Día doce: beso negro.

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- Entonces ¿qué piensas hacer?

Suspiré de frustración, era la cuarte vez en el día que Jaebeom me preguntaba aquello y como desde la primera vez, seguía sin respuesta.
Ni siquiera lo miré, me enfoqué en la brisa fresca que llegaba por la ventana, Goodbye de 2NE1 sonaba de fondo en la pequeña bocina de mi habitación.
Un lunes cercano a primavera, hacía un poco de calor pero era soportable.

Tras no recibir respuesta alguna Jaebeom salió de mi habitación, pude escuchar sus pasos resonar por todo el pasillo hasta llegar a la entrada, cerró la puerta del departamento, se había ido.



💔



-Al menos dime que te quedarás con Nora.

Jackson planteó aquello mientras masticaba su galleta, era la hora del almuerzo en la editorial y nos encontrábamos en la terraza de la empresa la cual habían adecuado para que luciera como un bello jardín lleno de flores y pasto, algunos tallos eran tan altos que cubrían la vista a la entrada principal.

-No Jackson, no me quedé con Nora.

-Aaah ¡Jinyoungie! Pero también era tuya, ¿por qué dejaste que el bastardo se la llevara?

Jackson estaba furioso, incluso derramó su leche de banana. Aún así no pude hacer nada, me limité a masticar mi almuerzo mientras escuchaba su sermón.

-Escúchame Jinyoung, Jaebeom es un idiota.

No tengo duda de ello, el imbécil me había engañado con el chico de recepción, no solo me lo confesó sino que incluso me lo presentó hace unos días, en nuestro departamento.

-Y eso no lo justifica Jinyoung, tú tenías tanto derecho sobre todo como él. El departamento, cada mueble, Nora, incluso de la comida. Tú también te partiste el alma por ello, no debiste dejar que se lo quedara.

Suspiré, sabía que tenía razón pero como le podía explicar que no podría. No podría seguir viviendo con algo de aquello, no cuando en cada rincón veía a Jaebeom y su amante, no podría conservar los muebles donde posiblemente se revolcaron.
Mucho menos podía quedarme con Nora, no cuando la vi tan relajada en los brazos de Yugyeom, tan acostumbrada a su tacto.

-Ya sé Jackson, sé que pagué de igual forma pero no importa, podré...podré comprar aquellos lindos sillones de piel.

Sonreí al ceño fruncido de mi amigo, sabía que mi respuesta no le había gustado pero ¿qué más le podía decir?

Afortunadamente para mi me iba bien en el trabajo, la última campaña de publicidad fue un éxito así que tenía una buena cifra ahorrada en el banco, podía permitirme un nuevo lugar, por el momento un poco vacío pero sé que quedará perfecto en unos meses.

Jackson y Bambam seguían insistiendo en que debía salir a pescar, alegaban que necesitaba carne fresca y una buena ronda de sexo. Llevaban días pidiéndome que los acompañara al bar que solíamos frecuentar cuando éramos universitarios y tras mucha insistencia accedí, así que en estos momentos me encontraba rodeado de personas bailando, bebiendo y fumando. La música resonaba por todo el lugar acompañada de danzantes luces de múltiples colores que parpadeaban al ritmo.

Dios.

Estaba tan exhausto, odiaba estos ambientes. En verdad me pregunto cómo lo soportaba antes.

Ya llevaba una cerveza, no pensaba tomar mas pero aquellos dos insistieron y a la mesa llegaba trago tras trago. De repente la música ya no me molestaba tanto y como que las luces de colores me hacían querer moverme, no tengo idea de como llegué a la pista, ni como fue que bailé, ni cómo fue que conseguí tragos gratis.
Mucho menos tengo idea de cómo llegué aquí, esta blanda cama cubierta con sábanas de seda y almohadones más suaves que mi colchón.
La cabeza me daba vueltas y no sabía si era por la resaca o por haber descubierto a aquel muchacho de cabellos rojizos recostado a mi lado, con una expresión tan apacible.

30 Days of Smut Challenge [Markjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora