𝓑𝓸𝓽𝓽𝓸𝓶. 지국 [JiKook]

I

Mercedes
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JungKook rodó los ojos al escuchar las risas de sus amigos.

Claro, no esperaba que entendieran que quitándole su amado coche, le estaban arrebatando la mitad de su vida. Ninguno lo entendería.

Pero su padre había sido muy claro y firme con su decisión: "No tendrás un auto nuevo hasta que no demuestres que eres capaz de actuar como un adulto, punto y final".

Era el quinto coche que JungKook compraba y terminaba estampando contra cualquier cosa, su padre estaba cansado de que le duraran solo unos meses, incluso semanas, así que se había negado a comprarle otro más.
Y Jeon estaba destrozado con eso, él era un amante de los Mercedes, amante de copa, porque de autos realmente no sabía ni un carajo, pero amante igualmente. No había nada que le gustara más en el mundo, que tener un buen coche y poder presumir de ello. Bueno, le gustaba presumir de todo en general.

Su último bebé había muerto hace unos meses atrás, poco después vinieron las vacaciones de cambio de ciclo y creyó que ese período sería suficiente para convencer a su padre de comprarle otro, incluso le hizo súplicas a su madre para que esta intercediera por él, pero todas ellas terminaron en lo mismo: "Ya escuchaste a tu padre, no insistas".

Así que hoy, con toda la rabia del mundo, tuvo que pedir un Uber.

—No lo puedo creer, tío, ¿de verdad no te dieron uno nuevo? —se burló SeokJin, sentándose al lado del malhumorado JungKook— La tía DaYeon nunca te dice que no, ni por muy ridículo que sea tu capricho.

SeokJin era su primo, uno muy molesto, por cierto.

—Ya lo sé, pero se puso de acuerdo con el viejo —escupió Jeon, empujando la cercanía de Jin con su costado—. Así que deja de joderme, ¿quieres?

—Bueno, tu padre tiene razón, eh —esta vez fue NamJoon quien habló, sentándose en la mesa—. No es el primer coche que mandas a la mierda.

—Nadie pidió tu opinión, Nam. —farfulló el castaño, mirando con indiferencia al mayor, quien solo se encogió de hombros y sonrió de lado, le era grato molestar a JungKook de vez en cuando.

El único del grupo que faltaba era EunWoo, que generalmente llegaba tarde. La carrera de Administración de Empresas no era enteramente fácil, pero siendo hijos de personas adineradas, llegar temprano no era el mayor de sus problemas. Ni siquiera sacar buenas calificaciones, sobre todo siendo chicos jóvenes que creían tener el cielo a sus pies.

Por ello fue una sorpresa para todos que Woo apareciera cinco minutos antes de que la clase empezara.

—¿Pero porqué esas caras largas? —musitó EunWoo, entrando al aula con una sonrisa que no era para nada familiar, el pelinegro solía llegar de mal humor cuando tenía que levantarse temprano— No nos vemos desde hace más de un mes, ¿qué no les emociona empezar un ciclo más de nuestras vidas? Segundo año de universidad no es poca cosa.

JungKook se volvió a su amigo, con la expresión más asqueada que tenía, sabía que algo tramaba o escondía, pero con sus ánimos, le importaba una mierda que lo fuera, y se lo hizo saber con solo una mirada. Ambos eran los más jóvenes y por ello eran los que mejor se llevaban y entendían, pero el castaño estaba tan enfadado por lo de su auto, que en este momento EunWoo podría irse muy a la mierda y para él estaría bien.