CAPÍTULO 33

314 8 0
                                    

—Guerreros, ya havéis presenciado todo lo que ha sucedido en los últimos días. —Sentada sobre su
caballo, Chu Qiao comenzó su discurso, mientras estiraba la mano para silenciar el bullicio. Con un tono
profundo y serio, continuó—: Nuestro Rey, el Emperador de Yan Bei, abandonó sus promesas pasadas y
traicionó las palabras que habíamos jurado antes las tierras de Yan Bei y la Montaña Hui Hui. Los civiles en
Changqing se convirtieron en nada más que esqueletos y alimento para los buitres, y Da Tong está siendo
masacrado por una fuerza que solo era leal a Su Majestad. El señor Wu está muerto, Lady Yu está muerta, la
princesa Huanhuan está muerta, el general Xiaohe está muerto, el general Biancang está muerto, el general
Xirui está muerto, el general AhDu está muerto. Todos ellos fueron asesinados por un hombre ambicioso que simplemente desea expandir su imperio y consolidar su poder. En este momento, una guillotina cuelga sobre nuestras cabezas. Guerreros, ante vosotros, un ejército de Xia fuerte de 100.000 nos espera, listo para acabar con nosotros. Detrás de nosotros está el Ejército de Yan Bei que ya ha comenzado a pudrirse. Se han preparado para escupirnos en el momento en que regresemos y nos dicen que somos cobardes. Junto a
nosotros, hay civiles que han sido abandonados por su país. Guerreros, ¿qué debemos hacer? —Su voz fría y
sin emociones fue el único sonido que se podía escuchar en las vastas llanuras.

Nadie habló, y todos meramente miraron su figura con fanático fervor.

Chu Qiao saltó de su caballo.

Señalando a los soldados, ella gritó:

—¿Vamos a regresar y convertirnos en esclavos de un dictador y ser ridiculizados por los traidores que
rechazaron sus promesas? ¿O vamos a abandonar a estos civiles e intentar escapar? ¿Vamos a enfrentarnos a un
enemigo que es veinte veces más grande que nosotros, y mostrar el orgullo y el honor que un soldado debería tener? —Chu Qiao rugió—: Guerreros, ¿queréis vivir?

—¡Sí! —Las voces de soldados y civiles por igual le contestaron en un bramido, atravesando las nubes,
haciendo que los pájaros se escurrieran.

—¿Deseais convertiros en traidores?

—¡No!

—Entre la muerte y la traición, ¿cuál es vuestra elección?

Las multitudes gritaron de nuevo en un rugido enloquecido:

—¡Lealtad a Da Tong, incluso en la muerte!

Frente al viento, Chu Qiao gritó:

—Guerreros, camaradas. Seguidme, obedecedme. ¡Incluso si vamos a morir, usaremos nuestra sangre
para emitir la última chispa de gloria para Da Tong! Nuestras cabezas pueden rodar, nuestra sangre puede
fluir, ¡pero nuestra fe nunca debe ser ignorada! ¡Larga vida a Yan Bei! ¡Larga vida a Da Tong! ¡Viva nuestra
libertad!

Un atronador rugido de la tierra retumbó en respuesta, mientras miles de pares de manos se alzaban en
el aire en una aclamación:

—¡Viva la Maestra!


Este invierno llegó temprano. Era solo septiembre, pero la nieve ya había empezado a caer. La ligera capa de
nieve era como un manto de pequeñas flores blancas que acababan de florecer en primavera.


El ejército de Xia se retiró una vez más. Este fue el tercer día de su cerco, y el asalto a gran escala que
habían imaginado nunca había ocurrido.

Zhao Yang había rodeado cuidadosamente el paso para evitar que Chu Qiao escapara. Sus procesos de pensamiento ahora eran extremadamente complejos. Temía que era una trampa que Yan Bei había tendido, sin

Continuará

♥️♥️THE LEGEND OF CHU QIAO (TOMO 8, FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora