Parte 1: sinopsis e interpretación del final
"El mundo de Sofía" es una novela escrita por Jostein Gaarder que fue llevada al cine por Erik Gustavson en 1999. Los papeles interpretados por Silje Storstein son el de Sofía Amundse (personaje principal) y Hilde Moller Knag (también personaje principal visto desde otro punto de vista) –más adelante se desarrollará este punto-.
Sofía Amundse era una niña que vivía una vida completamente normal hasta el día en que conoció a Alberto, quien le abrió los ojos a un nuevo mundo o, mejor dicho, le hizo darse cuenta del mundo en el que vivía, un mundo ficticio. A partir del recorrido que transitan ambos tanto en el tiempo como en el espacio, Sofía junto a Alberto descubren cosas de las que no se habían percatado.
Se presenta a Sofía como una niña de 14 años, normal como cualquier otra, con una madre torpe y olvidadiza y con su padre trabajando en las fuerzas armadas. En el inicio de la película, se muestra a Sofía con su amiga Jerunn en la escuela, quien demuestra que Sofía suele ser una alumna aplicada al decirle que es increíble que ella no haya hecho la tarea de lengua.
Cuando Sofía regresa a su casa, se encuentra con una carta extraña en su buzón. Esta carta lleva escritas dos pregunta peculiares: ¿Quién eres tú? ¿De dónde viene el universo? Estas interrogantes le resultan difíciles de responder y, por lo tanto, le consulta a su madre, quien no puede darle una explicación con exactitud, lo que lleva a su hija a hacerse más y más preguntas. Un aspecto del inicio de la película que se convertiría de gran importancia en la vida de Sofía es la aparición de un perro que la sigue hacia donde ella vaya, y este mismo perro tiene un aire sobrenatural en sí por su inexplicable atracción hacia Sofía.
Cuando al día siguiente Sofía va a su clase de Lengua, esperando que el profesor la regañe por no hacer su ensayo, se encuentra totalmente descolocada cuando este le entrega un ensayo con su nombre corregido, con una nota excelente. El profesor le hace leer su magnífico ensayo sobre las cosmogonías y, mientras esta hace lo ordenado, se desata una enorme tormenta. Al girar hacia la derecha, ve al perro peculiar mirándola desde afuera del colegio esperando u observando. Al terminar esta de leerlo, sus compañeros la aplauden sorprendidos.
Al volver a su casa ella encuentra un paquete en el buzón como regalo de cumpleaños pero no para ella, sino para una tal Hilde firmada por el padre de ésta, a quien ella no conoce. Mientras lee esta carta, el perro aparece fuera de su casa y entra al cuarto de Sofía.
Luego de esta escena, Sofía tiene una conversación interesante con su madre, Su hija le plantea a ella que cómo debería saber quién es su "amigo" si ni siquiera sabe quién es ella realmente.
Dentro del paquete que Sofía había encontrado en su buzón dirigido a otra persona, encuentra un cassette. Cuando lo reproduce, se encuentra con que el hombre del video era un ser vivo y consciente que le hablaba desde Atenas, la cuna de la filosofía... hogar de Sócrates y Platón 2400 años atrás. El hombre (Alberto) le dice "Ven, te invito en un viaje en el tiempo", una travesía que perdurará durante el resto de la película. Primero la lleva al juicio de Sócrates en Atenas (a través del video que ella pone en la videocasetera) quien había sido acusado de introducir nuevos dioses y de corromper la mente de los jóvenes. Alberto le cuenta a Sofía que Sócrates planteaba la idea de que todos los fenómenos de la naturaleza son tan solo sombras de las formas e ideas eternas. Sócrates es luego obligado a suicidarse tomando cicuta.
Sofía se queda toda la noche mirando este video y al otro día recibe otra carta de Alberto, quien se llama a sí mismo su profesor de Historia, le indica que deje un cubo de azúcar en un sobre rosado y se lo entregue a su "mensajero especial" (el perro), quien estaría al otro día temprano en la reja especial.
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Reflexiones sobre un mundo imperfecto
Non-Fiction¿Qué sucedería si empezáramos a cuestionar el orden mundial actual, si dudáramos de la sociedad y lo que asumimos como "natural"? Nos convertiríamos en filósofos, dirían algunos. Vivirían en la miseria, comentarían otros. Yo digo que haríamos honor...