Mi colección

(cap:6)

Cap(6) Terminé exhausto después de tanta faena, me dolía todo el cuerpo del cansancio y del esfuerzo físico, recogí la pala y me dirigí hacia el interior de la casa donde deposité la herramienta.

Al pasar aproximadamente cinco minutos me encontraba en el cuarto de baño, dentro de la tina, tomé una gran bocanada de aire y sumergí todo mi cuerpo.

Me sentía relajado como si me hubieran quitado un gran peso de encima. Soltando mi último aliento abrí los ojos debajo del agua y no sé si era por la falta de oxígeno pero vi a Estella observándome con cara de decepción, aquel acontecimiento me heló la sangre, había pasado de ser un baño relajante a uno terrorífico. Me apresuré a agarrar la toalla y secar mi rostro, me observé en el empañado espejo el cual limpié con mis manos aún mojadas, podía observar en mi reflejo la cara de preocupación que tenía. Me repetía en mi cabeza que no había sido real, que era solo mi imaginación producto del gran estrés que tenía, terminé de secarme y vestirme, apagué la luz y salí de la habitación.

Ya era tarde por lo que me dispuse a dormir, pero… Oh dios los brazos tengo que embalsamarlos todavía, salí casi corriendo hasta donde los había puesto, tomé el frasco con el líquido pero debido al temblor de mis manos este se me calló quedando hecho pedazos y con el bálsamo, mierda  ahora que hago, me acordé de una película que había visto hace tiempo ya, donde metían trozos de diferentes carnes en sal para prolongar su conservación y eso mismo fue lo que hice, tomé una gran bolsa y la rellené de granos de sal e introduje cuidadosamente los delicados brazos, la cerré y la guardé en un pequeño cobertizo dentro de mi cuarto.

Ahora si estaba mucho más aliviado y me tumbé en mi cama, di tres largos bostezos y quedé profundamente dormido...
Suena la alarma, mi cabeza palpitaba tanto que parecía un corazón y el dolor no me dejaba casi ni abrir los ojos, me vestí y bajé a desayunar. Al entrar a la cocina me encontré a mi papá.

-Papá hace tiempo que no pasamos tiempo juntos, estás presente pero es como si no estuvieras. - Dije algo frustrado.

-Lo siento hijo, es verdad es solo que tengo mucho trabajo, pero voy a hacer lo posible para que pasemos más tiempo juntos.

-Está bien.- Dije dando un mordisco a una de las tostadas.

Observo mi reloj y me percato de que ya era casi la hora de entrar al colegio y me apresuro a coger los cuadernos e ir a tomar el autobús. Llegando a la estación casi lo pierdo pero alcancé a tomarlo. Subí y me senté en un asiento libre en el cual en el asiento contiguo había una chica que por su triste cara deduje que había tenido un mal día, bueno no se si decir día o mañana. Me senté en silencio a su lado hasta que rompí el silencio y le dije:

-Hola ¿Por qué tienes esa cara de tristeza?

- Es que … En ese momento estalló en lágrimas antes de terminar la frase y se lanzó sobre mi quedando atrapado entre sus brazos, me quedé atónito ante aquel suceso y luego acaricié su cabello con las yemas de mis dedos hasta que se calmó.

-¿Ahora si me vas a decir?

Hizo un gesto de acierto con la cabeza mientras se limpiaba las lágrimas con el dorso de su mano.

-Lo que pasa es que vine desde Londres hasta aquí Seattle porque mi hermana está desaparecida. En ese momento mi corazón se aceleró y mis ojos se agrandaron demostrando asombro.

-¿Cómo se llama tu hermana?- dije con preocupación.

-Estella, se llama Estella. Mi respiración era entrecortada y acelerada a la vez. Pero tenía que disimular sino sería descubierto.

-Aún no me has dicho tu nombre. ¿Cómo te llamas? -Soy Mary ¿Y tú eres?

-Si perdón me llamo Carlos.

El autobús se detuvo en la estación del colegio, pero antes de bajar me dio una tarjeta y me dijo que si nos volveríamos a ver a lo que solo le dije que cuando ella quisiera.