Capítulo 16.🎭

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Mérida, Venezuela.

La luz de la tenues luna, iluminaban al grupo de colegiales que se hallaban a mitad del bosque, unos bebían otros simplemente aprovechaban el momento para tener sexo, no eran muchos los que se hallaban en aquel peligroso lugar, pero aun así no quita que estén propensos a que les pasen algo que puede que luego lamenten, la música salía de una bocina que se encontraba aun lado de algunos estudiantes ya ebrios, el ambiente para ellos era increíble, el alcohol y las drogas no faltaban en el lugar.

Una chica de cabello rojizo se levantó de su lugar botando el vaso desechable con la bebida adentro hacia el piso, está apretó sus puños y caminó como pudo hacia una parte del bosque para intentar alejarse de sus compañeros, frunciendo su ceño, la chica logró llegar hacia un árbol alejado del ruido que causaban varios de sus compañeros, la luna no podía iluminar bien su paso, pero eso no le importaba, pegó su espalda al tronco del árbol y se dejó caer sintiendo las lágrimas desbordar por sus lindos ojos que eran de un color grisáceo.

Aquella pequeña fiesta seguía sin la intención de acabar, ninguno de los que se hallaban ahí, le prestó atención aquella chica, cosa que jugó a su favor, el viento se hizo presente, era algo frío, logrando erizar la piel de la pelirroja la cual se removió en su lugar, está abrazaba sus rodillas mientras dejaba escapar más lágrimas, sus ojos estaban ya rojos por eso; Pisadas pesadas se escuchaban a su alrededor, cosa que hizo que la chica alzara su rostro y mirara hacia los lados, aunque no viera nada por lo oscuro que estaba, secó sus mejillas con la manga de su suéter y se levantó apoyando su mano del tronco del árbol donde se hallaba, hizo una mueca y miró su mano, la cual ardía, de la palma de su mano salía un poco de sangre, pasó su mano por su pantalón para quitar el líquido, ardía pero en cierta forma no le importaba.

Se giró bruscamente cuando escucho una voz detrás suyo, su corazón comenzó a latir con fuerza, relamió sus labios resecos y trato de mirar quien estaba con ella, pero no hubo mucho resultado ante eso, retrocedió algo inquieta, se sentía observada, sentía muchos ojos encima de ella, mirándola, analizándola con detallismo, sintiendo su mano arder, se giró completamente y comenzó a correr con intenciones de volver con sus compañeros, sentía como pisaban sus talones, pero ella no miró atrás, siguió corriendo, pero por falta de luz, tropezó con algo y cayó al piso.

—Oye, ¿Estas bien?— Preguntó una voz ajena la cual era femenina, la chica asintió levantándose un tanto tambaleante, su tobillo dolía un poco, no podía ver bien el rostro de la contraria y su voz no la había escuchado antes, era un acento extranjero, hablaba bien el español, la luna no podía reflejar mucho para poder ver.

—Si, solo tropecé— Carraspeó intentando apoyar bien su pie pero hizo una mueca quejándose bajo, sonrió forzado ladeando su cabeza llevando una mano a su cabello para pasar un mechón de este por detrás de su oreja.

La desconocida asintió mirándola con detallismo, su vista viajó a la mano de esta la cual seguía brotando un poco de sangre, volvió a mirarla pasando sus manos atrás de su espalda y comenzar a caminar hacia ella acercándose más, la chica retrocedió un poco cosa que hizo que la contraria esbozara una pequeña sonrisa mientras la miraba con atención, escuchando el rápido latir de su corazón, su sonrisa se ensanchó más cuando escuchó los gritos de fondo y la música ser apagada, en ese momento el corazón de la pelirroja latió con más rapidez.

—Me temo decir que tus amigos, si es que lo son...—Caminó con lentitud hasta posicionarse detrás de la chica para pasar su brazo por su cuello y apretar fuerte haciendo que la pelirroja llevara sus manos al brazo de esta y tratar de quitarlo—Acaban de morir— Caminó con ella hacia donde ya hacían cuerpos por todo el lugar, todo estaba manchado de sangre de las inocentes personas, la chica se aterro al mirar tal escena, sus ojos se cristalizaron.

—Hola Leisay—Una voz rasposa y profunda se hizo presente en el lugar, el hombre llevaba una túnica negra, llevó sus manos al borde de esta para quitar la capucha y mirar a ambas chicas con una leve sonrisa sobre sus labios, de reojo miro todo el lugar y negó sin quitar su sonrisa para mirar por completo a las chicas, ladeo un poco su cabeza.

—¿C-como sabe como me llamo?—Preguntó titubeando un poco, la contraria aflojo el agarre para que pudiese hablar bien, el hombre soltó una risa baja y la miró pestañeando un poco, comenzó acercarse con pasos lentos, la pelirroja quiso retroceder por el miedo que sentía pero aquella chica que la sostenía lo impidió apretando un poco su agarre, esta hizo una mueca notoria, al parecer sabían español.

El hombre de estatura alta, alzó un poco sus hombros mirándola manteniendo su sonrisa ladina, la chica al no obtener respuesta solo se removió cosa que hizo que la contraria apretara su agarre, el latido del corazón de Leisay retumbaba en los oídos de los presentes incluso hasta en el de ella misma, pasó saliva un tanto nerviosa sin apartar la vista de las personas que la rodeaban, el hombre dejó escapar un suspiro y estiró su mano hacia un lado, Leisay miró hacia la dirección y sintió nuevamente sus ojos cristalizarse, su corazón latió con más fuerza.

—Esta es una pequeña motivación, uhm— Sonrió con amplitud pero sin mostrar su dentadura mientras miraba a la chica, un chico no tan alto acercó a una mujer de edad un poco avanzada hacia Fariád, este paso una mano por el hombro de la mujer la cual tenía sus ojos rojos y mejillas húmedas con una cinta que cubría su boca impidiendo que ésta emitiera palabra alguna, la mujer miró de reojo hacia la persona que se hallaba a su lado y bajó su mirada hacia la mano ajena.

—Por favor....—Sollozo Leisay mirándolo con suplica en su mirar, su corazón bombeaba con fuerza y temor a que algo le pasara a la mujer, este ladeo su cabeza y miró a la chica que la sostenía, formó ahora una sonrisa ladina.

—Isobel, cuéntales a ambas que paso con el hombre que las acompañaba esta noche—

Hizo un ademán dándole a entender que la soltara, así lo hizo y se alejó un poco de ella y asintió levemente, acomodo un poco sus mangas y cabello, estiró su mano hacia uno de los chicos que estaba atrás suyo, este le dio una pequeña bolsa negra que goteaba un poco, Isobel abrió la bolsa y metió su mano mirando de reojo a los presentes los cuales la miraban atentos.

—Quiso jugar al héroe y le arranque el corazón— Habló con seriedad y sin expresión alguna, sacó su mano de la bolsa sosteniendo el corazón del hombre manchando su mano de sangre en el proceso, la mujer cerró sus ojos llorando mientras que Leisay miraba la mano de la contraria con sus mejillas empapadas de lágrimas, Isobel dejó caer el corazón al piso y colocó su pie sobre este para pisarlo, la chica miró aquello y negó haciendo sus manos puños, soltó un pequeño bufido corriendo hacia la contraria abalanzándose encima, Isobel giro con ella quedando encima, dio un fuerte golpe en su rostro rompiendo su nariz, la sostuvo con fuerza.

—Hazlo— Ordeno Fariád ya con la paciencia agotada, miro a ambas, la contraria asintió y sonrió ladina, Leisay se removía para liberarse del agarre cosa que ocasiono que Isobel diera un golpe más fuerte que el anterior haciendo que esta se marease, aprovecho esto y alejo sus manos de ella y subió la manga derecha de su suéter, suspiro sintiendo ya sus ojos de un color morado acompañado de un leve destello negro en sus pupilas, acerco su muñeca a su boca y mordió con fuerza creando una herida, llevo esta hacia la boca de la chica y obligo a que bebiera de la sangre que brotaba de esta, se resistió pero termino accediendo, el hombre esbozo una pequeña sonrisa ladina y solo miro aquello frotando sus manos.

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