9 Confesiones...

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Levi le ofreció un pañuelo a la pelinegra que venía avergonzada. Lo aceptó con pena limpiando la sangre de la comisura de sus labios. Su ropa estaba llena de sangre y se felicitó por haber dejado la bufanda que Eren le había regalado en casa de su prima.

Sentía la mirada comprensiva del pelinegro.

— Lo-lo siento... — dijo sin atreverse a levantar la mirada.

Cubrió su boca con fuerza al querer vomitar. Se detuvo en seco doblándose precipitadamente.

— Mikasa... — esta corrió lejos de Levi cayendo al suelo de rodillas.

Comenzó a vomitar la sangre que había ingerido. Levi apareció a su lado sujetando su cabello.

— No me mires... — gimió lastimosamente mientras seguía vomitando.

Aquellas fueron las consecuencias de haber tomado el control cuando Scarlett comía. Mikasa seguía sin aceptar esa parte de ella, por eso su organismo seguía expulsando lo que Scarlett comía estando en su forma humana.

Cuando se incorporó limpió su boca con el dorso de su mano.

— ¿Estas bien? — Levi La miró con preocupación, Hange se acercó examinando los restos que la pelinegra había expulsado.

— ¿Donde está Petra? — desvió el tema.

— En casa. — respondió la rubia para sorpresa de los demás.

Los Rivalle llevaron a la pelinegra a su casa en medio del bosque.

Debía admitir, se sentía fuerte y satisfecha. Aquel vacío que llevaba años por dentro se había esfumado. Apenas puso un pie dentro de la casa de los Rivalle, escuchó los sollozos de su prima.

Se alejó de ellos acercándose a la pelirroja dando zancadas. Mary se alejó de Petra al ver a Mikasa llegar.

— ¡Mikasa! — se levantó de inmediato al verla sana y salva.

La pelinegra la miró examinando si no la habían herido de gravedad.

— ¿Estas bien?

— Si, gracias a ti...

— Bien...

Mary se estremeció dando un paso atrás cuando la mano de Mikasa impactó la mejilla de su prima con fuerza.

— ¡¿Como carajos se te ocurre salir así?! — vociferó haciendo retroceder a su prima — ¡¿Acaso eres estupida?! ¡Pudrieron haberte matado!

— Quería ver algo... — susurró sobando su mejilla.

Los ojos de Mikasa brillaron en un color verde haciendo que los demás se estremecieran.

— ¡TÚ SIEMPRE QUIERES VER ALGO! ¡CARAJO SUPÉRALO DE UNA VEZ, TE DEJO Y NO VA A VOLVER! — el rostro de Petra se giró de nuevo al lado contrario. Micke dio un paso al frente — ¡Reacciona de una vez Carajo! Eres más estúpida de lo que creí.

¡Scarlett!

— ¡Cierra la boca Mikasa! — se quejó.

¡Suelta la estaca!

Abrió los ojos de golpe y retrocedió unos pasos, viendo que, en efecto ya tenía una estaca en la mano. La disolvió regresándole a Mikasa el control. Viendo a su prima llorar.

— Mierda... — apretó los labios. — Petra... — la lastima y culpabilidad que sintió al ver su prima de esfumó — ¡Vas a contarme que carajos fue todo eso! — señaló el exterior.

— ¿Yo tengo que dar explicaciones? — sollozó mirando a su prima — Eres tú la que deberías explicarme eso que hiciste con la mano. ¡Ningún humano hubiera lanzando a un vampiro así!

Alejate de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora