+2+

235 35 0
                                    

Llevamos dos días en la casa y no podemos salir, escuchamos gente fuera, se escuchan voces todavía incrédulas sobre la noticia. Nos llegan periódicos comentando cómo fue el ataque, cómo los soldados serán reclutados con una carta y mandados al frente. Hace dos días que las cosas aquí están diferentes, la carta de Yoongi no ha llegado todavía, sin embargo no puedo creer que se vaya a ir y que, Dios no quiera, le pierda.

Él intenta arreglar las cosas, pero no es el hecho de que haya guerra y se tenga que ir, no, no es culpa suya, lo que me pone triste es que él de alguna manera lo supiera y no me dijera nada.

– Taehyung-ah, por favor, háblame. - Yo que recién salía de darme una ducha, me abraza por detrás - No quiero llegarme a ir y tu sigas enfadado conmigo.

– Yoongi, no estoy enfadado contigo.

– Entonces, cuéntame qué pasa. Entiendo que te oculté esto, pero, por favor, déjame estar contigo estos días.

Me doy la vuelta y lo veo frente a frente, veo sus ojos brillantes, me ruegan perdón y respuestas, entonces, le abrazo, después de tantos días, necesitaba su cariño y sentirle cerca.

– Yoongi... Si te pasa algo allí fuera, yo me muero. - Todo este tiempo, aguantando estos sentimientos de angustia, de dolor, inquietud, por fin los puedo dejar libres, delante suya.

– Ssshh... Bebé, no llores, si lloras tú, lloro yo. No va a pasarme nada, voy a hacer todo lo posible para volver a tu lado, te lo prometo. ¿Si?

Asentí mientras escondía mi cara en su hueco del cuello y sentía mis lágrimas recorrer mis mejillas.
Sentía sus caricias en mi espalda y susurros tranquilizadores que hacían que me sintiera protegido a su lado, disfrutaría cada minuto que me quedara a su lado hasta que se tuviera que ir.

– Vamos a preparar algo de comer, ¿vale? Después haremos algo juntos y nos echaremos la siesta.

– Yoongi, son literalmente las doce de la mañana y como querrás seguir durmiendo.

– Es que me encanta dormir contigo... - Me repartió besos por toda la cara y emprendimos camino a la cocina.

La casa no era tan grande como la enterior que teníamos, pero era lo suficiente para Yoongi y para mí. Cocinamos durante un tiempo y preparamos el almuerzo.

– ¿Tenemos que estar aquí siempre? Quiero decir, si podríamos salir a dar un paseo... No es que la casa no me guste, simplemente me siento un poco encerrado en esta casa Yoongi...

– Sabes que es peligroso Tae... - Baje la mirada para seguir comiendo, de verdad tenía la esperanza de poder salir a dar un paseo. – Saldremos.

– Pero me dijiste...

– Saldremos un rato, pero no quiero que te alejes de mi, ¿vale? Y si pasa algo, volveremos directamente a casa.

Asentí y nada más que acabamos de comer fui a ponerme una ropa mejor para salir, hacia mucho que él y yo no dábamos un paseo ya que estaba muy ocupado con la milicia y yo tenía que estudiar. Cuando atardeció un poco, nos pusimos los abrigos y salimos de casa.
Nos pudimos tomar las manos mientras estábamos en nuestro vecindario, pero, como siempre, tuvimos que soltarnos cuando llegamos a una pequeña plaza que estaba más concurrida. Ojalá algún día pudiéramos salir caminando de la mano sin temerle a ninguna mirada, o algún maltrato. En esta sociedad, en este país, las omegas mujeres son para estar con alfas hombres.
Yo sufrí mucho cuando salí como hombre omega, también estaba mal visto, pero aún así, nome sentí mal, en la universidad pude hacer amigos que también eran omegas y podíamos estar juntos para no sentir el rachazo aún más grande.
La historia de cómo conocí a Yoongi, es muy larga, algún día la contaré, para mientras solo diré que fue una fortuna encontrarle, aunque al principio no fue fácil, yo tenía asumido que sería un omega de un alfa, pero él creía que sería el alfa de una omega.

Nos detuvimos a comprar chocolate caliente, había pocos puestos abiertos y tiendas ninguna, solo habrían por la mañana. Intentamos continuar pero Yoongi se detuvo de golpe.

– ¿Qué pasó?

– Hola pequeño. - Me asomé por detrás de él y vi a un pequeño niño. – ¿Te perdiste? - El niño solo asintió.

– Ayudémosle, su mamá no tiene que estar muy lejos.

Caminamos un rato por la plaza, yo llevaba al niño delante mía, sin cogerle del brazo por si encontrábamos a la madre y se pensaba cosas que no eran. Hablamos al niño, para que se distrajera mientras buscábamos a su madre o a su padre, el nombre del pequeño era Minho, y nos contó que vivía en una casita con su madre, su padre, su hermana y el novio de su hermana. Descubrimos que eran coreanos también, y que se mudaron aquí por los estudios de su hermana.

– ¡Minho!

Nos dimos la vuelta y ahí se encontraba una mujer junto a una omega más joven corriendo hacia nosotros.

– Minho, estás aquí, no vuelvas a separarte de nosotras. No sabes el miedo que he pasado al no verte a nuestro lado.Minho corrió a los brazos de aquella mujer – Gracias por cuidar de él.

– No se preocupe señora, no íbamos a dejar que le pasara nada.

Sonreí a la familia y Yoongi, apoyó su brazo en mi cintura. La señora nos miró, y dirigió su mirada a su brazo. Ahí se dió cuenta y lo retiró.
Pero ella nos sonrió.

– Algún día tendréis un bebé precioso.

Agarró la mano de su hijo, y los tres nos dijeron adiós.

Miré a Yoongi y éste me sonrió, me cogió del brazo y empezó a correr. Mientras corría se reía y yo detrás suya, corrimos y corrimos hasta que llegamos a un callejón cerca de nuestra casa. Me agarró de la cintura, y me besó. Le seguí el beso hasta que me acorraló contra la pared.

– Yoon- Yoongi, aquí no.

– Te quiero, te quiero, te quiero...

– Yo también te quiero Yoongi.

Se separó de mí y me sonrió otra vez, me cogió la mano y entramos ya a nuestra casa. Ya había anochecido completamente, al final pasamos la tarde buscando a la familia del pequeño. Decidimos preparar la cena para irnos a la cama pronto, hacia bastante frío y la casa se quedaba fría.

– Taehyungie, tomemos una ducha caliente antes.

– ¿Juntos?

Sentí cómo se levantó y vino hasta mi, me abrazo por la espalda mientras yo fregaba los platos que habíamos utilizado esa noche.

– ¿Te da vergüenza pequeño? Ya te he visto entero.

Enrojecí completamente, ¿cómo soltaba esos comentarios de la nada?

– ¡Cla- Claro que no tonto! Simplemente no esperaba que me dijeras eso... - Me separó del fregadero y me guió al baño donde me empezó a besar - ¿No íbamos a ducharnos?

– Claro, pero no dije que no quisiera hacer algo más.

Me desnudó entero al igual que él hizo lo mismo, después nos metimos a la ducha donde me acorraló a la pared y me besó todavía con más intensidad. Entre el vapor del agua caliente podía sentir que estaba excitado y su miembro chocando contra mi abdomen, gemí en sus labios y me sujetó fuerte para que enroscara mis piernas en su cintura.

Entre besos y caricias, la excitacion nos fue ganando y entre el sonido del agua cayendo se escuchaban nuestros gemidos y jadeos, cada vez más fuertes, hasta que el climax nos alcanzó a los dos.
Terminamos de ducharnos y nos vestimos con nuestros pijamas. Caminamos hasta nuestro cuarto y nos tumbamos a la par, Yoongi me agarró de la cintura para apegarme más a él y repartió varios besos en mi cuello.

– Me haces la persona más feliz del mundo Tae... - Sonreí para mí, y tomé una de sus manos, su otra mano se posó en mi abdomen, y coló su mano dentro de mi camiseta. Me empezó a acariciar despacio mientras seguía susurrandome cosas. - algún día formaremos una familia, tendrás aquí a nuestros cachorros. Y tu vientre crecerá...

– Hyung... Me pondré gordito.

– Pero serás mi pequeño gordito, que tendrá a nuestro bebé dentro.

Giré mi cabeza un poco, y me besó los labios.

Me volvió a apoyar en su pecho y así nos quedamos dormidos.

Lo que no sabíamos es que esa noche, las cartas empezaron a ser enviadas.

Forever {Yoontae; Omegaverse} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora