocultarse, el cielo estaba pintado de una tonalidad rojiza cosa que llamó mi atención, escuche pasos así que mire hacia el frente pero no había nadie, intente levantarme pero me di cuenta que estaba encadenada de manos y pies, me moví desesperada pero me quemaba cada vez que lo hacía, miré nuevamente hacia adelante y di un respingo en mi lugar al notar que un hombre con túnica negra que cubría todo su cuerpo estaba parado enfrente de mí, me eche un poco para atrás, note que sonrió de una manera maliciosa dejando ver sus colmillos.

—Cuanto tiempo, Isobel—Habló el hombre con voz profunda y gruesa que logró erizar mi piel.

— ¿Quién eres y como me conoces?—Dije removiéndome en mi lugar pero hago una mueca al sentir cómo las cadenas quemaban mi piel, el solo sonrió y se agacho hasta quedar a mi altura, los rayos del sol aún se veían y gracias a eso logre ver como el hombre que está justo al frente de mí se quita la capucha de la túnica dejando ver su rostro; quedé paralizada, mi corazón se comenzó acelerar de una manera muy rápida, sus ojos eran de un rojo intenso, su piel era blanca como la nieve, su cabello era de color negro como la noche, y tenía la sonrisa que lo caracterizaba, no podía ser él, esto debe de ser una pesadilla.

—¿Sorprendida?—Me miró dándome una sonrisa ladina, su voz es muy diferente a como la recuerdo, sin duda mi subconsciente me está jugando una mala broma—No sabes cuánto he deseado este momento—Confesó estirando su mano hacia mí con la intención de tocar mi mejilla pero giré mi cara.

—No eres real, no eres real—Decía en un susurro con mis ojos fuertemente cerrados, quiero despertarme de una vez.

—Soy más real de lo que crees querida Isobel—Volvió hablar pero yo seguía con mis ojos cerrados mientras repetía lo mismo una y otra vez, sentí un pellizco en mi brazo, me queje y lo mire, eso me había dolido, ¡Espera!.

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