Capítulo 2

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Si mi amor -dijo Julio abrazándome-

¿Y los chicos? -pregunto con un hilo de voz-

Están al otro lado del hospital, vinieron a verte -me respondió Julio- y ese mismo día iban a un día de campo, así que están bien -me dijo tranquilizandome-

¿Están bien? -pregunto- quiero verlos

Julio iba a responder, pero le sonó el celular de el ¿Como tenía batería? Se supone que estamos en un apocalipsis y no debe de haber energía...al menos de que sea una broma

Hola -respondió- si ya despertó y quiere verlos -siguió- ¿Que? Chicos no salgan ¿Aguantan unos dos días más? Isa apenas despertó y ¡Doctor! ¿Como esta Isa? ¿Cree que mañana o pasado mañana podamos ir donde los chicos? Tienen una emergencia -le preguntó Julio a el doctor-

Si, Isabela está muy bien y podremos ir a ayudarlos mañana -respondió el doctor-

Chicos ¿Resisten hasta mañana? Podremos ir hasta mañana -dijo Julio a el teléfono- Bueno, nos vemos y cuídense -dijo finalizando la llamada-

¿Eran los chicos? -pregunto- y ¿Como tienes batería? Julio ¿Ésto en realidad es una broma? Si lo es, es de muy mal gusto -le digo seria-

Isa, amor ¿Como piensas que bromearía con algo así? -me dijo-

Entonces explica ¿Como tienes batería? -exigí saber-

Porque aún hay electricidad y como pasaba aquí contigo siempre me traje mi cargador y los chicos igual -respondió-

Ahh - respondí fue lo único que me salió-

Jamás bromearía con algo así, duele que hayas creído eso -dijo fingiendo estar indignado-

Perdón -dije haciéndole cara de perrito-

No, eso duele mucho y aunque hagas esa carita hermosa no se hasta cuando podré perdonarte -dijo-

Julio estaba parado a la par mía y lo tomé de la mano e hice que cayera encima mío y lo besé

¿Me perdonas? -le pregunté haciéndole carita de perrito-

No, necesito que me vuelvas a pedir perdón para recapacitar -dijo-

Con gusto -dije besándolo de nuevo-

Chicos lamentó interrumpirlos, pero debemos preparar a Isabela si mañana nos vamos a ir donde el resto -dijo el doctor-

Cierto -dijo Julio- Isa me imagino ya sabes, para que mueran...a la cabeza

Amor, lo se, como si no hubiese visto cosas de zombis -dije-

Bueno, Isabela ocupo que te levantes y camines -dijo el doctor-

Me levanté y camine. Al principio me costó un poco y me tambalee, pero ya luego pude caminar bien

Bueno ahora corre -me dijo el doctor-

Corrí de donde estaba a donde estaba Julio...unos cuatro metros y lo hice bien

Esta preparada para correr y caminar, por esa parte estamos bien -dijo el doctor-

Ahora falta lo de defensa -le siguió Julio-

Si es por la parte de armas, en Brasil tome un curso de defensa y ahí aprendí a usarlas -dije-

¿Hasta una escopeta? -me preguntó Julio- porque te encantará dispararle a los zombis y que les explote la cabeza...¡Es muy divertido! -dijo Julio con una sonrisa-

Psicópata -dije en tono burlón- y si, hasta una escopeta

¡Oye! No soy ningún psicópata -dijo haciéndose el ofendido-

¡Claro que sí! -le dije riendo-

¡Igual que tú! -dijo besándome-

Bueno, bueno ambos somos unos psicópatas -dije al separarme del beso- y ¿No hay otra ropa que no sea está bata? -pregunté-

Si, ten -dijo Julio dándome ropa-

Cogí la ropa y Julio y el doctor se dieron vuelta para que pudiera cambiarme. Aunque Julio y yo viviéramos juntos el siempre se tapaba los ojos o se iba cuando yo me ocupaba cambiar.

Listo -dije avisándoles que se podían volver-

Bueno, hay que dormir, puede que mañana nos toque un día muy duro y ocuparemos estar con energía -dijo el doctor- ustedes duerman en la camilla y yo acomodare los sillones

¡Claro! -dijo Julio- ¡Buenas Noches! -dijo acomodándose en la camilla-

¡Buenas Noches! -dijimos el doctor y yo al unísono-

Me acurruque en el pecho de Julio y el me abrazó y en cuestión de segundos me quedé dormida.
No se a que hora de la noche me levante por un fuerte ruido que provenía de la puerta, como si intentará abrirse, entre en pánico al no ver a Julio y verlo con el doctor en la puerta para impedir que entrará un zombi

¡Isa! -dijo Julio- ¡El arma! Esta a tu derecha

Cogí el arma y como Julio ni el doctor podían tomarla tuve que disparar

¡Abran! -dije preparándome para disparar-

Pararon de hacer fuerza y se escondieron detrás de la puerta para que el zombi entrará y yo dispararle, le dispare y cayó a el suelo. Mientras lo sacábamos de la habitación otro zombi se aproximaba hacia nosotros y salí corriendo en busca del arma que estaba dentro de la habitación, pero no la encontraba y la puerta se había cerrado dejando a Julio y a el doctor afuera, no le di importancia porque sabía que yo la abría por dentro. Cuando encontré el arma intenté abrir la puerta, pero no se abría y el zombi se aproximaba y estaba a escasos metros de los chicos..

"Siempre Estaré Contigo" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora