Era una noche realmente fría, puedo recordar. El infierno tocó la puerta y acabó con todo lo que poseía, solo quedó una máscara.
Desesperada por obtener lo que pareciera imposible (la felicidad que jamás podré recuperar), realicé un trato con Zalgo...
Danaé-Que si me hacías enojar, yo haría todo lo que tú...-no pude terminar la frase ya que me interrumpió con otro beso más intenso.
¿Es esto una emoción que crecía de mí?
Sentía que mi piel quemaba y pensaba que Insane solo lo tomaba como una broma, sin embargo comencé a dudar cuando me pegó más a él.
¿O de Jane?
Sentir algo diferente era como un éxtasis, una droga tan adictiva que no quería que me abandonara. Quería sentir más y más, así que en ningún momento lo rechacé. La suavidad de aquellos labios carnosos era como un trance que no dejaba que pensara en algo más. Quería que los segundos duraran horas, las horas días y los días una eternidad.
Narra Jane
Una sonrisa no se podía borrar de mi rostro. Era tan extraño. Dos voces se encontraban en mi cabeza: una era feliz y la otra infeliz, luego me encontraba yo, en un punto neutro donde podía elegir a cuál voz seguir o en cuál convertirme. De repente, una voz ronca se integró y me llamó por mi nombre.
Jane-¿Zalgo?
Zalgo-Necesito que hagas algo por mí
Jane-Es increíble cómo un demonio le pide favores a una simple alma del montón
Zalgo-Esto te conviene. Esto controlará las dos voces que se encuentran en esta cavidad oscura, llena de pensamientos e incoherencias que te confunden día con día. Quiero que le arrebates la vida a Jeanie the killer
Mis huesos se endurecen
Jane-¿Por qué a ella?
Se convierten en polvo
Zalgo-Es la clave para el inicio de la transformación
Y me llevan hacia un demonio
Abrí los ojos finalmente y me coloqué la máscara. Mi cuerpo se sentía ligero pero conocía la razón, Zalgo me estaba controlando de nuevo. Me llevó caminando hacia un sendero, muy cerca de la cabaña donde Jeanie fumaba recargada en un árbol. Sentí un empujón que me obligó a acercarme a ella. No tenía mucha idea sobre qué decir, ni cómo reaccionar, así que lo dejé en manos de Zalgo. Confiaba en esas manos sangrientas.
Jeanie-Deberías estar en otro lado
Jane-Necesito que te vayas. Zalgo está cerca y vendrá alguien por ti-fingí preocupación.
Jeanie-¿Qué? Han pasado tantos años desde la última vez que lo vi, ¿por qué vendría ahora?
Jane-¿De qué hablas?-Zalgo comenzó a reír dentro de mi cabeza.
Jeanie-Zalgo provocó que mi cuerpo se convirtiera en esto, ¡Y ESTA VEZ NO LO DEJARÉ IR!, ¡PAGARÁ POR TODO LO QUE ME HIZO!-no supe qué hacer.
Jane-¿Zalgo te hizo esto?-tartamudeé en cuanto una gota de sangre salió de su ojo.
Jeanie-Un demonio puede deformar el cuerpo humano en cuanto está en el interior, pueden modificarlo y volverlo suyo, devorarlo por dentro-su mirada se perdió en el cielo y no respondió nada más. Retrocedí lentamente en cuanto sus ojos comenzaron a cambiar de color a un rojo carmesí.
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