CAPÍTULO 106

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—Su Majestad, no ha entrado en el palacio de Roufu durante medio mes.

¿Se ha olvidado tan rápido de esta dama? —Lady Zi Ming se inclinó ligeramente. Con los ojos llorosos, miró suavemente a Li Ce, como
un súcubo seductor.

Los ojos de Li Ce estaban borrachos, y parecía que sus extremidades también. Sin embargo, entre sus
ojos, estaba muy sobrio. Las uñas carmesí de la dama flotaron hacia arriba desde su abdomen y extendieron las cejas. Susurrándole al oído, ella le preguntó a la ligera:

—¿De quién es la culpa de que Su Majestad sea infeliz?

La esquina de la boca de Li Ce se curvó hacia arriba, y él sonrió con calma. Agarró con fuerza su delgada cintura, y su palma frotó su suave piel. Riéndose levemente, dijo:

—Tú, pequeño demonio.

—¿Su Majestad seguirá siendo tan cruel como para que Ming'er se quede sola en su habitación?

Li Ce se sorprendió cuando de repente apareció una figura en su mente. Frunció el ceño con pesar, y
su mente casi perdió su paz habitual. Ya se había vuelto loco el último medio mes. ¿Todavía iba a continuar?
Dándose la vuelta y mirando el rostro seductor de Lady Zi Ming, un miasma pareció surgir de su corazón, reprimiendo algo que parecía amargura y deseo. En su corazón, no había ira ni felicidad, y ya no
parecía tan despreocupado.

Simplemente sonrió y recuperó la compostura, antes de reírse.

—¿Desde cuándo no soy un hombre que se preocupa por bellezas como tú?

—Su Majestad. —Una voz tranquila habló desde más allá del palacio.

Li Ce levantó su cabeza solo para ver a Tie You parado afuera de la puerta. Li Ce saludó con la mano, y con eso, este comandante, todavía completamente armado, entró al palacio. Sin tener en cuenta la expresión de las damas de los alrededores, se arrodilló en el suelo y dijo con firmeza:

—Su Majestad, la señorita Chu está de vuelta.

Li Ce se sorprendió. Aunque parecía tranquilo, el vino en la copa que sostenía parecía casi derramado.

Había una voz cantante que parecía resonar en la distancia. La canción era lenta, como una que se suponía que
debía calmar el corazón. En el lago, el viento era frío, y llevaba una fragancia. Con su constitución lanuda y su denso cabello negro, la figura de Li Ce parecía muy hermosa.

—¿Cuando pasó eso?

—Justo ahora.

—¿Dónde está ella ahora?

—Ella volvió a la residencia Mihe.

—Vamos. —Li Ce se puso de pie y salió.

Tie You se sorprendió y rápidamente preguntó:

—Majestad, ¿a dónde va?

—A la Residencia Mihe. —Desde lejos, la voz de Li Ce flotó en esta noche grandiosa.

Tie You lo siguió rápidamente con los otros guardias.

Lady Zi Ming se levantó lentamente, su ropa de seda meciéndose lentamente con el viento de la noche.

Sin embargo, no quedaba ni un solo rastro de la seducción que mostraba justo ahora. Mirando a la partida de
Li Ce, su mirada era tranquila, sin ninguna emoción.

—Señora. —Una sirvienta se le acercó con cuidado.

Tomando el abrigo que le tendió, Lady Zi Ming agitó su mano.

—Deshaced el banquete.

Continuará

♥️♥️THE LEGEND OF CHU QIAO (TOMO 8, FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora