What I should have done. [Supercorp]

-Capítulo dos-

—¡Kara, no!

Gritó la pelinegra cuando la Kryptoniana intentó cubrirla con su cuerpo. Kara no supo como, pero de un segundo a otro la que le cubría era Lena. Un escudo de energía las cubría a ambas de los escombros que caían, destruyéndolos al contacto.

—¡¿Qué te pasa?!

Cuestionó la rubia aterrada ante la acción. Dreamer acababa de alejarlas del lugar del ataque, los demás héroes contenían la amenaza llevando al alienígena dentro de la DEO.

—¡No tienes poderes!

Respondió la empresaria con lágrimas en sus ojos. Estaba alterada, casi gritándole, pero también se encontraba abrazándole mientras temblaba. Fue entonces cuando Kara logró calmarse.

—Lo siento...

Intentó hablar pero se vio repentinamente cortada por la voz de la contraria.

—¡Podrías haber muerto! ¡Acabas de volver y ya podría haberte perdido de nuevo!

Sollozaba intentando modular su tono de voz sin demasiado éxito. Kara lo detectó, la preocupación en su voz... Recordaba ese momento con paralelismo a la vez que fue a Kaznia con su propia Lena. Era la misma preocupación y desesperación, pero la intensidad era diferente. Esta Lena parecía aún más afectada de lo que recordaba a la suya.

—Lo lamento. No pensé en eso. Solo quería protegerte.
—No salvas a nadie si mueres y yo no puedo perderte, Kara. No ahora.
—Lo lamento tanto, en serio. No vas a perderme, no volveré hacer algo así, pero... No sabía que tenías eso. Por Rao... ¿Qué es eso?
—Tecnología para no depender de ti todo el maldito tiempo. No puedes estar conmigo cada vez que alguien me dispare, debo protegerme y no solo apretar un estúpido botón de pánico.

Lentamente el agarre se fue aflojando y al separarse Kara pudo acariciar la mejilla de la pelinegra con cariño llamando su atención.

—Lo lamento. No sabía que tenías eso contigo. Yo tampoco puedo perderte. Con memoria o sin memoria, sin importar qué pase, te amo. Jamás podría perdonarme si algo te pasara. Más aún estando a tu lado.
—Lo sé. —Asintió y pasó saliva con cierta pesadez. —Pero no... No importa.

Su labio inferior tembló un poco y la rubia no encontró mejor forma de calmarle que unir sus labios.
Sus mejillas cálidas, sus labios suaves contra los suyos y el sonido de los pájaros a su alrededor hacían una atmósfera perfecta.

—A mí me importa. Todo lo que pase contigo tiene que ver conmigo. Me importa, así que cuando tengas algo que decir, puedes hacerlo.

Habló mirándole a los ojos. Podía verla completamente abierta, perdida, sin palabras, ciertamente desconcertada, pero feliz, una pequeña sonrisa se extendió poco a poco junto con un leve sonrojo que cubría sus mejillas de una manera única.

—Cuando dije que tenías un don con las palabras jamás pensé que lo usarías contra mí.

Bromeó y pasó la mano por los finos hilos dorados que conformaban el cabello de la Kryptoniana que solo le sonreía con emoción.

—Ya sabes... No solo los Luthor pueden ser un tanto malvados.

La pelinegra rió y el sonido resonó en los tímpanos de la reportera como si de la más bella sinfonía se tratase. Ver como su rostro se iluminaba con alegría era algo que extrañaba, los ojos de Lena estaban repletos de vida, de cariño, estaban como Kara hubiese deseado verlos siempre.

—Oh Rao, te amo tanto.

La chica de Kryptón se lanzó a abrazarla con euforia recorriendo su ser. Sin embargo, lágrimas bajaban por sus mejillas. Cuando Lena preguntase, diría que eran lágrimas de alegría por haberla extrañado tanto y ahora poder tenerla, y eso no sería mentira de no ser porque ese era el motivo de su sonrisa, no de sus lágrimas. Las lágrimas eran derramadas por el hecho de ver todo completamente de cabeza, pero verlo en la forma en la que lo desearía realmente en su vida. La Kara de esa dimensión (si no era ella misma), había creado la mejor línea temporal. Realmente le tenía envidia.