La mañana siguiente, Jennie seguía sin tener respuestas. Durante el desayuno estuvieron las dos sentadas sin hablarse y sin comer, sólo tomaban café sin parar desde las siete de la mañana.
La noche anterior, la morena simuló que estaba dormida cuando Lisa colgó el teléfono, y entró en el dormitorio. Ni siquiera se movió cuando Jennie se acercó a la cama y la llamó en voz baja, sorprendida más que molesta por no obtener respuesta.
Jennie no había dormido en absoluto. Le fue imposible ante lo incierto de su futuro.
Sin duda alguna era significativo el hecho de que Marley hubiese llamado a Losa justo cuando estaba a punto de casarse con otra persona. Era como el perro del hortelano, Jennie no podía vivir con Lisa, pero tampoco soportaba que otra sí lo hiciera.
Otra incógnita era cómo se había enterado Rosé de la boda. Tenía que haber sido por Lisa, aunque dada la sorpresa que mostró al recibir la llamada, era poco probable, o por algún otro miembro de la familia de Lisa. De todos modos, poco importaba cómo se había enterado la antigua esposa. Su motivo para llamarla era obvio, y la intimidad que habían compartido ellas la noche anterior había quedado destrozada por esa llamada.
En realidad, la noche anterior Jennie había llorado hasta quedarse dormida. Estaba enfadada con Lisa, pero también consigo misma. Enfadada porque parte de ella seguía queriendo meterse en la cama con Lisa, para perderse una vez más en sus brazos.
—Será mejor que me vaya a trabajar —se levantó bruscamente.
—No seas tonta, Jennie—dijo Lisa con impaciencia. Tampoco parecía haber dormido muy bien y estaba de mal humor— Ya le he dicho a Tina que no volverás a trabajar en la galería.
—Pues será mejor que vuelvas a hablar con ella —los ojos de Jennie brillaban de ira.
—¿Por qué iba a hacer eso? —gruñó Liss.
—Porque hasta que Kurt encuentre otra compañera de piso voy a seguir pagando mi parte del alquiler, y necesito un trabajo. Además —añadió irritada— ¡yo decidiré cuándo dejo de trabajar, si es que lo dejo!
—No si yo decido despedirte primero —contestó Lisa amargamente.
—Inténtalo —la desafió Jennie — En los periódicos quedará muy bien: Mujer demanda a su esposa por despido improcedente.
—Rachel, siendo mi esposa, ya no te hará falta trabajar nunca más —dijo Lisa respirando hondo para intentar controlar su mal humor.
—Todavía no soy tu esposa —las mejillas de Jennie ardían de furia.
—Un puro tecnicismo...
—Sentido común —respondió ella— Tengo que pagar un alquiler.
—Yo pagaré el maldito alquiler hasta que Jisoo encuentre otra compañera de piso —rugió Lisa.
Estaba muy irritada. La noche anterior no se lo pudo creer al volver al dormitorio y ver que Jennie ya no estaba allí.
Tampoco la encontró en el baño o en la cocina, y sólo le quedó un sitio por mirar. Y allí la encontró profundamente dormida. Jennie no respondió cuando la llamó, y Lisa decidió dejarla dormir y volver a su dormitorio. A una cama empapada.
Para cuando hubo cambiado las sábanas, estaba completamente desvelada y se dedicó a contemplar el cuadro que había subido de su despacho el día anterior. Jenn.
Se imaginaba los años venideros: ella, amargada y contemplando el retrato de la mujer que amaba. Igual que Jacob Gardner en su día.
Esa segunda noche sin dormir no ayudó a calmar su irritación.
ESTÁS LEYENDO
Not Too Late
FanfictionAquel día, Lisa solo buscaba algo que la hiciera olvidarse de los dolorosos recuerdos, sin embargo acabó encontrando una segunda oportunidad. Pero, algunas veces, el orgullo nos ciega de tal forma que somos incapaces de distinguir lo que de verdad e...