Capitulo IV: La aparición de un lobo...

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Ese día, había un joven muchacho caminando por la plaza en pleno día, de cabello corto pero de color negro, vistiendo una remera lisa bordó, una bermuda de color negra, con unas botas de cuero negro, su altura era 1,80 m, el color de su iris, era tan oscuro que a simple vista se podría decir que era negro, y tenía una piel blanca. Caminando tranquilamente el muchacho escucha una voz que se dirigía a él.

-Owen, qué día más tranquilo ¿No lo crees?- Al escuchar dicha preguntar, de la nada se vuelve visible un lobo que era más grande que el mismo Owen.

Al darse la vuelta decide responderle a la pregunta planteada por el lobo. -Mmm, no lo sé Canoip, me parece un día más sin nada fuera de lo normal.- Contestó con tan poco interés en la pregunta echa por Canoip. Luego siguió caminando como si nada.  

Canoip era un lobo con un pelaje de color blanco con unas lineas grisácea que rodeaban el borde de sus ojos. Sus ojos eran de un color azul, como el mismo océano.

Canoip se detiene repentinamente, para así dirigir su mirada hacia una niña que estaba desorientada. Luego le pregunta a Owen. -¿No la vamos a ayudar, Owen?- Preguntó Canoip.

Cuando escuchó la pregunta de su compañero, Owen no mostraba ningún interés en el asunto y en la pregunta de su compañero, pero aun así decidió responderle. 

-¿Hum?- Fue la respuesta de Owen.

 Al cabo de unos minutos se dirige hacia Canoip nuevamente al ver que este quedó inconforme por su anterior respuesta. 

 -No es nuestro problema Canoip... Además parece que alguien ya la está ayudando, echa un vistazo.- 

Al escuchar la respuesta la de Owen, Canoip decide girarse al lugar donde estaba la niña. En ese momento vio que una muchacha de pelo largo de un color rojizo, con ojos verdes, que llevaba puesto un vestido negro con flores blancas. La cual se veía a simple vista que era más joven que el mismo Owen.

 Al verla, Canoip comenta lo siguiente. -Así que fue esa la razón por la que no quisiste ayudarla... ya veo.- Le había dicho Canoip, con un tono burlón y una leve sonrisa.

Mientras caminaban a su destino, se cruzaron con un coliseo bastante grande en el cual estaba repleto de gente emocionada por ver el siguiente combate que se avecinaba. En esa multitud de personas se podía escuchar un sin fin de cosas, entre ellas lo que más se escuchaba era. 

–No puedo creer como esa enana pudo hacerle cara a ese flacucho de Manuel, es más, me encanto cuando parecía que estaba por ganar el combate... Uff, fue increíble.-

-Ni que lo menciones viejo fue asombroso, pero para mí, Emma la cual estaba en desventaja por su estatura, teniendo también en cuenta que no tenía el físico tan entrenado. En cambio Manuel parecía tener ventaja por su físico más tonificado.-

 
Y fue así, como seguían los comentarios apareciendo, unos buenos, otros malos, así hasta que Owen decidió ver con sus propios ojos que tan buenos/as eran los participantes del torneo.

 Minutos después Owen junto a su compañero se dirigieron a la cabina más cercana y la más vacía para comprar la entrada, al comprar su entrada le dijeron lo siguiente.

-Gracias por tu compra, ¿Owen... Baines, verdad?- Preguntó la amable mujer que lo atendía en la cabina, para confirmar que todo esté en su lugar. A lo que escucho como respuesta lo siguiente.
-Sí, ese es mi nombre.-  Respondió Owen.

Los 13 Descendientes y Los 13 Reyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora