10 Trato.

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La cabeza de la pelinegra no dejaba de palpitar por lo que había ocurrido hace tan solo unas horas. Se había enfrentado a uno de los vampiros más viejos que formaba parte del parlamento de las leyes sobre vampiros. Un nombre muy estúpido para ella.

No le había quedado de otra que enfrentarlo ya que estuvieron a punto de matar a su prima.

Miró por la cafetería buscando a su prima, pues con los Rivalle no estaba. Armin se acercó a ella.

— ¿Estas bien Mikasa?

— No encuentro a Petra. — dijo aún extrañada. — ¿La has visto?

— La ultima vez que la vi estaba en el gimnasio. — Mikasa asintió con la cabeza.

Si ese era el caso, no debería de tardar en llegar a la cafetería. Se fue a sentar con su grupo de amigos.

A lo lejos, Levi maldecía no poder irse a sentar con ellos. Había estado manteniendo las distancias desde que se había enterado de lo que realmente eran los Rivalle.

— Si sigues doblando así el tenedor lo vas a... — el letal terminó por doblarse — Doblar... — Hange suspiró siguiendo su mirada.

La pelinegra asentía a algo que le había dicho el castaño de ojos verdes.

— Ya veo. El enano está celoso.

Levi giró los ojos, hace milenios que su hermana no le decía aquello.

— Deja de molestar cuatro ojos.

— Si tanto quieres a tu... Ni siquiera se que es... — se quejó la rubia arrugando el gesto — El caso es, si tanto la quieres, ármate de valor y ve con ella.

— Oh si, — sonrió Micke — yo quiero ver como lo mandan a la mierda.

Levi los miró mal y luego miró al más alto esperando que se pusiera de su lado, sin embargo, lo vio sonriendo con diversión.

— Púdranse bastardos. — giró los ojos.

Mikasa frunció el entrecejo después de 20 minutos, su prima aún no llevaba. Se puso de pie excusándose con los chicos con que iría al baño, los demás asintieron y Mikasa comenzó a caminar en dirección al gimnasio.

Juraba que si encontraba a su prima haciendo alguna estupidez le iba a dar un gran golpe.

Apretó los labios al no encontrarla tampoco en el gimnasio, era raro que su prima desapareciera así de la nada. Siempre dejaba indicios para que la encontraran.

Sus sentidos se agudizaron cuando sintió de nuevo esa opresión en el pecho. Salió corriendo de la escuela y saltó con facilidad la barda al escuchar un grito desgarrador. Cuando llegó al lugar donde lo había escuchado se tensó.

Petra se encontraba en el suelo, retorciéndose de dolor, encima de ella había una mujer que mordió su muñeca hasta el punto de querer arrancarle la piel.

Sin dudarlo, Mikasa comenzó a correr tacleando a la mujer y dando varias vueltas. Lanzó a la mujer en cuanto estuvieron en el suelo. Sus ojos eran negros con sus iris rojos, igual al primer vampiro al que se había enfrentado.

— Dos mocosas con un exquisito olor... — ladeó la cabeza. Mikasa se estremeció sintiendo miedo por primera vez.

Pretendió correr en dirección a su prima, pero en cuanto se puso de pie voló por los aires golpeándose violentamente contra un árbol. Cayó al suelo sintiendo el inmenso dolor.

Alejate de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora