—¿Llevas todo?
Por milésima vez en el día le preguntaba lo mismo. Levantó la mirada de sus tenis para ver a su mejor amigo. Liam.
—Si.
—¿Estás segura de querer irte?
—Si.
—¿Porque Mika?
—Ya sabes, soy curiosa, además no quiero depender de ti, eh sido una carga para ti desde hace tiempo Liam.
—Eso no es verdad. — la acusó, la conocía lo suficiente pasa saber que mentía — Pero bueno— se rasco la nuca— si no te gusta vivir en Forcks, sabes que puedes volver.
—Gracias.
Ambos estaban en el aeropuerto despidiéndose, para Mikasa era difícil asumir que no vería a su atolondrado amigo por un lapso de tiempo largo. Pero, eso lo necesitaba, ella necesitaba cerrar un capítulo de su vida que la dejó marcada. Antes de que el vuelo apareciera en la inmensa pantalla abrazó a su amigo, y para eso tuvo que ponerse de puntitas, pues el era una cabeza más alta que ella.
—Te voy a extrañar Cold Girl.
—Lo se.
Liam se separó de ella ofendido.
—¿Ni porque sea está nuestra despedida serás linda?
—¡Claro que soy linda contigo, bruto!
—Eso me basta.— le sonrió.
—Liam, tengo que irme.
—De acuerdo — suspiro pesadamente.
La pelinegra tomo su mochila y la colgó en su hombro, sacó su boleto y empezó a caminar, antes de llegar por el detector de metales miró atrás y le sonrió a su amigo.
Esto para el significó demaciado, ya que su Cold Girl no sonreía a menudo. La siguio con la mirada hasta que subió al avión.
—Adios....—susurró.
Frocks...
El lugar donde se había llevado a cabo la saga de "Crepúsculo." De Stepheny Meyer. Donde hablaba de la existencia de hombres lobo y vampiros. No era más que literatura mágica. Una que debía admitir siempre sería su favorita. Mikasa se cuestionó como es que la escritora tenía tanta imaginación para crear a dichos personajes que cambiaron el mundo tanto en la literatura como el la cinematografía.
El clima era el mismo. Nubes de color gris cubrián el cielo amenazando llover en cualquier momento. Cómo era siempre.
Al bajar del taxi miró de nuevo la casa, jamás imaginó volver a aquel lugar, hace tanto que no lo veía. El taxista sacó sus cosas y las dejó en la entrada. Anunció el costo del viaje, pero al no recibir respuesta de la chica, creyó que no lo había escuchado.
— ¿Señorita? — Mikasa le extendió en dinero agradeciéndole por llevarla. Tomó sus cosas comenzando a caminar a la entrada de aquella casa.
Dió un suspiro al estar fuera de la puerta y procedió a abrirla. Todo era como la recordaba, los muebles estaban cubiertos por sábanas al igual que los sillones. Sin mencionar toda la suciedad que tenía.
—Solo hay que acomodar y limpiar. — dijo a la nada.
Metió sus maletas y las dejó en un rincón, rápidamente se amarró el cabello dejando un mechón suelto.
Comenzo quitando las sábanas blancas y doblandolas, luego abrió las ventanas de par en par, el cielo estaba nublado y el aire era frío, cosa que no incómodo a la chica pues ella ya no lo sentía. Hace tiempo que había dejado de sentirlo.
ESTÁS LEYENDO
Alejate de mi.
VampireMikasa Ackerman es una joven seria y tranquila con un secreto bajo llave, tras sucesos traumáticos decide regresar a su lugar de origen, Forcks, una pequeña localidad de Wasintong, buscando tranquilidad y estabilidad para poder vivir sin preocupacio...