2 Nuevos Amigos.

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Mikasa se tensó buscando una manera de poder zafarse de aquello. La nueva compañera estaba sonriendo algo inquieta.

— Mi nombre es Jesica. Jesica Hartman. El es Jean Krishten. — lo señaló — ¿Que te parece nuestra nueva golpeadora? — bromeó.

Por como lo miraba, Mikasa intuyó que Jesica estaba enamorada de Jean.

— Pues que buen golpe. — volvió a mirar a la pelinegra que tenía una actitud relajada y serena — ¿De dónde vienes?

— De Privet Drive.

— ¿No se supone que ellos son bajitos y gordos?- en ese momento evito poner los ojos en blanco, consideró que sería muy grosero de su parte.

— Si- apretó los labios- a lo mejor por eso me corrieron.- trato de sonreír.

-¡Que buen chiste!- Jean la señaló y río al igual que Jesica.

— Bueno, yo me voy. — se despidió al saber que las cosas ya estaban bien.

Dió la vuelta y como pudo logró salir del lugar. Al terminar de cambiarse, salió del gimnasio caminando por los pasillos, sin embargo, algo en la parte de afuera que daba al estacionamiento llamó su atención. Salió con un leve entrecejo fruncido y se detuvo con los brazos cruzados viendo la escena frente a ella, se encontraba con un chico hincado haciendo rayaduras a un carro.

— ¿No sé supone que eso se hace en la noche y sin testigos? — se cruzó de brazos.

— ¿Que?— el castaño se levantó de inmediato, girándose en dirección a la pelinegra con el pánico corriendo por sus venas al verse descubierto.

El aire frío agitó con lentitud el cabello de los dos mientras se miraban fijamente, el castaño esperaba algún movimiento o palabra de la mujer frente a él.

Por más temor que le diera la situación se quedó en su lugar para encarar las consecuencias.

— Yo estaba... — comenzó a decir pero se quedó en blanco sin saber que decir y argumentar.

Sus ojos verdes desviaron su vista hasta el carro detrás de él.

— Supongo que eso no es tuyo. — dijo una Mikasa tranquila, como si aquella acción fuera de lo más normal.

— Bueno, la verdad es que no. — se encogió de hombros como respuesta — Es el nuevo carro de mi ex. — Mikasa no evitó sonreír de lado. — Por favor, no le vallas a decir a nadie. — la miró de nuevo.

Mikasa asintió con la cabeza sin decir nada, miró al castaño jugar con el borde de la bufanda roja que traía puesta.

Su vista regresó de nuevo al carro y no pudo evitarse cuestionar de quien sería ese carro. Sin embargo, lo que más le llamó la atención, fue el mensaje.

— Le falta un signo de interrogación. — musitó.

— ¿Cómo dices? — frunció el entrecejo.

— Se supone que es "¿Por qué a mí?" ¿No? — señaló el carro, el castaño siguió su mirada.

— Si. — la miró de nuevo.

Mikasa se quedó de brazos cruzados sin decir o hacer nada, así que el chico que aún era un desconocido para ella se volvió a hincar algo confundido por las acciones de la peligra.

La susodicha asintió la cabeza con satisfacción al ver el mensaje, ahora completo.

—Mucho mejor. — lo miró.

— Soy Eren, Jeager. Eren Jeager. — le extendió la mano. Mikasa ladeó la cabeza.

— ¿El chico que chocó con Sasha?

Alejate de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora