Escoltas Reales

Capítulo 5.

~ S U Z A K U ~

Tenma nos estaba esperando recargado en la entrada del pasillo azul, con un rostro nervioso y la mirada abajo. Parecía que los lentes se le iban a caer.

- ¿Qué pasó? - le preguntó Azuma, con voz curiosa, mientras nos acercábamos a Tenma.

- Adentro están todos, desde Tatsuya hasta Haru - le respondió Tenma, sin despegar la mirada del suelo - y también está Leo.

- Igual que ayer - agregó Tsubasa.

- No sé, a mí ya se me hizo raro que se repitiera otra vez - preguntó Manato - ¿Alguien más está adentro?

- Bueno, no ví si se metieron, pero cuando dejé a Leo enfrente de la puerta de la dirección ahí estaban todos. - respondió Tenma - no me iba a quedar ahí parado.

- ¿Por qué no? - preguntó Kensuke - Podías decir que estabas escoltando correctamente a Leo ¿No es nuestra misión?

- Oh, somos como guardianes - se le iluminaron los ojos a Ichiro - y descontando a Leo, todos son algo parecido a príncipes, entonces somos cómo escoltas reales ¿no?

- Escoltas reales... - repetí - no suena mal.

- ¿Y dónde está Shinya? - preguntó Tenma.

- Lo usamos de sacrificio - dijo Manato, en tono serio.

- Se quedó distrayendo a un chico de los tuyos que nos vió - le corrigió Ken.

- ¿Y qué hacía un chico de tercero en el edificio de primero así nada más? - preguntó Tenma, confundido.

- No sé, tal vez algún encargo o a'go así - le dijo Tsubasa.

Tenma frunció el seño.

- Pero yo no escuché que alguien estuviera encargado a dejar otro recado ahí...

De repente, Manato miró a los lados, algo inseguro, cómo si se acabara de acordar de algo importante.

- ¿No hay nadie por aquí? - preguntó - No sé, ¿Alguna seguridad especial?

- No alcancé a ver nada así - le respondió Tenma. - Supongo que no.

- Protegen la escuela pero no dónde se encuentran exactamente - Kensuke rió.

- ¿Y no viste pasar a nadie? - cuestioné yo a Tenma, él me miró - Si se supone que los reyes vendrían aquí me los esperaría caminando por los pasillos.

- La vida no es Disney, Suzaku - me dijo Tsubasa - no creo que los hayan dejado pasar así por qué sí.

- Pero es extraño - dijo Tenma - no hemos visto a nadie pasar por aquí y juro que he escuchado algunas voces en este rato que no estaban.

Nos silenciamos mirando a Tenma. En un silencio tan ligero que, entre algunos ruidos de alumnos, sonidos de objetos cayendo y algunas risas algo lejanas, pudimos acceder al sonido de la dirección aunque estábamos relativamente lejos.

Fue una voz grave, algo leve, que no se escuchaba ociosa ni de mal haber. Tenía un timbre que podría evocarnos seriedad si lo hubiéramos escuchado más cerca, pero que no nos inspiraba miedo cómo algunos de nuestros padres cuando los regañaban. Su tono fue lento, tranquilo, como la brisa de la lluvia cuando amenazaba con lanzar el primer trueno.