Evelyn
El lunes me golpeó como si fuera un saco de boxeo. Me levanté tarde, Trevor me estuvo apurando todo el rato y ahora tengo un dolor de cabeza horrible. Nisiquiera el hecho de que la hora de almuerzo habia llegado me alegró el dia.
- Si el insomnio y la ansiedad tuvieran una hija, serías tú. - Cilix se sentó a mi lado.
- Estoy tan cansada... - Pase las manos por mi rostro.
- Se nota, ¿Te estuvieron dando toda la noche? - Le golpee el hombro.
- Auch, calma, fiera. - Acarició su hombro mientras yo continuaba comiendo de mi ensalada.
- Deberias alegrarte, el viernes es el partido de baseball. - Me recordó.
- ¿Y yo debo estar alegre por eso porque...? -
- Carl va a estar jugando, puedes ir a apoyarlo. - Dijo.
- Ay por favor, él solo va a estar concentrado en su novia. - Bufé.
- ¿Eso te impide ir a apoyarlo? Pensé que te gustaba. -
- Come tu comida y callate. - Ordené.
Cilix no le dio importancia y comenzo a comer. Las demas chicas intentaron establecer una conversacion conmigo, pero desvié mi mirada.
¿Que si me gustaba? Por su puesto que si, pero tengo bastante dignidad para saber que no me necesita para ganar. No iré a ver como se comen a besos después del partido.
Hablas de dignidad cuando quieres meterte entre ellos.
Me dije a mi misma, todos los dias me reprochaba por mis accciones, pero al parecer no lo pienso dos veces antes de actuar.
- Es malo quedarse mirando una persona. - Se acercó Nael.
- Es que eres tan guapo, no puedo evitarlo. - Dije, sarcasticamente.
Nael saludó a las demas chicas y se sento con nosotras. Rapidamente miré a otro lado para que no siga creyendo que lo estoy mirando, solo estaba pensando y él se metió en el camino, que no se haga ideas.
Mastiqué mi comida de mala gana, no tenia mucha hambre, pero tenia que comer.
- Evelyn ¿Estas bien? - Preguntó Nael.
- No, se supone que mi resaca me haya atacado el domingo, pero al parecer prefirió el lunes. - Me levanté de mi asiento con mi bandeja y mochila.
- Nos vemos en las practicas. - Me despedí.
Boté los restos de ensalada y me dirigí a mi casillero, por el camino me tope con Zahir, el que probablemente se dirigia a la cafeteria.
- Hola, Nael 2.0. - Alzó una ceja.
- ¿Asi me quedaré por lo que queda del año? - Preguntó, un poco irritado.
- Por lo que te queda de vida. - Rodó los ojos y estuvo apunto de continuar su camino, pero lo detuve.
- ¿Qué sucedió el sabado? - Pregunté sin rodeos.
- Si te pagaran por chismosa...- Susurró.
- Pero no lo hacen, trabajo de gratis. - Le sonreí.
- Solo hubo una pequeña discusión. - Metió sus manos en los bolsillos de su abrigo.
- Si, aja. Y tú no estuviste fumando hace un rato. - Zahir se alertó un poco.
- ¿Como lo sabes? ¿Apesto? - Vi como se restregaba el abrigo en la nariz , intentando comprobar si era cierto.
- Si hasta en los ojos se te nota que te metiste de todo. - Me cruzé de brazos.
- Mierda... tengo clases con el sñor Broxman...- Refunfuñó.
- Te puedo ayudar. - Le sonreí.
- ¿Enserio? - Se sorprendió.
- Por su puesto, puedes irte a tomar una ducha y te prestó mi crema que huele, mira, a maravillas. -
- ¿Cual es el pero? - Preguntó.
- Que tienes que decirme porque casi matas a Kenian. - Ladee mi cabeza.
- ¿Porque no mejor ayudarme sin tratos y te ganas el cuñado? - Propuso.
- ¿Cu-Cuñado? - Sus palabras me dejaron un poco aturdida, pero me recompuse cuando vi su sonrisa burlona.
¿Se estaba burlando de mi?
- No, lo de chica buena no me queda, ¿Me dirás o no? - Mi dolor de cabeza solo aumentaba, al igual que mi cansancio.
Zahir suspiró, sabiendo que no le quedaba de otra.
- Ambos estabamos muy borrachos, y con el odio que nos tenemos, solo costó vernos para quererle partir la cara al otro. - Resopló.
Lo pensé por un momento, quizas estaba diciendo mentiras para escaparse de mi y conseguir lo que queria, pero estaba vez confiaria en él.
- Bien, sigueme. - Sonrió al ver que estaba satisfecha con su respuesta.
Llegamos a mi casillero y le entregué la crema, junto a un perfume para la piel.
- Ambas huelen a vainilla, si las gastas, tendrás que pagarlo. - Recogí los libros que necesitaba.
- Gracias. - Le hice un gesto con la mano para que se marchara, y eso hizo.
Cogí mucho aire y cerré mi casillero, conté hasta tres y lo solté.
Me voy a enfermar.
Retomé mi camino hacia mi siguiente clase, sentia que mis ojos se cerrarian en cualquier momento. Probablemente me dormiria en mi escritorio. A este punto, hasta mi mochila me pesaba y solo traia 3 libros.
Cuando llegué, me encontré con Nael alfrente de mi clase.
- ¿Que haces aqui? - Pregunté de inmediato.
- Cilix me dijo que no te sentias bien, por esa razón...- Rebuscó entre su mochila.- Te traje unas pastillas...- Sacó una bolsita llena.
- ¿Porque tantas...? - Me entregó la bolsita, y cuando saqué una de las pastillas, tenia un papelito junto a ella.
- No sabia que te dolia... asi que pedí una para el estomago, otra para la fiebre... ah, y también una para... ya sabes... esos dias del mes...- Dijo, avergonzado.
Reí un poco.
- Hay muchas mas, apunté para que sirve cada una, y toma. - Para finalizar, sacó tres botellas de agua de su mochila.
- Te veias un poco palida, no estan muy frias, asi que puedes guardarlas en tu mochila sin que dañen tus libros. - Las acepté y las guardé, junto a las bolsita de pastillas.
- ¿No las beberás ahora? - Preguntó.
- Lo haré en la clase, hablando de eso, tienes que irte o llegarás tarde. - Lo empujé ligeramente.
- Que no se te olvide, las demas las puedes guardar para otra ocasión. - Me recordó, mientras se daba la vuelta.
- Si...ah, ¿Nael? - Giró su cabeza hacia mi.
- Muchas gracias. - Le sonreí con sinceridad.
- No hay de que. - Me devolvió la sonrisa, y se marchó.
Llegué a mi asiento con una estupida sonrisa, no dudé en sacar la bolsita y rebuscar una que me serviria para el dolor de cabeza que me a estado matando.
" Para esos dolores del mes." Decia uno de los papelitos. Volví a sonreír al imaginarme un Nael pidiendole ese tipo de pastillas a la señora de la tienda.
"No creo que te den migrañas, pero nunca fallas en sorprenderme. " Resoplé y seguí buscando.
" Cuando te vuelvas un fosforo." Me imagino que esta es para la fiebre...
"Por si ese huevo que te rompí en la cabeza te dejó un dolor. " Contuvé mi risa, al parecer encontré la pastilla que necesitaba.
Tonto.
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Cambios Del Corazón
Short StoryUn amor no correspondido duele, especialmente cuando tienes que ver a esa persona que amas con su pareja. Para Evelyn Hazbil, ponerse a un lado no es una opción, los separará, aunque sea lo ultimo que haga... y no le importa las personas que le cues...