El Chico Contra El Príncipe.

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El imbecil de Arthuro me estaba hartando.
Se creía demasiado como si fuera un dios o algo peor lo odie.
Y ahora debía pelear... Mi maestro estará decepcionado, lo sé.
Me dijo no te metas en problemas antes de salir de casa. Pero que se supone que debo hacer si veo tamaña injusticia.
Coji la espada que me lanzó Arthuro, era pesada lo suficiente para que mis rodillas temblaran. Yo no tenía ningún tipo de experiencia en combate era cierto lo que dijo Arthuro pero tenía algo que me ayudaría determinación. Entonces lo mire se veía listo sus hombres ya habían desfundado sus espadas me atreví a retarle.
Le dije si acaso era lo suficientemente bueno para pelear sin sus hombres de guarda espaldas.
El me miró de vuelta, algo sorprendido, y luego su mirada cambió se volvió como una sonrisa dijo"retirense". Y así lo hicieron.
Me acerque poco a poco según yo me veía determinado pero creo que más parecía un niño pequeño jugando con una espada.
Que se esperaba que fuera hábil ¡por dios! sólo tengo unos 20 años mi masa muscular no iguala a la de Arthuro, ni la altura, ni tampoco la experiencia.
Di un suspiro, el se acercó como todo un experto atacó de frente primero su toque con la espada era perfecto impecable diría, su porte como se movía. Era todo un espectáculo y debo admitirlo.
Bloquee la  primera y la segunda, la tercera estuvo casi cerca de darme.
Entonces me di cuenta yo había retrocedido muchísimo, ya no estábamos en el campo de entrenamiento.
Nos habíamos desplazado hacia un mercado, mientras pensaba todo esto, el me quito la espada ahora solo era yo y la espada en el suelo, estaba lejos. Lejos de la victoria. Y de mi dignidad claro está...
Parecía todo muy oscuro en mi mente ahora.
No tenía muchas ideas pero estaba claro no actuaría así, no si mi maestro estaba cerca.
Así que use mi último recurso vi una soga en el suelo, estaba convenientemente estirada en el suelo adelante de Arthuro estaba claro es pasaría por ahí a darme el golpe de gracia en unos segundos, lo hice, use mi magia.
El cayó encima mio y su rostro, su cabello cayeron sobre mi, su olor, el no parecía moverse, por un momento pensé que se había desmayado, no fue así como podría.
El está entrenado hijo de puta lo hizo adrede.
Entonces como no podía moverme me quedé allí.
A los pocos segundos vinieron los guardias de Arthuro y lo levantaron otros me capturaron y me sostuvieron, Arturo mágicamente despertó y me dio una sonrisa que para mí fue de lo más malvada y dijo llevenselo.
Estaba claro que no me llevarían al laboratorio del maestro sino al calabozo, maldeci a Arthuro.

Unidos por el destino-MerthurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora