«'The Date'»★

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Estaban solos, sentados en el patio trasero de los Harrington, ambos fumaban tranquilamente, eran de pocas palabras.

¿Quieres salir más tarde, conmigo? Preguntó de repente el rubio.

Steve comenzó a toser de repente.

Perdón, ¿Qué? Se excusó el castaño.

Que si quieres salir más tarde.

¿Cómo en una...? Nada.

Si, Harrington, cómo en una cita. Dijo mientras reía por la avergonzada expresión del contrario.

Porque... Creo que ya sabemos bastante del otro, ¿No? De alguna forma no es tan rápido, ¿O si? Sabes que si no quieres puedes decirme, no es como si... Comenzó a hablar nervioso Billy.

Calma, Billy. Claro que quiero salir contigo. Le dijo finalmente con un tono dulce.

Billy rió nerviosamente.

Bien, yo... Tengo que irme, pasaré por tí a las 4, ¿Bien? Preguntó Billy.

Si, está bien. Nos vemos a las 4.

Bien, princesa. Adiós.

Adiós, Billy. Le sonrió y lo acompañó a la salida.

Cuando Billy finalmente se marchó, Steve comenzó a saltar por toda su casa, pero luego paró y se puso a pensar, ¿Qué se pondría? Nunca había tenido una cita con un chico antes.

Pero simplemente respiró hondo y pensó: “No será nada diferente, sólo seremos Billy Hargrove y yo en una cita... Mierda” y ahí sus pensamientos se esfumaron completamente.

Rebuscó todo lo que había en su clóset, comenzó a probarse millones de cosas y nada lo convencía, solo le quedaban dos horas.

Al final se decidió por unos vaqueros ajustados y una camisa a rayas azules con blanco, una chaqueta de mezclilla y unas zapatillas que encontró por ahí, arregló su cabello y finalmente luego de casi dos horas, Steve Harrington estaba listo, físicamente, claro, porque en realidad se estaba muriendo de nervios por la cita que tenía en más o menos veinte o treinta minutos.

Comenzó a dar vueltas por todo su hogar sin poder calmarse completamente, no podía, simplemente no podía quedarse quieto en un solo lugar.

Cuando el timbre de la puerta principal sonó, juró que casi se desmaya ahí mismo.

Trató de lucir lo más calmado y natural posible, respiró hondo y abrió la puerta, encontrándose a Billy y su típica chaqueta de cuero negra.

H-Hey, Billy. Saludó luego de casi dos minutos de apreciación a la belleza de Billy Hargrove, gracias.

Billy realmente pensó que Steve Harrington no perdía su tiempo y sin querer se le había quedado mirando, anonadado y preguntándose si lo que estaba viendo era real.

Pero finalmente volvió a la realidad y respondió.

Hey, Steve, ¿Nos vamos?

Claro si, si, vámonos. Terminó diciendo, sonriente.

Ambos subieron al reluciente auto y Billy comenzó a buscar una dirección.

¿A dónde vamos, Billy? Preguntó de repente Steve.

Es sorpresa. Le dedicó una sonrisa y siguió viendo la carretera frente a ellos.

Imagine -Harringrove.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora