Capítulo 67

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Noche del perdón como muchos pudieron, pero primero leer, ya luego si quieren pasan el capitulo🔥

-¡Arriba! -dice Andy abriendo la puerta de golpe-

-Ñooo -digo como niña pequeña-

-Nada, muevan sus lindos traseros y bajen -dice cerrando la puerta de golpe-

-¿Nos quedamos durmiendo? -le pregunto a Julio media dormida-

-No -dice Julio levantándose-

-¿Que te pasa? -pregunto al ver que no se quejó-

-Nada, solo que ando activo -me responde con su sonrisa encantadora-

-Esa sonrisa ya me dio ánimos a mi -digo y le doy un corto beso en los labios-

-No, no, no -dice. Me vuelve a besar, pero un beso intenso, lleno de pasión-

-¡Muevan sus lindos tra...ups interrumpo! -dice Andy abriendo la puerta de golpe-

-Se vale tocar -digo separandome de Julio-

-No, para la próxima pongan seguro -dice y sale tranquilamente-

-Vamos antes de que vuelva -dice Julio levantándose-

-Si, aunque hay que admitir que la vez que no dijo "muevan sus lindos traseros", hizo falta -digo con sabiduría..ok no, sabiduría es lo que menos tengo-

-Si, tienes razón -dice poniéndose una camisa-

-Siempre la tengo -digo dándole un besito en la garganta-

-Y odio eso -dice dándome uno en la frente- ¿No te piensas cambiar?

-Si, voy a ponerme esta camisa -digo cogiendo una camisa del closet-

-¿Es mía? -me pregunta-

-Si y es mi favorita -digo poniendomela-

-La mía igual -sonríe-

-Esa sonrisa me encanta -digo abrazándolo-

-Y a mi me encantas tú, todo -dice devolviéndome el abrazo y dándome un beso en la frente-

-¿Sabes que te amo? -digo viéndolo a los ojos y quebrandome el cuello por verlo-

-Lo se -dice y me da un corto beso en los labios- y yo más

-Si no bajan ya se quedan sin comer -dice Andy asomándose por la puerta-

-Ya vamos -le digo-

-No saben que -dice y se mete y nos toma de las manos llevándonos arrastrados a el comedor-

-¡Listo! -dice Andy entrando a el comedor-

-¿Que tanto hacían? -pregunta Giulia mordiendo una tostada-

-Nada -responde Julio-

-Claro y yo nací ayer -responde irónicamente-

-Tuvo que -iba a decir-

-No digas nada -dice mordiendo la tostada-

Nos sentamos a comer y fue un desayuno divertido, hacían falta.

(...)

-¿Vamos a jugar a nuestra habitación? -les pregunto a las niñas-

-¡Siii! -responden, incluido Julio-

-Vamos -digo y alzó a las niñas-

-¿Y yo? -pregunta Julio triste-

-Ya estas muy grandecito y pesadito -digo yendo a las escaleras-

"Siempre Estaré Contigo" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora