Capitulo 6.

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— Me quiero morir.... — susurro, se sentía demasiado mal, le solía la cabeza y sentía que en cualquier momento cedería ante el deseo que lo invadía.

— Joven Killua — hablo el maestro — ¿Me podría decir lo que a entendido de mi platica? — al ver que el albino se retorcía como gusano en su asiento,  suponía que le aburría su clase.

—..... Mm... Claro — se paro y sin mostrar ninguna expresión de miedo, respondió.

[No dejare que esto me tome] pensó mientras respondía al maestro.

Killua no se rendiría tan fácilmente hacia ese deseo.

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— Alluka — le interrumpió — Ya te dije que me siento bien.

— Esa ni tu te la crees — lo miro de reojo, estaba enojada — ¿Como se te ocurre venir? Si sabes que estas pasando por esta situación... Será mejor que no vengas mas — le dolía, ella quería que su hermano se encontrara cerca de ella.

— No tengo que irme a esos extremos... Solo tengo que cuidar me...

— No confío mucho en tu auto control hermano.

— Sabes, eso me dolió — su hermano solto una carcajada — Pero tienes razón... Creo que tendremos que tomar precauciones.

— ¿Por que no le pides ayuda a Hisoka? Seguro que el si te puede ayudar.

— ¿El? Ja, claro, después de todo lo que a pasado, dudo mucho que me ayude.

— Será para algo de papá ¿no? — su hermano asiente — Solo dale a entender eso, que no es para ti sino para papá.

—...... No lo se — no se encontraba muy convencido.

— Bien, si quieres puedo ir yo, a mi si me hará caso.

— Seria mucho mejor — pone su mano en la cabeza de su hermana y con una sonrisa alborota sus cabellos — Gracias futura reina del infierno.

— De nada — sonríe.

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Un joven moreno, se encontraba caminando por el patio de la escuela, quería comer pues ya tenia hambre.

Después de mucho buscar, encontró el lugar perfecto.

Se sentó bajo la sombra de un árbol, donde de vista tenia todo el patio y una gran vista de la cuidad, pues la pared no llegaba a tapar toda esa gran vista ya que se encontraba en una colina.

Su mirada la tenia al 100 en esa vista, tal vez no era muy hermosa ante los ojos de los demás, pero para el era algo sumamente hermoso de admirar.

— Sí.... Es mejor — susurro. Fijo la vista en su plato y con una pequeña sonrisa se puso a comer.

Lo que no sabía, es que cierta persona lo vigilaba desde no tan lejos.

— Líder.

— ¿Que? — contesto sin quitar su mirada del chico.

— ¿Le gusto el ángel?

— ¡¿Q-Que?! — un leve sonrojo se poso en sus mejillas, le había agarrado con la guardia baja.

— No me mienta, pues no deja de espiarlo — dijo con seriedad, sin apartar su vista del libro — Aparte... Ese sonrojo lo delata — aun sin quitar la vista de su libro, podía sentir que su líder se encontraba con ello.

—....... Ja, claro que no, solo lo vigilo, pues.... Quiero matarle — estaba nervioso, aunque tratara de ocultarlo, no le salia pues no era muy bueno en eso — Mejor deja de sacar conclusiones que no son y ayuda me a hacer un plan.

— Como digas — no le dio mucha importancia a su respuesta.

— Es obvio que estoy enamorado... — susurro mientras volvía a mirar a su nuevo amor.

— ¿Te enamoraste a primera vista? Que pendejo de tu parte — hablo con un tono normal, acompañado de asco, solamente que el líder no lo había escuchado, pues se encontraba perdido en mirar al moreno.

Dejame llevarte al pecado. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora